Escribir sobre este tema es un tanto complicado sobre todo si no queremos caer en los lugares comunes particularmente si hay otros que sepan más de este caso que yo. Qué si estuvo en la tenebrosa Disip; qué si asesinó ciudadanos venezolano y luchadores sociales, qué si es agente de la CIA, todo eso lo sabemos. Por tanto a mi juicio, hay que ir, en este momento, más allá para desentrañar causales.

Vista la trascendencia histórico política del tema, me veo en la necesidad de hacer aportes e incursionar en torno al juicio que en Estados Unidos le fuera realizado a este ciudadano y que los cubanos –los de la Isla- han calificado, palabras más, palabras menos, como una fantochada.

Si ello es así, es preciso oscultar, hurgar, sobre las razones que llevaron al alto gobierno del Presidente Obama (no obstante la existencia de la división de los poderes en ese país), ha desestimar las acusaciones de que fuera objeto Posada Carriles por violar la legislación migratoria; las razones político electorales hacia un target específico de esa nación, como también, que espacios, jurídicamente hablando, quedaron y/o dejaron abiertos, para que otros Estados concreten finalmente, sus petitorios de extradición.

Sobre lo primero y a raíz de la crisis que se produjo en el seno del Congreso norteamericano consecuencia de la autorización de invasión a un país soberano sin la aprobación ni consulta a tan importancia instancia política, queda claro no sólo el dilema en torno al futuro político de Obama, sino que también, un importante sector de esa sociedad rechazó dicha actuación lo que llevó al inquilino de la Casa Blanca apresurar la transferencia del liderazgo de las actuaciones bélicas contra Libia a la OTAN a objeto de distanciarse de un escenario nada favorable a sus pretensiones reeleccionistas; por otra parte y a los fines electorales también, siendo que el conjunto de medidas que él aplicaría (y que fueron las que le llevaron a ganar los comicios electorales a los republicanos), una vez llegado a la presidencia en estos momentos están en entredicho pues no las cumplió tanto en el orden interno como internacional y por último, la necesidad de congraciarse con la voluntad de los sectores más retrógrados de Florida, vinculados históricamente al anti fidelismo crónico; votantes que serían determinantes para su continuidad en la Casa de Gobierno de ese importante país. Recordemos que Bush hijo fue reelecto para su segundo período luego de un fraude electoral consecuencia del mal manejo que al respecto los demócratas hicieron, en términos de balance político; desestimando las maniobras que efectivamente sucedieron. Para ese momento, el hermano de Bush era el gobernador del Estado de Florida.

Finalmente, el no haber sido juzgado por violar la legislación referida, ello no implica en modo alguno, que las causas incoadas en su contra en otros países por terrorismo lo que promovió la solicitud de extradición, hayan perdido vigencia.

Antes por el contrario, a nuestro modo de ver, el Legislador norteamericano, dejó abierta dicha posibilidad y más temprano que tarde, deberá pronunciarse sobre las solicitudes formuladas tanto por la República Bolivariana de Venezuela como por la República de Cuba en torno a la extradición de este ciudadano; pues la absolutoria por violación de leyes internas norteamericanas , no exime respecto de eventos ocurridos en otro países que además de violentar sus legislaciones internas, también comprometen los Tratados y Acuerdos suscritos por EE.UU., con otros países y que al ser aprobados por su Congreso, automáticamente se convierten en Leyes de la República; allá, acá y en la Conchinchina.

Por tanto, en esta oportunidad no cabe el aforismo de que “la historia nos absolverá”; antes por el contrario, les cobrará, más temprano que tarde, el no haber actuado debidamente. La doble moral internacional no puede ser el rasero de quienes se dicen ser los defensores de los Derechos Humanos y de la Paz Mundial.

(*) Politólogo e Internacionalista

Magister en Seguridad y Defensa


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