Clases y capas

A finales del siglo XV se profundiza en Europa el cambio dirigido a erradicar el modo feudalista de producción para dar paso al modo capitalista, en este periodo el taller artesanal, dónde cada artesano era autor de cada producto salido del taller, se empieza progresivamente a transformar en taller manufacturero y va naciendo así el proletariado.

Este cambio significó una nueva forma de relaciones de producción, dónde el dueño del taller era además dueño de las herramientas y dónde el antiguo artesano, devenido en obrero, solo poseía su fuerza de trabajo y además se hacia de alguna manera un trabajador “especializado” ya que con la manufactura surgió también la división del trabajo a lo interno del taller; es decir, una obra terminada no era autoría exclusiva de un artesano, sino la expresión totalizada de muchos trabajos concretos hasta llegar al producto final.

A grandes rasgos estos son unas de las características del naciente ejercito de hombres y mujeres que conformaron el proletariado en la transición entre feudalismo y capitalismo y es de allí que la definición básica de clase sociales nos remita a pensar en grupos de personas que ocupan un lugar definido en el proceso productivo objetivamente ubicado según sea su tipo de propiedad sobre los medios de producción.

Más claramente las clases sociales en términos objetivos se definen según se trate del grupo de personas dueños de empresas, fábricas, tierras o del grupo de personas que garantiza su subsistencia solo a través de la venta de lo único que posee para aportar a la producción: su fuerza de trabajo.

En relación a lo comentado anteriormente, es importante aclarar que estamos intentando una definición básica que por su puesto es mucho más compleja en la realidad, pero que por esto no deja de ser esencia que explica los fenómenos sociales actuales vinculados al mecanismo de funcionamiento del capitalismo; quien entre otras cosas utiliza los medios de comunicación, la educación y otras instancias de la superestructura para reafirmar y legitimar la dominación que da sustrato a la explotación para su enriquecimiento.

Y uno de estos mecanismos es la alienación del trabajador y trabajadora, a quienes a través de eufemismos y subterfugios le hacen creer el cuento de que el proletariado no existe, que todos somos iguales, que unos son ricos porque trabajan y la inmensa mayoría es pobre porque es floja y por último hacen creer a buena parte de la clase trabajadora que son “clase media”.

La clase media no existe, es una denominación que remite a una clasificación que hacen las “modernas” ciencias sociales en relación al nivel de ingreso y de calidad de vida. En todo caso lo que existe es una estratificación arbitraria según el nivel de ingreso que no dice nada de la forma como se obtienen dichos ingresos que es lo crucial comprender para la transformación revolucionaria, desde esta clasificación existe una jerarquización que no remite al concepto de clases sino de capas o estratos (A,B,C,D,E).

Sí usted subsiste gracias a un salario el cual obtiene por un trabajo manual o intelectual, tiene un patrono y por ende no posee medios de producción, entonces no se deje engañar, más allá de su nivel de ingresos y egresos mensuales usted pertenece al proletariado; es decir, usted es un trabajador o trabajadora.


(*)Militante del PCV

edgarml79@gmail.com

www.twitter.com/edgarmelendez79


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Edgar Meléndez(*)


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