Es interesante ver las discusiones por los grupos de wassap y redes sociales a pocos minutos del doble récord en salto triple obtenido por Yulimar Rojas, que la acreditó a la medalla de oro en las olimpiadas de Tokio 2020 (2021).
Muchos disfrutaron e hicieron sentir por las redes sociales lo orgulloso y satisfactorio que era conocer ese triunfo histórico, que lo asumían como un triunfo de todos los venezolanos. Otros colocaban “viva Chávez” y a Maduro por el apoyo dado a los deportistas para su preparación en los últimos 22 años. Otros, decían que el triunfo es sólo de Yulimar y su entrenador, que no habría que agradecerle nada al gobierno revolucionario, incluso, algunos decían que ese triunfo olímpico es una cachetada al gobierno de Maduro. Un debate estéril, pero que embarga muchos sentimientos encontrados entre venezolanos.
Lo cierto es, que la verdadera propiedad de los triunfos obtenidos por Yulimar Rojas (oro), Daniel Dhers (plata), Keydomar Vallenilla (plata) y Julio Mayora (plata), es de todos los venezolanos, porque se realza es la bandera tricolor patrio, no la de otro, aunque algunos de los atletas olímpicos entrenen en el extranjero.
Veamos el esfuerzo de Yulimar como ejemplo de constancia y liderazgo en el escenario donde domina. Vemos a la mujer joven, exitosa y gloria del deporte nacional e internacional como un ejemplo que motiva y engrandece. Toda su dedicación, su esfuerzo, su energía, día y noche, para resaltar la bandera de nuestro país es un orgullo y modelo a seguir para todos.
El que se monta en esos triunfos para acribillar a los demás, incluso a los gobiernos, devela un grado de frustración, se llama miseria humana.
Por el contrario, a Yulimar Rojas hay que escribirle su vida, su pensamiento, su filosofía de vida, sus métodos de trabajo, su inspiración personal, para que podamos teorizarlo como un patrón a seguir, para triunfar en otros escenarios. Utilicemos sus méritos deportivos para educar y motivar al resto que no logra conseguir el camino hacia el éxito, su pasión, la felicidad en su vida, es decir, el culmen de toda realización.
Los países avanzados industrialmente se inspiran en los logros de sus corporaciones, de sus académicos, de sus atletas olímpicos y de sus científicos exitosos. Teorizan sus experiencias, investigan y develan los principios fundamentales del comportamiento humano. Basados en el principio isomórfico, transpolan los elementos implícitos en las personas y organizaciones exitosas para modelar y aplicarlos en otras disciplinas.
Insisto, lo que ha logrado nuestra Yulimar Rojas, nuestra mujer joven exitosa, así como lo alcanzado por Daniel,
Keydomar y Julio, son ejemplos a seguir para todos nosotros. Gracias por esos triunfos a pesar de las adversidades que vive el mundo en la actualidad.
Correo: agiussepe@gmail.com
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