Democracia Revolucionaria Vs. Estado Burgués

La democracia revolucionaria, termino acuñado por el Presidente Chávez, no representa una consigna abstracta que resume una táctica determinada, no es ni siquiera una línea estratégica particular, menos importante, necesaria para un tiempo determinado del proceso revolucionario venezolano y en cualquier país del mundo. Ni táctica ni estrategia, ella es una necesidad fundamental para cualquier revolución si es verdadera. Una realidad tan objetiva como las luchas de clases mismas, una fuerza transformadora de las relaciones sociales vigentes y por ende sometida a cambios asimismo.

Es una tendencia que nace de las mismas luchas populares contra el capitalismo, la organización de las comunidades para dar solución a sus problemas, nada espontánea como predican algunos debido a que su lógica parte de las necesidades, de las realidades objetivas.

La expresión real de esta palabra: Democracia Revolucionaria, la palpamos en la mayoría de las nacientes organizaciones comunales para diversos fines: UBE, Comité de Tierras, Mesas de Energías, Comité de Planificación Comunitaria, muchos otros. Todos ellos excelentes espacios e instrumentos para la revolución y a la vez inútiles si se les limita al simple trabajo mecanicista por solucionar los problemas inmediatos, lo objetivo; el urbanismo, el trabajo, etc. eludiendo lo fundamental, lo subjetivo; la formación y suma de conciencia del pueblo.

Ahora bien, la inquietud principal sobre la viabilidad en el tiempo o efectividad de estas organizaciones para la transformación social, es la interrogante a la que debemos buscar respuestas. Una de ellas nos remite al Estado existente. La Democracia Revolucionaria no podrá sobrevivir de mantenerse y fortalecerse el viejo Estado burgués, ella representa su antagonismo, por lo tanto ese viejo Estado luchara por destruirla, por lo tanto es vital para la revolución liquidar al viejo Estado burgués, de la participación de estas organizaciones en la cuestiones de Estado esta la clave.

Otra respuesta fundamental nos remite a la identidad de las mismas; las organizaciones populares sin conciencia de clase ni conducción política, conformarían una perfecta arma que utilizaría la reacción contra la revolución, el anarquismo seria su expresión, de allí la importancia de un partido para la revolución, articulado verdaderamente con las masas y las organizaciones populares, para así procurar que cada trabajo emprendido por las comunidades esté alineado con la idea, por la búsqueda y la suma de conciencia.
La Revolución Bolivariana ha creado una nueva estructura ministerial, el Ministerio de Desarrollo Social y Participación Ciudadana, articularía con todas las organizaciones comunitarias, procurando su efectiva activación, de igual manera se requiere la participación del resto de los ministerios, debemos construir las organizaciones de bases, pero cuidado, seria un monumental error hacerlas parte del Estado, burocratizarlas, hacer de sus lideres funcionarios del Estados.

Bajo un nuevo Estado revolucionario y con la participación efectiva de las organizaciones populares concientes y correctamente dirigidas por su vanguardia revolucionaria, la socialización de los medios de producción deja de tomar formas capitalistas, pero solo al término de una larga lucha de clases.



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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

 basemtch@gmail.com      @BasemTajeldine

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