Día sesenta y cuatro El problema de la Producción por el Filo de la Navaja del 2018

Unos y otros, sirios y troyanos, macabeos y no macabeos, socialistas y no socialistas dicen lo mismo, que para salir de la crisis del capitalismo, no del socialismo porque aquí no hay relaciones de producción socialistas, es necesario ¡Producir, producir y producir! Están descubriendo el agua tibia, diciendo una perogrullada o como decían en mis tiempos: descubriendo América!

Yo veo con una mezcla de admiración y preocupación, como héroes y heroínas, a quienes emprenden, en los sectores populares, con toda su buena voluntad y energía proyectos de todo tipo, loables y positivos, con la intención de encender el motor de la producción. Eso no es criticable y hay que apoyarlo por muchas razones que no vale la pena detallar aquí. A veces este esfuerzo es mostrado en ferias artesanales donde nos presentan el verdadero estado de atraso y pobreza en que nos encontramos si las comparamos con las ferias capitalistas de otros países, como Argentina, que han logrado un gran desarrollo agro industrial de la mano de la burguesía para favorecer los grandes capitales y el fortalecimiento del neoliberalismo.

La idea del socialismo surge en la humanidad como una alternativa económica al capitalismo donde la fuerza del trabajo, liberada de la explotación, se eleve por encima de la eficiencia productiva del capital hasta alcanzar niveles tan altos que permitan lograr la suprema felicidad del pueblo lo cual es imposible hacerlo con las relaciones de producción capitalistas. Esto se probó con gran éxito en la URSS antes de ser penetrada por el revisionismo y el neoliberalismo que dieron al traste con el primer Estado proletario de la humanidad. A Cuba no la han dejado desarrollar las potencialidades del socialismo por el bloqueo económico, desde 1959, pero ahí está erguida resistiendo con dignidad la agresión imperialista con importantes metas sociales cumplidas por encima de los países capitalistas de nuestra América. No se diga el partido comunista chino que con su particularidad del socialismo de mercado ha convertido a la República Popular China en la primera potencia económica del planeta.

El problema de la producción en Venezuela es ponerla al servicio de transformar a nuestro país en una gran potencia agroindustrial que nos permita autoabastecernos, sin depender del petróleo. Esto sólo es posible lograrlo con nuestra industria petrolera, siempre que recuperemos el máximo de su potencialidad productiva, actualmente reducida a niveles históricos. ¡Pongámonos a producir el máximo posible permitido de barriles diarios de petróleo y dejémonos de hablar tantas pendejadas!



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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