¿Qué pasó con la política de admisión a la Educación Superior?

Ya estamos en enero, los futuros bachilleres están preparándose para las pruebas de admisión internas y esperando que pasará con la Prueba de Aptitud Académica (PAA). Antes de las elecciones del 3 de diciembre, el Presidente Chávez anunció, en el lanzamiento de la Misión Alma Mater, que la PAA sería sustituida por otra forma de administrar el ingreso a la Educación Superior. El Presidente manifestó que los técnicos le había solicitado un tiempo para ofrecer una alternativa al país. La solución no es meramente técnica, eso lo sabemos, y no puede ser contradictoria con una visión socialista de la educación, es decir, con la construcción del Socialismo del Siglo XXI.

En escritos anteriores publicados en aporrea y en otros medios, he manifestado mi oposición al actual sistema de admisión por razones éticas, técnicas, psicológicas y políticas. En particular me he manifestado a favor de la admisión libre a las universidades y otras instituciones de educación superior. Sin embargo, ésta no es una solución que se puede implantar inmediatamente. Su puesta en práctica requiere de una serie de medidas previas que garanticen su éxito. Algunas de estas medidas son a largo plazo, por ejemplo, un cambio de la estructura actual de las universidades que están basadas en el modelo medieval. Otras son a mediano plazo, como por ejemplo la revisión de los currículos de la mayoría de las carreras y creación de carreras nuevas. Mientras otras son a corto plazo, rediseño del sistema de admisión sobre la base de varios indicadores, uno de los cuales puede ser una prueba de conocimientos; lo cual requeriría del diseño de una nueva prueba sobre la base de criterios psicométricos modernos, como la IRT. Otra alternativa sería sustituir el sistema actual de ingreso por un sistema de egreso. Es decir, que se implementaría un sistema que administrara el egreso de la Educación Secundaria y que le garantizara un cupo en la Educación Superior a todo el que egresa. Es importante que sea éste un sistema de ingreso o de egreso, o de admisión libre, tiene que surgir de una discusión entre amplios sectores de la sociedad. La decisión no puede basarse sólo en la opinión de un pequeño número de “técnicos”, los cuales además no estén comprometidos con el socialismo, eso sería desastroso. La discusión tiene que llegar a la raíz de las concepciones de la habilidad, de la inteligencia, del conocimiento, etc., de manera tal que se le cierre el paso a la concepción de la derecha de la distribución de habilidades innatas en la población, las cuales además de racistas, o principalmente están impregnadas de una posición que favorece a la clase dominante.

Para concluir, la discusión entorno a la elaboración de un sistema de egreso de la Educación Secundaria o de ingreso a la Educación Superior, o de admisión libre también requiere de una mayor coordinación entre el Ministerio de Educación, Ministerio de Educación Superior y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Dicho sea de paso creo que deberían todos integrarse en un solo ministerio. Esta discusión tampoco puede hacerse a espaldas de la discusión mayor acerca de la construcción del Socialismo del Siglo XXI. ¿Es la universidad actual la que requiere el socialismo del Siglo XXI? ¿Podrán unas instituciones cuya organización es contraria a la democracia y al socialismo existir en un país socialista? ¿Debe la admisión a la universidad estar en manos de los grupos de poder que controlan las universidades del Estado? Las respuestas a esas y otras preguntas determinaran el sistema que diseñemos para administrar el ingreso a la Educación Superior o la salida de la Educación Secundaria. Los estudiantes no pueden seguir esperando, la indefinición en esta materia no es buena, mucho menos a estas alturas del año escolar.

julio_mosquera@una.edu.ve


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Julio Mosquera


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