Los trillados i manipulados argumentos de la oposición golpista (II)

Segunda Parte

“El odio es la falta de imaginación”
HORACIO

En estas páginas de APORREA, varias veces he expuesto la falta de talento que existe entre los líderes de la oposición violenta, conspiradora i golpista, si eso puede considerarse oposición. Una oposición a un gobierno, es una confrontación de ideas i hechos constructivos, tratando de ayudar al gobierno a ver o rectificar sus errores para que, en última instancia los resultados sean favorables a la felicidad i el progreso de la patria i les sume credibilidad i prestigio para las próximas elecciones; estos hombres de la “polis”, están fuera del gobierno, sencillamente porque perdieron unas elecciones, pero tendrán otras oportunidades democráticas. El perdedor de una partida de ajedrez que, es el más intelectual, magnífico i brillante de los juegos del hombre, no puede reaccionar a la derrota rompiendo el tablero en la cabeza del contrario i lanzando por los aires las piezas o deseando matar al rival; lo racional i civilizado es prepararse mejor, estudiar la disciplina, fortalecerse física i psicológicamente i volverse a sentar frente al adversario para tratar de ganar en buena lid. Jamás se puede estar contra la patria. Supóngase que el partido demócrata en los Estados Unidos, que actualmente tiene todas las perspectivas posibles para derrotar al presidente guerrero, paranoico i agresivo que ha hecho el mayor daño a su patria, se enterara a ciencia cierta, de un nuevo gran ataque terrorista a la nación; pero, por hacerle “oposición” al presidente en ejercicio, esconde o acalla el nefasto acontecimiento que viene o les amenaza a todos i vuelven a tener un nuevo 11 de septiembre, i por lo tanto sangre, muerte de ciudadanos inocentes i, destrucción. ¿Sería eso racional, admisible, justo o sencillamente civilizado i patriótico? Obviamente que no; pues precisamente eso es lo que hace nuestra oposición violenta i para colmo quiere hallar argumentos o justificaciones a sus traiciones a la patria. Veamos, por ejemplo, el querer presentar el caso de los paramilitares, como un espectáculo teatral (a los pitiyanquis les encanta decir un “show”), tan bien preparado que, el gobierno contrató de actores al presidente, al embajador i al canciller de la República de Colombia. I de igual manera, ahora ellos (sus partidarios, secuaces i sigüies) ni siquiera conocen quien es Carlos Andrés Pérez ni tienen nada que ver con el vómito de odio recogido por el ahora pasquín “El Nazional”, como si fuese un pensador político; un bachiller estúpido que, ni con los apoyos de aquel entonces como miembro del partido más nefasto, corrupto i torpe de la historia, pudo aprobar ni el primer año de Derecho; presidente destituido i finalmente prófugo de la justicia que debería solicitarse su extradición urgentemente. A todos sus delitos i locuras (recuerden que dejó haciendo un Museo Particular en Rubio, con inversión millonaria) se suma la incitación a la violencia i la guerra civil, así como al magnicidio. Peor delincuente no existe en la historia de Venezuela en la era republicana. El odio que destila, de acuerdo al epígrafe, es la falta de imaginación de un bruto audaz

I volviendo al tema de la pobreza, precisamente también, este presidente corrupto como ninguno, es uno de los grandes responsables de ese fenómeno que, al llegar el presidente Chávez al poder, encontró casi un 80% de pobres i por lo menos un 65 ó 70% en miseria o pobreza extrema, pues todos los otros, tuvieron la misma política de olvidarse casi absolutamente del pueblo.¿Es que, acaso, esa cantidad de pobres i de ranchos, se formaron del 99 hacia acá? ¿Es que existe una varita mágica para reparar en cinco años, los desastre que se realizaron en más de cuarenta años?

La pobreza i otros problemas sociales, no se solucionan con programas pasajeros o eventuales, ni mucho menos por la desprestigiada caridad cristiana. Voi a poner algunos ejemplos de mi experiencia, en diversos escenarios de la vida pública. Veamos en caso del fracaso de la “caridad” de la cual decía Oscar Wilde: “La caridad crea una multitud de pecados”. Antes de irme a Europa en el año 66, atendía un dispensario en el barrio Monteclaro (también llamado “18 de octubre”) en Maracaibo. La visitadora social del centro, informó al director, que era un compañero de promoción i hacía pediatría, de una familia mui pobre “que tenía cinco hijos ciegos o casi ciegos”. Como yo hacía investigaciones socio-económicas i de salud en mi cátedra de Sociología Médica, me recomendó conocer de ese problema (no digo el disparate “problemática”)Fui a un sector en la zona norte, en la vía Milagros Norte, un barrio llamado Teotiste Gallegos. Encontré un rancho de techo de cinc, cartones i palmas secas i piso de barro (un solo ambiente) donde vivía un colombiano alto, trigueño, fornido i de escaso cabello canoso; la concubina era una pobre i fea mujer, casi sin dientes, en harapos, sucia i desgreñada, que padecía de cierto retraso mental, pero tenía cinco hijos, quizá el mayor de unos nueve años i otros en fila hasta uno de apenas dos años, desnudos i panzudos. El rancho estaba rodeado de una cerca de palos, como un corral, sin puerta; el señor salía saltando. Los niños no eran ciegos sino que tenían todos una ptosis palpebral congénita i miraban con los ojos casi cerrados levantando la cabeza; uno como de cinco años i más “vivo” como se dice, mantenía levantado un párpado con un dedo. La tragedia: estamos casi muertos de hambre –explicaba el viejo porque soi un hombre todavía apto para trabajar, pero cuando me preguntan la edad que es de 68 años, nadie me emplea, pese a que soi carpintero, ebanista, albañil, mecánico i sembrador del campo. Traigo algo de comer, cuando hago “marañitas” aisladas i al buscar ayuda para los niños, esa sociedad que llaman CÁRITAS, no quiso venir a ver mi situación, sino que mensualmente me envían un saco de una harina parecida al afrecho, i nada más. Eso es todo. Mas, lo realmente sorprendente es la respuesta de algunos señores profesionales, comerciantes o privilegiados cuando les presentaba el caso: es que la gente pobre no ahorra i por eso cuando llegan a viejos, está en esa miseria. ¡Sorprendente filosofía! Vuelvo con otro pensamiento de Wilde: “Recomendar ahorro a los pobres es grotesco e insultante. Es como aconsejar a un muerto de hambre que coma menos. El hombre no está preparado para mostrar que puede vivir como un animal mal alimentado”. Es algo parecido a aquel chiste cruel: ¡Pobrecito mi burrito...se murió cuando ya se estaba acostumbrando a vivir sin comer!

Para quienes la vida jamás los ha acercado al dolor ajeno, o no lo ha estudiado; quien no sabe, como me decían los vecinos en Korbeek-Lo en Bélgica, la desesperación que los llevaba, durante la guerra, a comer puras raíces i uno de ellos jocosamente me decía: usted podrá saber más Botánica que yo, pero de mi parte lo puedo enseñar a distinguir raíces comestibles de las venenosas! Quienes no han visto cerros de muertos de hambre di frío, como se ven en documentales de la guerra, como observé en la vía hacia Amberes en un Campo de Concentración alemán, el de Beesdrom (creo se llama así) o en el ejercicio profesional, cuando un desnutrido casi cadavérico se le detiene una diarrea, se le ponen unos sueros i se alimenta, para enviarlo al mismo medio miserable i a los pocos días lo devuelve al hospital, no se ha hecho nada. Eso no lo ven los políticos, ni los abogados, ni los ingenieros, ni muchísimo menos los ricos, evitando esas escenas hasta en las películas. Así se podrían describir cuadros dantescos en todos los países pobres, incluyendo el nuestro, i todos nuestros presidentes, desde Betancourt hasta el último Caldera, no conocen ni una cuarta o quinta parte del país que gobernaron; siempre dije que los límites de Venezuela, para ellos, eran: por el Norte el mar frente al litoral; por el Este, Petare; por el Oeste, Los Teques i por el Sur, El Hatillo o los valles del Tuy. Ningún presidente ha conocido todo el país, en sus más apartados rincones i tratado personalmente a su pueblo, como lo ha hecho el Presidente Chávez. Muchas veces ha explicado como viene de esas clases humildes i honestas, con lo que recuerdo a Santiago Ramón i Cajal, el premio Nobel de Medicina en España, cuando decía: “es en las clases humildes i sencillas, donde todavía podemos hallar honestidad i bondad” o algo parecido, en sus Charlas de Café.

Cuando a las causas de la pobreza i las restricciones de alimentación, vivienda i calidad de vida, no se les afronta científicamente i bien planificadas la soluciones, se va al fracaso. En mis clases hace años ponía este ejemplo que sigue siendo ilustrativo. Cuando Egipto, para sus problemas del hambre, planificó la represa de Assuam, la cual incorporaría multitud de hectáreas de tierras de cultivo, no calculó el tiempo de construcción i el crecimiento de población, de manera que tardaron tantos años que, al entrar en funcionamiento la represa i las nuevas tierras de cultivo, la población había aumentado en 13 millones, de manera que al final quedaron igual o peor que antes. Aquí nos ha sucedido algo parecido. Cuando me fui a estudiar a Lovaina, en Bélgica, en el año 66, Venezuela i este bello país donde fui feliz i me nació un hijo, tenían ambos unos nueve millones de habitantes, siendo aquel pequeño territorio, el equivalente al Estado Zulia i parte de Trujillo, pero con grandes ciudades como Brusellas, Lieja, Amberes, Namur, Charleroi, etc. I a pesar de haber tenido una sola gran riqueza, las Minas de Carbón de la Valonia, ya no tan ricas, pero industrializado el norte cerca de Holanda, estaba incluida entre los 10 países más ricos del mundo. Aquí teníamos la plaga de langostas adecas i copeyanas. Pues bien; de aquel tiempo hacia el presente, Bélgica ha aumentado su población en menos de dos millones de habitantes (de 11 a 12 millones), mientras Venezuela, en el mismo lapso, está llegando a los 24 millones. Un crecimiento descomunal i desordenado, mientras la Iglesia venezolana, siempre retrasada, torpe, sectaria, anticientífica, seguía pregonando los disparates bíblicos de aquel dicho inventado, “creced i multiplicaos” i cuando vine hablando desde la primera Universidad Católica del mundo i una de las más antiguas (fundada en 1444) i LIBERAL como pocas, hablando -repito- de demografía planificada, me calificaron hasta de criminal, en un Foro Universitario i en una revista católica. En cambio, en Lovaina, el Padre Pierre Locht, quien encabezó la delegación belga al Concilio Ecuménico, decía que la iglesia no debía opinar de anticonceptivos, porque no eran científicos ni sabían nada de eso; que si un medio anticonceptivo era malo, debería ser porque no servía, para lo que decían que servía. Empero, ellos –el clero- rectifican sus disparates, más o menos unos trescientos cincuenta años después, como hicieron con Galileo. De manera tal que, con un crecimiento exagerado, con un éxodo del campo a la ciudad i con una iglesia desorientando mentes, la POBREZA es una de las mejores hazañas de la IV República, sumado a otros factores mui propios o genuinos, de unos políticos sectarios, depredadores i casi analfabetos culturales.

En una ocasión “reciente” (porque fue la última) Acción Democrática, tuvo un candidato que apenas tenía cuarto grado de primaria ( luego lo humillaron i echaron a un lado) que de estar ahora en el país (aunque me dicen “reside” en Miami) podrían haberlo inscrito en la Misión Robinsón. (Continuará)


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Roberto Jiménez Maggiolo


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