Venezuela, el poder de los relatos

En estos días exacerbadas en el extremismo opositor las ansias de que Trump y sus marines invadan a Venezuela y saquen a Maduro del poder, a cualquier precio, no quedan dudas de que a nadie le conviene más que al mismo gobierno que siga existiendo ese extremismo opositor que, a fin de cuentas, oxigena.

No importa que la mayoría de los venezolanos rechacemos una invasión a Venezuela, no importa que esa "opción sobre la mesa" haya fracasado rotundamente desde Trump I, no importa que esa propuesta no pase de ser una locura salida de mentes siniestras dispuestas a inmolar a todo un país por sus ansias desenfrenadas de reinar, aunque sea sobre las cenizas, nada de esto le importa a MCM y a quienes le sirven siempre y cuando, aunque sea en sus sueños, se salga de Maduro y su gobierno.

Lo peor de todo esto es que, mientras tanto, la gran mayoría de la población se siente condenada a enfrentar y sufrir "la invasión del dólar" que cada día devalúa la moneda nacional, en una especie de marcha forzada, ya sin páginas paralelas que imponen cotizaciones "criminales", mientras los trabajadores reciben ingresos que no varían y que los condenan a la miseria y a la pobreza.

Pero los dirigentes pasan ahora a ocuparse de lo prioritario, los sueños y anhelos de MCM y sus huestes. No importa que se haya renovado la Licencia a Chevron y que Grenell venga al país cuando se le antoje a su jefe a "negociar" y se reúnan con quien quiera y donde quiera. Nada de eso importa, lo importante ahora es que todos estamos ocupados, de mente y de cuerpo, en enfrentarnos a esos anhelos de MCM y sus huestes.

Aunque desde el principio se supiera con certeza que apenas era un montaje propagandístico eso de los barcos con los 4500 marines que venían a las costas venezolanas y que tenían una "misión" que según parecía no era nada secreta.

Así mientras MCM mantiene a sus huestes persuadidas de que algo pasará y que Maduro y su gobierno caerán a cualquier precio, en el otro polo se persuade a la gente de que es inadmisible pensar un gobierno distinto al que tenemos, que el pueblo deberá pagar eternamente el precio de tener una "oposición extremista" antipatriota que añora devolver al país a tiempos coloniales.

No hay que ser genio para concluir que el gran beneficiario del "relato invasionista" a Venezuela es el mal gobierno de Maduro. En este sentido, seguiremos viendo la exacerbación del nacionalismo y del patriotismo por parte de un gobierno que impone inclementemente políticas económicas de espaldas a las necesidades de la mayoría.



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Carlos Luna Arvelo


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