Uniformes escolares anacrónicos

En otras oportunidades me he manifestado en contra del uniforme escolar tal como ha estado planteado desde la unificación de los uniformes en todo el país. Sin embargo, asumo que el uniforme escolar nacional se ha instalado como una costumbre difícil de cambiar. Por lo tanto, considero por lo menos sensato actualizar los uniformes escolares a la organización actual de nuestro sistema educativo.

Recordemos que la adopción del uniforme escolar nacional diferenciado para cada nivel se hizo ajustada a la organización del sistema escolar establecido en la Ley de Orgánica de 1980. Según esta ley, el sistema educativo estaba constituido por niveles y modalidades. Los niveles del sistema escolar eran: preescolar, básica, media diversificada y profesional, y superior. En consecuencia, fueron establecidos los uniformes siguientes, todos de pantalón o falda azul, diferenciados por el color de la franela: preescolar de franela roja, las dos primeras etapas de la Educación Básica de franela blanca, la Tercera Etapa de la Educación Básica de franela azul y la Educación Media Diversificada y Profesional de franela beige.

En 2009, la Asamblea Nacional aprobó una nueva Ley Orgánica de Educación (LOE) mediante la cual fue modificada la organización del sistema escolar prescrito en la ley derogada. Segú la nueva LOE, el sistema educativo está estructurado en dos subsistemas: educación básica y educación universitaria. La educación básica ahora incluye todos los años de escolaridad desde la educación maternal hasta la educación media. Este subsistema está compuesto de niveles y modalidades, los niveles son: educación inicial, educación primaria y educación media. El nivel de la educación inicial no está dividido en ciclos, cono estaba establecido en leyes anteriores. Por lo tanto, si aceptamos la costumbre de un uniforme nacional único, los uniformes escolares deberían ser adaptados a esta nueva estructura de la Educación Básica. Hay dos opciones, una sería preservar algunos de los colores ya establecidos para ciertos niveles, por ejemplo, se podría dejar la franela roja para la educación inicial, la franela blanca para la primaria y la azul para todos los años de la educación media. Y la otra sería escoger unos nuevos colores para las franelas de cada uno de los niveles de la Educación Básica. Dado lo arraigado del uniforme lo más sensato en este momento sería adoptar la primera de las dos opciones anteriores.

Lo cierto es que mantener la codificación actual del sistema escolar no se corresponde con la organización actual del sistema educativo y reproduce la idea que éste no ha cambiado substancialmente. Aquí, la permanencia de la forma contribuye a que no cambie el fondo. Reitero, aunque no estoy de acuerdo con el uniforme escolar nacional, si se mantiene debería cuidarse la forma y actualizarse a la organización del actual sistema educativo.



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Julio Mosquera


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