La dirigencia opositora se arrodilla ante Bush

El 8 de julio de 2004, Buenos Aires y Caracas sirvieron de escenario para presentar las dos visiones de país que se enfrentarán en el referéndum del próximo 15 de agosto: el proyecto bolivariano de desarrollo sustentable a través de la integración y solidaridad reciproca de los países progresistas de América Latina y el Caribe, versus el restablecimiento del nefasto sistema puntofijismo de relaciones clientelares y corruptas que garantizaría la transmisión de requerimientos desde Washington hacia el Estado venezolano.

En el astillero Río Santiago, ubicado al sur de Buenos Aires, los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez anunciaron la firma de un convenio para la construcción y reparación de buques para PDVSA, el cual se suma a los acuerdos alcanzados para la creación de Petrosur y un canal de televisión suramericano, y al ingreso de Venezuela al Mercosur como miembro asociado, una vieja aspiración de la sociedad venezolana que hoy se materializa a pesar de los obstáculos oposicionistas de la vieja elite puntofijista. Sumamente emocionado, el presidente Chávez calificó la jornada como "día de júbilo" para los venezolanos, "un paso más en la dirección de un modelo alternativo al ALCA, un paso más hacia la libertad de nuestros pueblos... hacia un modelo alternativo y de verdadera integración y unidad." (RNV/La Jornada, 9 de Julio de 2004)

Al extremo norte del sur del continente, el otrora diputado chavista y hoy vocero de la oposición, Alejandro Armas, anunciaba el restablecimiento de "lazos de amistad" con Estados Unidos, plena apertura comercial a la inversión extranjera, profundización de las relaciones bilaterales con el gobierno neoconservador de Colombia, y el desmantelamiento de la "alianza siniestra" con el gobierno cubano que "ha ido mas allá de lo razonable y aceptable en la diplomacia" (CNN, 8 de Julio de 2004), como los principales ejes de la política exterior de un gobierno de derecha "post-referéndum". Este conjunto de políticas implica la revisión del ingreso de Venezuela al Mercosur o a otro foro internacional integrado por países distintos a Colombia y Estados Unidos, tal y como lo sugirió recientemente la presidenta de Fedecámaras, Albys Muñoz. (Globovisión, 9 de Julio de 2004), y el desmantelamiento de los programas de alfabetización y atención medica integral que con la cooperación del gobierno cubano han logrado alfabetizar a mas de un millón de venezolanos y atender mas de 45 millones de casos médicos, lo cual entra en franca contradicción con la campaña electorera de la oposición que promete mantener las misiones sociales del gobierno bolivariano.

En el "Plan de Consenso-País", presentado ante la opinión pública el pasado 9 de julio y cuyo contenido no es mas que una copia al carbón - con nueva introducción - del proyecto "Gobierno Constitucional y de Unidad para la Reconciliación y Reconstrucción Nacional, Propuesta de Consensos para Políticas Públicas", publicado en octubre de 2003, la oposición expresa claramente su intención de crear una nueva doctrina militar "adaptada a las necesidades reales del país", eliminando el voto militar y separando a la FAN de la sociedad civil, y el restablecimiento de "relaciones sólidas y de confianza con socios naturales y propicios", con lo cual se busca profundizar los vínculos de dependencia con Estados Unidos y organismos multilaterales como el FMI, así como abandonar la política de cooperación y solidaridad reciproca con Cuba, Brasil y Argentina que ha reportado extraordinarios beneficios para Venezuela. Igualmente, la oposición plantea reemplazar la política petrolera de banda de precios por una política neoliberal basada exclusivamente a lo que indiquen las fuerzas del mercado internacional, lo cual ocasionaría una sobreproducción en la oferta de crudo, una caída vertiginosa de los precios del barril y la eventual desaparición de la OPEP.

El proceso bolivariano, por su parte, apuesta a la integración política, económica y cultural de los pueblos de América y el Caribe como el camino mas certero hacia el desarrollo. En este sentido, el ingreso a Mercosur y la creación de Petrosur constituyen un extraordinario avance hacia la materialización de esta aspiración bolivariana. Al contrario, la dirigencia opositora se ha puesto de rodillas ante la administración Bush, pretendiendo entregar el petróleo venezolano a las grandes corporaciones y centros financieros internacionales, y retrogradar el país al papel de patio trasero de Estados Unidos.

(*)Internacionalista MA


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Antonio Guillermo García Danglades(*)


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