El pasillo caído de la UCV, una cátedra de pésima gerencia en esa institución

"En el año 2012, cuando entreguemos el rectorado, dejaremos una universidad digna, como siempre fue y como debe ser."

Cecilia García Arocha

Entrevista con Milagros Socorro – El Nacional – 2008

¿Usted imagina dirigir una organización donde cuente con una Escuela Académica de Administración? De seguro habría considerado convocar a los mejores talentos de esa unidad que, por pertenecerle a su institución, ni costo alguno le impondría reclutarlos, para que estos le dieran luces acerca de cómo dirigir su organización. Y de seguro que en una situación de crisis y particularmente presupuestaria, se negaría a pensar que solamente le quedE responder ante cualquier problema o solicitud, con "no hay dinero para solucionar".

Es igualmente obvio que, al contar además, con una Facultad de Urbanismo y Arquitectura; usted le exigiría al personal del mismo, maestros y expertos en su arte, que le proveyeran de diagnósticos, análisis y propuestas frecuentes sobre como mantener la infraestructura de su institución. Algo que a diferencia de una empresa que deba contratar esos servicios, a usted le resultaría prácticamente gratis. Y es que esa labor podría constituirse en proyectos, servicios comunitarios y trabajos de investigación, que servirían para mejorar la sede física de su institución, así como para desarrollar nuevos conocimientos y adiestrar estudiantes. Considere además, que si le tocó conducir una universidad cuyo campus es un patrimonio de la humanidad, de seguro usted no aceptaría que su gente se cruzara de brazos y le respondieran que nada se puede hacer, por no poseer millones de dólares para solventar. Sería absurdo exigir a estudiantes creatividad e innovación y no demostrar con ejemplo, la utilidad de esas cualidades.

Algo similar debería suceder si usted sabe que adentro de su institución cuenta con una Facultad de Ingeniería, que dispone de un plantel de expertos y doctos en ingeniería civil. Lo más probable es que, sin pensarlo dos veces, usted les demandaría que pongan parte de su tiempo, para apoyar su gestión y ofrecer soluciones novedosas a la misma universidad donde laboran. ¿Cómo descartar que algunas ideas puedan resultar además en ingresos propios para su casa de estudios?

¿Y qué decir si dispone de expertos en estudios internacionales, ciencias políticas, relaciones humanas y demás profesiones? Entonces es muy posible pensar que usted conformaría un panel de sabios a los que les diría, requerimos buscar fondos presupuestarios, dentro y afuera del país, para evitar que esta casa de estudios colapse. Vamos a trabajar en conjunto y mostrar al país como se producen salidas a lo que otros pueden juzgar como caminos cerrados. Algo parecido podría pensarse si dispone de ilustres profesores de Derecho, a quienes resulta lógico pensar, que usted también les pediría acccionar en todas las formas posibles para que se le entregara el presupuesto que realmente requiere. Actitud muy distinta a, únicamente, quejarse de insuficiencia presupuestaria de forma constante, reiterada y dejar que los estudiantes salgan a protestar con violencia.

Con su gente de Comunicación Social es racional pensar que diseñar y aplicar campañas promocionales, que mejoren la imagen al igual que le ganen apoyo. Algo similar se haría con la Escuela de Computación, ya que usted les propondría que se le dotara de herramientas informáticas para dictar sus clases en línea y sostener los procesos administrativos internos; a la gente de la Escuela de Química les hubiera exigido seguir produciendo la tinta para las elecciones nacionales y no se le ocurriría, caprichosamente, eliminar esa entrada de fondos adicionales. Algo parecido a lo que le pediría a la Escuela de Educación que, también posee, y a la cual les diría que tienen todo su apoyo para formular planes educativos y de formación, alineados con las nuevas tecnologías para evitar que la institución se quede inmóvil ante la pandemia. Es más vigilaría eso cuidadosamente y si le funciona, ofrecería a otras universidades, así como colegios e instituciones educativas las soluciones socio-técnicas en esa ámbito que produzca. Así mismo, cada uno de esos aspectos, lo complementaría realizando acuerdos, con empresas que pudieran estar interesadas en tener a su institución, dentro de su cartera de clientes o que busquen industrializar sus creaciones e innovaciones. También les podría ofrecer pasantías, darles cursos de adiestramiento u otras posibilidades más atractivas, pero de seguro evitaría la inacción ya que lo peor es no intentar nada y decir que la culpa es de quien no le da dinero.

Así pues, es factible considerar que buscaría alianzas con otras instituciones académicas, con empresas privadas y hasta con organizaciones internacionales, para que le apoyaran a cumplir con sus planes; y mostrar además, cómo se puede gerenciar y solucionar cuando se tienen las condiciones adversas. Y si tiene éxito, de seguro la gente diría eso si es buena gerencia, ya que lograr hacer las cosas cuando se tiene todo a favor es muy diferente de cuando se te obstaculiza cada movimiento. No hay que descartar que apele a la Escuela de Estudios Internacionales u otras entidades internas para eso.

Pero si usted prefiere repetir el estribillo de que no dispone del presupuesto que pidió, si lo poco que tiene lo dirige a asignarse primas millonarias por ocupar su cargo, si se eterniza en el poder y si, solamente, se dedica a hacer política contra el gobierno de turno, hace oidos sordos ante los clamores de su comunidad, mientras deja caer su universidad físicamente, es que prefiere ocupar un cargo sin hacer nada y buscar proyectarse como víctima. No está interesado en recuperar la universidad, sino en proyectarse políticamente. Eso olvidando que Wikileaks reveló un cable de la embajada de EEUU, donde se descubrió que usted visitó al embajador de ese país, para acusar al ejecutivo y exponerle su oposición ante una propuesta de ley universitaria. Es decir que se dedicó a llevar chismes y conspirar contra aquel a quien a diario le pide le provea del presupuesto que requiere.

De forma que si usted prefiere que los pasillos de la universidad, que por años muestran terribles filtraciones y problemas cada vez que llueve se le caigan encima, bajo la excusa de que no dispone de suficiente dinero, usted menos puede aportar al país donde reside esa institución para solventar problemas aún más graves. Y lamentablemente, con su ineptitud cae toda su institución, que poco aporta para sacar a la nación de la crisis.

Ese es el triste legado de las autoridades de la UCV, encharcados en escándalos de corrupción, de nunca mostrar cuentas claras, de ocultar hasta sus pagos bajo una supuesta confidencialidad y de permitir que la UCV se hunda en un estancamiento y estampida del personal. Un sálvese quien pueda que ante los ojos de la rectora y su equipo parece no le inmuta en lo mínimo, ya que lo único que ha hecho es fomentar la confrontación con el gobierno y al fracasar reiteradamente, que ni para ello ha obtenido triunfos, decidió permitir la retirada o renuncia masiva de su personal docente y de investigación, dejando así a la mayoría de sus estudiantes en un foso de oscuridad.

Jamás han modificado normas y estimulado a su comunidad para que tengan mejores ingresos por aportes legales, que puedan realizar fuera de su trabajo y que les dejen además un porcentaje de ganancias a la institución. Tampoco han buscado establecer verdaderos puentes con el ejecutivo y, mucho menos, dar paso a otros individuos que puedan tener interés en conducir la institución o mostrar alternativas a su mala gestión. Lo que han hecho es dictar cátedra de cómo dejar hundir a su universidad bajo una falsa lucha política, dejando de lado su prioritaria misión de educación y generación de saberes útiles para la nación que le paga su existencia.

De manera que las autoridades de la UCV, con su inepta gestión, han expuesto una lamentable clase y formación a su comunidad. Cómo ignorar los recursos propios, desechar su naturaleza de producción intelectual y apegarse únicamente a un canon propio de instituciones, diferentes, que requieren de adquirir servicios y soluciones de parte de otros. Por ello, les aplica aquella reflexión de Fernando Savater, en El Valor de Educar: "No hay peor desgracia para los alumnos que el educador empeñado en compensar con sus mítines ante ellos las frustraciones políticas que no sabe o no puede razonar frente a otro público mejor preparado."



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