"Matemos al Presidente"

Es un titular del portal aporrea refiriéndose a la condena para Jarvis Britton a un año de prisión federal por haber exhortado en twitter a matar al presidente Barack Obama.

En septiembre de 2012 Britton escribió en su cuenta de twitter ”Matemos al presidente”. Además, en el mensaje mencionó a la organización clandestina F.E.A.R. -Para siempre Inmortales, Siempre Listos, por sus siglas en inglés- acusada de tramar un golpe de Estado, reseña aporrea.

Ahora bien, si esta noticia hubiese aparecido en un medio de comunicación como el Nacional o El Universal, el decir del venezolano común hubiese sido: “Que ganas la de este chamo de buscarse un peo”.

Pero la noticia la publica el portal más visitado por el pueblo revolucionario, mayoritariamente afecto al legado de Chávez y nos lleva a la siguiente reflexión: “Que falta de cojones tiene el sistema de justicia en Venezuela cuando se trata de castigar estos delitos”.

El venezolano es sometido a diario a una guerra cibernética. Es la que han dado en denominar guerra de cuarta generación. La misma, casi que legitima el derecho de cualquier ciudadano, basado en la tan cacareada libertad de expresión, para sacarle la madre a un presidente a través de la televisión, desearle la muerte y hasta expresar sus deseos de asesinarlo y salir indemne ante la justicia después de llamar a un magnicidio.

Los graves problemas de nuestro país descansan en la crisis de valores. Un país se construye en base a la justicia y el respeto a las instituciones por parte de gobernantes y gobernados. No se puede seguir haciendo una política al estilo del viejo imperio Romano que dio origen a la vieja frase: Pan y Circo; frase acuñada durante los primeros años de la era cristiana por el poeta romano Juvenal con la cual se intentaba describir una cínica modalidad de ciertos emperadores de su época que consistía en el obsequio de trigo (alimentos) y entradas para el circo al pueblo, con la solapada intención de mantener a los ciudadanos alejados del mundo político y de los problemas cotidianos.

Hoy esa frase tiene plena vigencia, pues parece que amplios sectores de la población permanecen distraídos de temas medulares, mientras se contentan con algo para comer y se entretienen con espectáculos frívolos o pasatistas.

La revolución, y cuando digo revolución me refiero al pueblo que acompaña este proceso iniciado por el Presidente Chávez, asimiló las largas clases magistrales que el Comandante nos dio en sus maratónicos Aló Presidente, en donde ordenó a la masas a señalar al burócrata -de los cuales abundan en el actual gobierno- cuando estos no cumpliesen con sus funciones y obligaciones y que cuando se trata de impartir justicia uno repara cuán culillúos y cagaos son en su administración y no la imparten por el temor a involucrarse en un soberano peo.

El funcionario que así piense y actúe, es simplemente un mal ciudadano, un contra revolucionario y un contra patria.

¡El que tenga oídos, que oiga!


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Eliécer Alvarado

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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