Un informe reciente de Le Monde ha generado gran interés no solo en Francia. El mes pasado, la Comisión de Asuntos Europeos del Parlamento francés adoptó un informe de 153 páginas sobre las relaciones entre China y la UE.
El informe critica duramente la política de la UE hacia China, calificándola de " demasiado alineada con la política estadounidense", lo que conduce a una especie de guerra comercial, que es perjudicial para Europa. El informe Insta a Francia y a la UE a adoptar una postura independiente y a buscar una cooperación más estrecha con China.
En medio de un revuelo sobre la "reducción del riesgo", de una "nueva Guerra Fría" la imagen de China presentada como un "rival sistémico", este informe expresa verdades que muchos países y medios de comunicación europeos rehúyen, presenta la perspectiva racional y pragmática sobre China que aún persiste en Europa.
El informe fue escrito por Sophia Chikirou, un miembro del partido La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon. Una fuerza política de izquierda dirigida por Mélenchon que ha influenciado desde hace algún tiempo la política francesa y europea.
El propio Mélenchon ha defendido reiteradamente que Europa debería romper con su ciega sumisión a Estados Unidos. Malenchon y en eso parecegaullista, ha pedido que Francia "abandone la OTAN" y criticado las sanciones de la UE contra Rusia y China y ha declara públicamente que "Taiwán es parte de China tanto que sus embajadas allá donde reconocen el gobierno de Taipei se nombra a larepresentación diplomática como República de China. El informe representa posturas que él y su partido han mantenido desde hace mucho tiempo.
Los medios franceses señalan que el documento "adopta posiciones contrarias a las del gobierno francés" y se desvía de la línea oficial de la UE, pero se reconoce como un informe "sustancial y bien documentado". Por la forma en que lo presentaron los medios, es fácil imaginar el revuelo que ha causado en los círculos políticos franceses: un informe que cuestiona la racionalidad de la política de Francia, e incluso de Europa, hacia China, y exige una revisión de la relación con Etados Unidos. El informe merece una lectura atenta de todos los europeos.
Unpunto centraldel informe es que la UE debe reconocer el enorme valor de la cooperación con China. Esta visión está respaldada por datos del 2024, el comercio total entre China y la UE alcanzó los 785.820 millones de dólares, con un crecimiento del 0,4 % interanual, y China y la UE se mantuvieron como los segundos socios comerciales más importantes del mundo. En 2024, la nueva inversión de la UE en China ascendió a 6.790 millones de dólares, mientras que la de China en la UE ascendió a 7.090 millones de dólares.
Recientemente, se han celebrado varios eventos, entre ellos un a cumbre de Emprendedores Sino-Europeos y un Foro Empresarial China-UE y el Foro de Comercio Electrónico Transfronterizo de China conEuropa (Francia) y la Conferencia Sino-Europea de Mejores Prácticas Corporativas ESG que han puesto de relieve la enorme complementariedad económica entre ambas partes y han revelado una firme voluntad mutua de cooperación.En el mundo actual, el auge del proteccionismo comercial de Estados Unidos conla imposición de aranceles unilaterales ensombrecen la recuperación económica mundial. Seguir los pasos de Estados Unidos al imponer altos aranceles a China y aplicar restricciones a la alta tecnología ya le ha costado caro a Europa. Desde las redes 5G hasta los vehículos eléctricos, los consumidores europeos se han visto obligados a perderse las tecnologías de vanguardia de China y las transiciones energéticas asequibles. . Este informe ofrece una perspectiva realista sobre la "autonomía estratégica", enfatizando que mantener una política independiente y pragmática hacia China para la UE.
Recientemente, China y Europa alcanzaron un consenso sobre el problema del dumping de brandy europeo en China, evitando una escalada de disputas y ofreciendo un claro ejemplo de cómo el diálogo puede resolver diferencias. Esto también ofrece perspectivas útiles para abordar cuestiones como la exportación de vehículos eléctricos chinos a Europa. Voltaire dijo una vez: «La verdad es una fruta que solo se recoge cuando está muy madura». China ha apoyado y respetado constantemente la independencia y autonomía de Europa, valora mucho las relaciones entre China y Europa y siempre ha mantenido una paciencia estratégica.
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, acaba de concluir una visita a Europa, donde mantuvo conversaciones a fondo con líderes de varios países y alcanzó un amplio consenso. Los hechos demuestran que no existen conflictos fundamentales entre China y Europa, y que su cooperación nunca se dirige a terceros. Juntos, China y Europa defienden el multilateralismo, se oponen a la intimidación unilateral y resisten la confrontación grupal, lo que aportará más certidumbre y previsibilidad a un mundo cambiante y turbulento.