Miranda después de haber aceptado la Capitulacion que derrumbaría la I República y conocer que el canario Monteverde se encontraba solamente a tres leguas de Caracas, el 30 de julio de ese aciago de 1811, decide llegarse hasta La Guaira.
José Grigulievich; Historiador soviético; en su libro "Miranda", dice:
"....Miranda llega a La Guaira y ordena cargar su preciado archivo, con sus diarios, en el barco inglés"Sapphire, el mismo en que Bolívar hizo su viaje a Inglaterra a Venezuela, ahora nuevamente anclado a ese puerto. Todo indicaba que Miranda pensaba partir de Venezuela en dicha nave".
El Jefe político Miguel Peña, el Comandante Militar Manuel María de Las Casas, los Coroneles Simón Bolívar, Juan Pablo del Castillo, José Mires y Manuel Cortés y los Comandantes Tomas Montilla, Miguel Carabaño y José Landaeta, juzgaban duramente a Miranda, acusándolo de entregar al país a los realistas y de haber recibido pago por la "traición".
Los mencionados republicanos estaban decididos a detener a Miranda y castigarlo.
Bolívar pedía que el Jefe patriotas fuese fusilado y había salido de Caracas , dispuesto a impedir la ida de Miranda.
Este había llegado en la noche de ese día y el mismo capitán del "Sapphire", Haynes, le señala al Jefe republicano, para que se embarque, pero este decide pasar la noche en tierra, a pesar de la agitación del puerto.
En "Aventuras y Tragedia de D. Francisco de Miranda" el escritor José Nucete Sardi, señala:
" Casas recibe a poco órdenes para impedir a todos los patriotas que salgan del puerto, y quien era hasta momentos antes empleados de la República a las órdenes del generalísimo y se ocupaba en disponer su marcha y la de otros, acepta las órdenes de Monteverde, enemigo triunfante".
Miguel Peña de la misma manera, impide la salida de los patriotas y logra, exaltando el ánimo de los patriotas, la intención de detener a Miranda.
Tenían estos dos traidores; Casas y Peña; la intención de halagar a Monteverde e impedir la huida de los jefes patriotas.
Bolivar muy exaltado acusa al general republicano de traición y sirviendo ingenuamente y sin saber los planes de Casas y de Peña.
No quería reconocer el futuro Libertador, que había contribuido con la Capitulacion al perder la fortaleza de Puerto Cabello.
Cuando los oficiales destinados a detener al Precursor, entran en la casa donde este descansa, él piensa que vienen a despertarlo para embarcarse.
Lo instan a que salga del dormitorio que lo esperan en la habitación contigua los conjurados.
Lo acusa Simón Bolívar al verlo de traidor, respondiendo el Generalísimo con la frase:
! Bochinche, solo son capaces de hacer, Bochinche!
Lo desarman y lo conducen a la cárcel.
Peña parte a Caracas para darle noticias a Monteverde de la captura de Miranda .
Es entregado el Precursor a Cerveris, terrible realista, lugarteniente de Monteverde, por
Casas y Peña , que intentaban congraciarse con el canario.
Bolívar y los otros oficiales que habían capturado a Miranda, tienen que ocultarse .
Ya Francisco de Miranda transita por la recta final de su vida revolucionaria.
El "Sapphire" logra partir del puerto, en ella se encuentra Mac Gregor y Antepara.
Los papeles de Miranda y todo su equipaje va dirigido a la firma inglesa Robertson and Belt en Curazao.
Miranda había ordenado que le entregarán 22.000 pesos al inglés Jorge Robertson con la intención de continuar la lucha ya que era improbable que después de haber pasado 40 años consagrado a la lucha, no tuviese en mente persistir en el combate por la libertad de América.
Las autoridades inglesas en Curazao envían los papeles de Miranda a Lord Bathurst, Secretario de Guerra y Colonias en el gabinete de Lord Liverpool.
Después de haber pasado treinta años de que Miranda había sido declarado reo y desertor, además de haberlo perseguido, por fin cae en mano de los españoles.
La venezolana Carmen Bohórquez en "Francisco de Miranda, Precursor de las Independencias de la América Latina", apunta que:
"Un poco más tarde, Miranda es transferido a la fortaleza de Puerto Cabello, dónde igual que los otros prisioneros, es encadenado y mantenido bajo condiciones terribles."
Los cautivos son atados de dos en dos, blanco y negro juntos, para que disfrutarán de la igualdad que tanto les gustaba proclamar.
Desde allí dirige un notable Memorial a la Audiencia de Caracas, en lenguaje sereno pide que sean cumplidos los tratados y las estipulaciones firmadas en 1812.
Las protestas del Precursor resume la indignación de un hombre engañado por Monteverde en la Capitulacion y este encierra en lo más profundo de sus archivos la justa protesta del Procer.
Por la cercanía de las fuerzas patriotas , comandadas por Simón Bolívar, Monteverde decide el traslado de Miranda a la isla de Puerto Rico.
El 4 de julio de 1813 es conducido a Puerto Rico.
Cuando Miranda pregunta al Gobernador de la isla la razón de su traslado, este aduce que es orden del Capitán General de Venezuela.
El Gobernador de Puerto Rico, Salvador Meléndez, le da buen trato y ordena que le quiten las cadenas y mejoren su alimentación.
Pide pluma, tinta y papel, envía el caraqueño , un mensaje a las Cortes españolas, acusando a Monteverde de incumplimiento del tratado de Capitulacion y del ultraje a la Constitución española, este mensaje es fechado el 30 de junio de 1813.
Salvador Meléndez lo visita frecuentemente y le presta periódicos enviados desde Cádiz.
El prisionero a pesar de haber mejorado en su condición, continúa embargado por el sufrimiento y la desesperanza.
Las Cortes reciben la carta de Miranda entre los meses de septiembre y octubre, por los acontecimientos suscitados con el encarcelamiento de sus miembros, es desestimado su contenido.
Pero los amigos de Miranda no cesan de apelar a favor del caraqueño.
Luis López Méndez apela ante Lord Castlereagh y otros prisioneros.
Nicolás Vansittart y Tomás Molini, su Secretario, se dirigen a Ricardo Wellesley para que interceda a favor de Miranda, pero la corte de Saint James, debido a su alianza con España no intercede.
Ya la prisión de San Juan de Puerto Rico no es segura para el reo venezolano y cuando finaliza ese año , es llevado a la Carraca de Cádiz.
Es recluido en una mazmorra subterránea del pabellón de las Cuatro Torres, en dónde es encadenado a un muro por el cuello.
Allí en esa cruel prisión, Miranda se preocupa por el estado de las cárceles españolas y las condiciones en que están los presos.
Había sido encerrado en esa prisión por orden del Capitán General Cayetano Valdés. Está en un cuarto aislado en una de las esquinas de la azotea del edificio, esa pieza ofrece mayores ventajas para su vigilancia.
Se destinan diez reales diarios para su subsistencia y se le permite todo lo necesario para escribir, pero con su debido censura.
Pero el diestro prisionero burla la vigilancia de sus carceleros y escribe a Nicolás Vansittart, hablándole de su cruel cautiverio.
Pide que Inglaterra, por medio de Lord Wellington obligue a España que cumple su Capitulacion con respecto a él, agrega que todos sus papeles y equipaje con los veintidós mil pesos y mil doscientas onzas de oro están en poder de la Casa Robertson and Belt en Curazao.
Finalizando el año de 1814 , el hijo del comerciante Turnbull, Pedro, logra llegar a Miranda una suma de dinero y le envía una carta dónde le dice a su padre, que Miranda permanecerá en Prisión , si no se realiza una evasión.
En otra carta a su padre, Pedro Turnbull, menciona que por mil libras esterlinas se puede obtener su libertad.
Los primeros meses de 1815 Miranda envía una carta a Vansittart, en dónde le comunica que Sir J. Duff, Cónsul inglés, le ha negado 100 libras esterlinas.
También le escribe a su amigo Rutherfurd solicitándole un crédito, pero no obtiene respuesta.
El héroe caraqueño se encuentra desesperado y en esta frase dirigida a Duff, describe su estado de ánimo:
"Parece que la adversidad me persigue dónde quiera y de todas maneras."
Le pide a Vansittart 200 libras para salir del cautiverio.
Las penalidades habían hecho mella en Miranda, estaba envejecido, encorvado y su cara llena de arrugas, tenía un poco de fé y confianza en obtener su libertad.
En esos momentos el Precursor cuenta con la ayuda de una mujer, Antonia de Salis, que fue su enlace con el mundo exterior.
La dama busca amigos que podían colaborar con la fuga del paladín, con un millar de libras sobornaria a los carceleros de la Carraca y escaparía.
Con la ayuda de esos amigos leales podía huir a Portugal, de allí a las Antillas, cerca de las costas venezolanas.
Contaba con el dinero que estaba en manos de Robertson and Belt, pero está compañía con un cliente preso del Rey de España, rehusaba establecer contacto.
Ya para comienzos de 1816 el héroe revolucionario, logra reunir la suma que necesitaba para escapar en el mes de marzo.
Pero al final ocurren percancez que hace falta 300 pesos más, tiene que aplazar la fuga.
Le escribe a Turnbull para que le facilite el dinero que falta, pero este tarda y está demora resulta mortal.
El 25 de marzo sufre un derrame cerebral debido a la presión de los planes de fuga.
Es trasladado a la enfermería de la cárcel en dónde es atendido por su criado, Pedro Morán, un peruano de apellido Saurio, también preso en la Carraca y un fraile Albar Sánchez.
Este sacerdote insiste al preso que se confesara, arrepintiendose de todas sus culpas como haber atentado contra la autoridad del Rey Fernando VII, representante de Dios en la tierra.
Miranda rechazó las pretensiones del fraile diciéndole que lo dejara morir en paz. En mayo tiene cierta mejoría y le escribe a su fiel mujer Sara Andrew, pidiéndole que ponga a salvó sus diarios y archivos enviados por él, desde Venezuela.
La muerte lo rondaría hasta el 14 de julio en dónde a la una de la tarde con cinco minutos expiró el Precursor de la Independencia de la Patria Grande, Francisco de Miranda.
Los frailes y los curas del recinto no permitieron enterrarlo en campo santo, se lo llevaron a un lugar desconocido para de esta forma "borrar la huella de sus crímenes".
En el folio 159 en el libro quinto de Defunciones del Arsenal de la Carraca, se halla la siguiente partida:
"El 14 de Julio de 1816, falleció en el Hospital Real , Arsenal de la Carraca, el particular de causa pendiente y Reo de Estado, Francisco de Miranda, hijo de Sebastián, natural de Benezuela en Caracas, de estado soltero, edad de sesenta años, no testo, recibió el Santo Sacramento de la Extrema Unción y su cadáver fue sepultado en el Campo Santo de este Distrito de que certifico...."
Br. Dn. Juan Francisco de Paula Vergara.
Nadie habló en América de su muerte, fue enterrado por el grave silencio de la ingratitud.
Pasarían años para que se le reconociera su valía y su desprendimiento en la causa Americana.