Al ministro Manuel Fernández. La complejidad del mundo universitario

El presidente Nicolás Maduro en la alocución pública denominada “el sacudón” anunció la fusión de los ministerios del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología y el de Educación Universitaria, designando para el cargo al ministro Manuel Fernández y como viceministro de Educación Universitaria a Jehyson Guzmán. Al respecto, quisiera hacer algunas reflexiones.

Realmente, para el gobierno bolivariano ha sido altamente complejo el manejo de la política universitaria. Chávez logró con su audacia y claridad de pensamiento y accionar, trastocar las sacrosantas universidades tradicionales que se habían puesto de espaldas a la realidad nacional, obstaculizando el ingreso del pueblo a las mismas, impidiendo el desarrollo de la nación con sus vetustas políticas académicas y negando la democratización y necesaria transformación de las universidades en función de las necesidades de la Patria.

Así que el gobierno impulsó la Misión Sucre e hizo de toda la patria un aula universitaria, impulsó nuevas políticas universitarias con novedosas políticas académicas como los Programas Nacionales de Formación. Las Unidades Curriculares insertas en ellos abren nuevas posibilidades de formación integral y de pensamiento crítico de los estudiantes universitarios. Se amplía el cupo universitario con la incorporación de la Universidad Bolivariana de Venezuela, y como un huracán académico la UNEFA, que de 4 mil estudiantes pasó a tener 200 mil diseminados en todos los estados del país. Y a esto se le fueron sumando nuevas Instituciones de Educación Universitarias públicas como las universidades especializadas, las temáticas, las Universidades Politécnicas territoriales y el mantenimiento de los Institutos y Colegios Universitarios, más las universidades tradicionales.

Todo ello logró que de 700 mil estudiantes universitarios que había en el año 2.008, tengamos hoy 2 millones 800 mil estudiantes, por lo que la UNESCO ha publicado que Venezuela tenga el 5to. Lugar en el mundo en matrícula universitaria y el 2do. Lugar en América, después de Cuba.

Sin embargo, ello ha generado, como casi todo en este proceso de transformaciones en Venezuela que tengamos en la práctica dos sistemas educativos universitarios. Por una parte, el de las llamadas “universidades tradicionales” (UCV, ULA, LUZ, UC, UDO, UCLA, USB, UNET, UNA, UNEXPO, UPEL) que se resisten a incorporar los cambios que se requieren ante las nuevas realidades socio-políticas, económicas y académicas e incluso, sus autoridades y gran parte de sus gremios hacen todo lo posible para derrocar al gobierno bolivariano (usando para ello los recursos económicos que el propio estado les proporciona). A estas les agregamos las universidades de gestión privada, que deben ser supervisadas por el gobierno, pero que no se hace eficientemente. En este sector hay aproximadamente 600 mil estudiantes, o sea, una matrícula del 20% de todo el sector universitario. Acá hacen vida la llamada Asociación de Rectores Universitarios Oposicionistas (AVERUO) y la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios (FAPUV) que han lanzado paros universitarios casi todos los últimos 4 años, siendo el de 2.013 un paro de 6 meses y en 2.014 apoyando la guarimba terrorista un paro de 4 meses con lo que los estudiantes de esas casas de estudio perdieron 2 semestres sin que haya habido justicia ante tamaña irresponsabilidad gremial y de sus autoridades.

Sistema universitario nacional. Porcentajes aproximados de matrícula estudiantil

El otro elemento vinculados al de las universidades “tradicionales”, es que las autoridades y gremios docentes de las mismas han desconocido el ordenamiento legal venezolano (tanto en las huelgas ilegales que han protagonizado) como en la democratización real de sus procesos electorales para elegir autoridades. Efectivamente, desde el año 2009, cuando se aprobó la Ley Orgánica de Educación, hasta el presente, estas autoridades no han querido aplicar lo contenido en el artículo 34.3 de la LOE el cual establece que se deben “….Elegir y nombrar sus autoridades con base en la democracia participativa, protagónica y de mandato revocable, para el ejercicio pleno y en igualdad de condiciones de los derechos políticos de los y las integrantes de la comunidad universitaria, profesores y profesoras, estudiantes, personal administrativo, personal obrero y, los egresados y las egresadas de acuerdo al Reglamento….”. Pues bien, las autoridades de la UCV, ULA, LUZ, UC, UDO, UCLA, USB, UNA, UNEXPO, UPEL, UNET se han negado de manera contumaz a aplicar tal disposición, incidiendo en desacato a sentencias reiteradas y coherentes de la Sala Electoral de Tribunal Supremo de Justicia (por ejemplo, a las autoridades de la UCV se les aplicó una multa, que a su vez suspendió la Sala Constitucional, la UNET realizó elecciones usando el método de la proporcionalidad cuando la sentencia del TSJ obliga a realizarlas con el método nominal o del 1X1 y uno de los casos más patéticos es el de la UCLA, ya que las autoridades doblaron el período para el cual fueron electos (se les venció en junio de 2010) y aún siguen siendo autoridades contra todo el ordenamiento jurídico-institucional, usando “leguleyerismos” para mantenerse medrando en sus cargos.

Estas universidades no son un estado dentro del estado venezolano. Su autonomía universitaria no significa soberanía respecto del estado. En este caso, corresponde al gobierno bolivariano poner orden en casa. Bien sea, la Sala Constitucional del TSJ, el Consejo Nacional de Universidades o el propio MPPEU, con la elaboración de un Reglamento Electoral Nacional. Por cierto, digno de mencionar el caso de la UNA, ya que el Consejo Superior de dicha universidad elaboró un reglamento con la participación de todos los sectores de manera nominal y realizarán elecciones en octubre de este año.

Por otra parte, tenemos las universidades creadas e impulsadas al calor del proceso revolucionario, agrupadas en la Asociación de rectores Bolivarianos (ARBOL) y cuyos gremios los constituyen FENASINPRES (Federación Nacional de Sindicatos de Profesores Universitarios) y FETRAUVE (Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela) así como otras organizaciones sindicales revolucionarias.

En este grupo de universidades donde se concentra más del 70% de toda la matrícula universitaria nacional, debe, a nuestro modesto juicio dárseles más apoyo, pero también la debida supervisión para que cumplan los postulados de la necesaria transformación universitaria.

¿Hasta cuándo podrá soportar el estado y la propia sociedad dos sistemas universitarios uno oneroso y reaccionario ante los cambios y otro que apoya el proceso, pero debilitado en cuanto a recursos financieros?. Esta situación se aprecia claramente cuando se realizan los Consejos Nacionales de Universidades en los discursos, actitudes y comportamientos de quienes hacen vida en esa instancia “decisional” universitaria.

Cabe acá agregar que se han creado en este año nuevas universidades como la Universidad Campesina de Venezuela “Argimiro Gabaldón” a la que falta nombrarle las autoridades provisionales que cumplan el encargo establecido en el Decreto de Creación Nro. 939, publicado en la Gaceta Oficial 40403, de fecha 2 de mayo de 2014.

En un próximo artículo abordaremos otros aspectos de la complejidad del sistema universitario venezolano, como es el hecho de que en el último año y medio hemos tenido 4 ministros de Educación Universitaria, lo que dificulta la consolidación de equipos direccionales y políticas de mediano y largo plazo en este sector, a pesar de los contemplado en la Ley del Plan de la Patria.



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Cécil Gerardo Pérez


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