A siete años del golpe, sectores de la oposición evaden el tema y los medios de comunicación siguen protegiendo a los autores intelectuales de esos asesinatos. Pedro Carmona y Carlos Ortega están fugados de la justicia, ninguno de los militares que participaron en el golpe están detenidos. Después de siete años y de un largo proceso, por fin dictan sentencia contra los policías que dispararon hacia el Puente Llaguno. Es lamentable, que los medios escritos y audiovisuales afirmaron decenas de veces que no hubo un solo disparo hacia el Puente Llaguno, y hoy que se ha demostrado contundentemente lo contrario, guardan silencio para evadir la responsabilidad de haber mentido. Los días 11, 12 y 13 de abril significan los días más siniestros del periodismo venezolano. A estas alturas, ni Globovisión, ni Venevisión, ni RCTV, ni Televen, el Universal, El Nacional, el Correo del Caroní, entre otros, han reconocido que mintieron, tergiversaron los hechos e incitaron a que la marcha fuese a Miraflores a una muerte segura. Nunca habrá reconciliación si continúan en libertad y protegidos por los medios los autores intelectuales del 11 de abril. El Colegio Nacional de Periodistas, ante estos hechos tan vergonzosos, tampoco se pronuncia al respecto. Con total impunidad y desfachatez estos medios privados siguen mintiendo, cuando por ejemplo muestran al alcalde Manuel Rosales como una víctima, siendo que es procesado por enriquecimiento ilícito. En el Zulia el periódico la Verdad y otros medios de comunicación funcionan como abogados defensores de Rosales. No existe el mínimo equilibrio en la información. Otro caso patético es la defensa desquilibrada de los medios con relación a Nixon Moreno, siendo que es procesado por intento de homicidio y violación. Algunos medios han cambiado su postura radical, sin embargo, siguen sin reconocer sus errores. Y los medios más radicales continúan mintiendo con total impunidad. Esos medios y su audiencia hipócrita, tratan de borrar de la memoria venezolana los sucesos de abril del 2002. Prácticamente negaron la existencia de los familiares de las víctimas, mientras nos mostraban una y otra vez a la esposa de un policía sentenciado a 30 años, amenazando a la juez que dictó la sentencia. Es increíble, pero ante esta situación la iglesia se pronuncia a través del Cardenal Urosa Sabino defendiendo a los policías que dispararon hacia Puente Llaguno, y luego exhorta a la paz y la reconciliación, y para colmo el padre Luis Ugalde insinúa que el Pilatos más grave se encuentra en la oposición, ¿por qué?, porque a su juicio la oposición no hace nada ante una sentencia injusta y criminal. Ahora la iglesia asume la vocería para juzgar el accionar del poder judicial. ¿Por qué la iglesia ignora las víctimas del 11 de abril, particularmente los que fueron asesinados en Puente Llaguno?. Por eso la Iglesia no es, ni ha sido nunca un interlocutor válido para buscar la reconciliación. ¿Será que estamos a la puertas de una revisión de los intereses económicos de la iglesia, estamos ante la involución total del ejercicio del periodismo por la mediocre formación de nuestras universidades?. Los procesos de comunicación también se transforman y los medios que mienten involucionan aceleradamente ante una población que se organiza para defenderse de las mentiras.
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