¿Somos medio país robando al otro medio país o no hay autoridad?

Los enemigos externos al proyecto de revolución bolivariana no son los más letales, son los enemigos que moran en el territorio nacional los agudamente peligrosos y decisivos. El terrorista N°1 del mundo, EE.UU., siempre ha tenido sus colmillos en las entrañas de la patria, con lacayos y/o directamente instalados en el alto gobierno antes de la llegada del comandante Chávez. Hoy se encuentra conspirando ese estado asesino desde su embajada en Caracas. El presidente Evo Morales fue más objetivo y contundente: cerró esa cloaca diplomática y mandó a los gringos a su casa. La conspiración mediática crea más confusión y desorden en el terreno socio político siguiendo la ideología del pensamiento único que profesa el imperio asesino. No es posible que el presidente Nicolás Maduro permita al albañal periodístico, CNN, seguir desestabilizando al país con su basura "informativa" y de entrevistas a bagres de la política nacional e internacional, lo mismo que al asqueroso canal RCN del “hermano” Caín (Colombia). Como decía al comienzo, los peores enemigos los tenemos adentro. Los cipayos pitiyanquis, empresarios de todo nivel, han promovido un bloqueo al acceso de alimentos y productos básicos del aseo personal. Se les otorga dólares a 6.30 Bs. Para que importen alimentos y materia prima y luego esconden el pollo, la carne y otros rubros y los venden subrepticiamente a dólar negro. No hay control de la tan cacareada @SUNDDE_ve; cada quien vende al precio que le da la gana y no hay sanciones, salvo muy contados casos. Dueños de casi todos los supermercados y comercios revenden a bandidos llamados bachaqueros gran parte de la mercancía que reciben y dejan miserias para el público. Estos agiotistas luego revenden al pueblo esos productos ya con un sobreprecio mayor al 1000% en los mercados del centro de las ciudades y pueblos y en bodegas variopintas (¿o varioputas?) Empleados de distribuidoras y cajeros de comercios también revenden los artículos que les asignan semanalmente. Se ha desatado una especie de onda expansiva nacional de ladronaje, de reventa de todo lo que se pueda vender públicamente o por las redes sociales y se hace con todo el descaro e impunidad del mundo.

Los gobernadores de las ciudades fronterizas, especialmente el gobernador del Zulia, se hace cómplice del delito al no confiscar alimentos y artículos de higiene a los bandidos buhoneros de los mercados populares y bodegas de TODOS los barrios, negándose a acatar una orden del presidente. Ahora te dice cualquier familiar que revende cualquier mercancía: “familia es familia y negocio es negocio”. Se han perdido los valores elementales de una sociedad civilizada. Medio país está robando al otro medio país vendiendo lo que sea. El consumismo generado y potenciado por los medios de comunicación nos está consumiendo el alma, las bondades espirituales, la decencia, el pudor filial, la honestidad. Un aire acondicionado que hace un año costaba 3.000 bs. hoy lo venden en 40.000 bs y más y el piquito de oro de la SUNDDE no dice ni pío. Eso ocurre con todos los electrodomésticos básicos de un hogar. Esos funcionarios también son cómplices silentes del delito. La policía y la GNB, tienen en su seno un número considerable de funcionarios corruptos que apañan el bachaqueo y todo tipo de reventa. Los carros chinos fueron “secuestrados” por muchos militares que venden los cupos o los carros a precios groseros. Y el gobierno no dice nada al respecto. Los opositores que acompañan al facismo asesino del pensamiento único también están en la pomada con los boletos aéreos, los cupos de tarjetas de crédito y el contrabando hacia la puta frontera con Colombia.

Esa gente opositora tenebrosa golpea al pueblo con el acaparamiento de alimentos y artículos de higiene que afectan a los bebés, a los niños, a las madres que sufren el desgaste de tanta acción vil. Algunos están presos pero no representan ni el 1% de los que están conspirando en el maltrato al pueblo para tratar de tumbar al gobierno del camarada Nicolás Maduro. No es el tema a tratar, lo del intento de generar un golpe de estado, eso ya es harto conocido y asimilado por todo aquel (lla) que tiene un mínimo sentido común de reflexión. Estamos envueltos en una bruma polucionada de deshonestidad, de robo, de “viveza” y eso es lo más preocupante. El comercio vive un estado de anarquía y la falta de autoridad es otro delito. No vemos el castigo a usureros que expenden repuestos automotores, cauchos, baterías que no aparecen y ningún funcionario del gobierno dice un coño, propiciando colas humillantes y corrupción para conseguir una de esas, pagándole hasta 2.000 bs. a un vivo para que nos haga la cola en la Duncan o en la Titan y así poder comprar tan importante repuesto. ¿Dónde están los carros? ¿Por qué no hay suficiente producción? Silencio cómplice. Todo es una maraña, una salida a fuerza de billete, hago dinero aprovechando las infames colas y no me importa quien sufra, a mis cojones! Lo que me importa es el dinero fácil! ¿Puede un país progresar con esa mentalidad? La falta de autoridad nos está matando, nos estamos comiendo unos a otros y el poder judicial se hace cómplice maldecido.

No podemos tener patria si no tenemos autoridad. La más apestosa corrupción está en los funcionarios que “custodian” la frontera con el enemigo país de Colombia y el poder militar es culpable de esa asquerosidad. Qué pena. Qué triste es ver como los ideales bolivarianos potenciados por el comandante eterno se esfuman en la contaminada atmósfera de la corrupción pública y privada. Ojalá y el ministro de la defensa y la ministra de Interior y Justicia hagan algo y pronto.



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Efraín José Granadillo


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