Sobre ajustes del control de cambio y cambios en el control

La política cambiaria y su tratamiento público, por sus propias características y múltiples implicaciones constituye una temática sumamente delicada y sensible para ser tocada, sin despertar comentarios a favor o en contra, con los inevitables riesgos y costo político que ello conlleva.

Lamentablemente, el control de cambio, por las razones arriba mencionadas, se ha transformado en un tema “tabú”, que no termina de tratarse como corresponde: mucha profundidad en su análisis, objetividad, heterodoxia y pragmatismo, apoyados en la valiosa experiencia acumulada en los últimos 20 años y sobre todo sin que existan de por medio intereses mezquinos y subalternos que defender.

Más allá de ser un problema técnico y político, sus consecuencias económicas y sociales son cada vez más visibles, por el impacto negativo y las distorsiones que en el aparato productivo, su “descontrol” genera.

Para ordenar y direccionar el presente escrito, debo establecer 2 premisas básicas inamovibles:

1.- El Control de Cambio sigue siendo necesario

2.- Las razones esgrimidas para su aplicación siguen estando vigentes.

Sentado este precedente, sin embargo, luce impostergable acometer su adecuación, haciendo los correspondientes AJUSTES DEL CONTROL DE CAMBIO Y CAMBIOS EN EL CONTROL.

Recientemente, el camarada ex ministro Víctor Álvarez, valientemente se atrevió a hacer unos comentarios y propuestas en la materia, compartiendo con el no sus propuestas, pero si el fondo del problema, cuando afirma que “…. Cuando se mantiene un tipo de cambio exageradamente sobrevaluado durante tantos años es fácil ver que la única mercancía que no ha subido de precio es el dólar junto a la gasolina, la gente prefiere entonces comprar ese dólar en vez de ponerse a producir zapatos, alimentos, partes y piezas automotrices. En Venezuela ha habido una inflación creciente en los últimos años, todos los factores productivos se han encarecido y resulta mejor comprar el dólar, que está prácticamente regalado, adquirir productos afuera y traerlos…..”.

Es rigurosamente cierta su aseveración y la compartimos, sin embargo discrepo de las soluciones y alternativas propuestas, en el sentido de plantear la creación de distintas paridades, diferenciándola por sectores y necesidades.

Nuestra sociedad y economía tiene intacta su estructura capitalista con sus desviaciones, tendencias y prácticas de un mercado controlado por sectores oligopólicos estrechamente vinculados a las transnacionales, que buscan inexorablemente la maximización de la ganancia y para ello no hay leyes, controles ni mil “Cadivis” que valgan.

Se proponen medidas, que ya tuvieron un estruendoso fracaso en los tiempos de RECADI, cuando se implementó el dólar a 4.30; 7.50 y 14.50 disponiendo un dólar especial para la importación de alimentos, insumos, maquinaria y equipos y comenzaron a traer plantas enteras y Maquinaria Chatarra, camionetas de lujo por camionetas rusticas y tractores y jugando, como igual lo hacen ahora, con los aranceles, las subfacturaciones y groseros sobreprecios. Aunque parezca exagerado aun se siguen trayendo vehículos desarmados en 3 o 4 partes como material CKD o sea prácticamente sin pagar impuestos y luego armados en las plantas, que cada vez utilizan menos mano de obra y partes y piezas nacionales, ya que las empresas nacionales encargadas de fabricarlas, tampoco tienen motivación alguna para fabricarlas y se dedican al mejor negocio del momento: importar con dólares preferenciales.

Por otra parte, CADIVI a pesar de que ha modernizado su plataforma informática aun no ha establecido un sistema referencial de precios que trabaje de manera sincronizada con el SENIAT, a objeto de detectar de manera más eficiente los brutales sobreprecios y otros ilícitos que se siguen cometiendo.

Si esto es así, con el funcionamiento de un dólar oficial único, imaginemos que pasaría con distintas paridades y variantes. Simplemente ocurrirían las mismas prácticas de la era RECADI o de la actual CADIVI: Todos apuntarían a captar el dólar más barato, aprovechando cualquier grieta técnica o humana.

Ahora bien, tal como lo señala el camarada Víctor Álvarez “Mientras se mantenga un tipo de cambio sobrevaluado sencillamente la agricultura y la industria nacional estarán tapiadas bajo ese deslave y ese alud de importaciones”.

Para encontrar soluciones apropiadas a problemas que desbordan lo normal u ordinario, se deben adoptar medidas extraordinarias que aprehendan e interpreten sin “reductismo o ceguera” alguna, la realidad que palpita en la Venezuela del día a día, cuando se requiere un repuesto para un vehículo, una lavadora, un par de zapatos, unos lentes correctivos, una caja de jabón o un refresco a precio de oro endulzado con azúcar adquirida a precio regulado, además de ser importada con dólares preferenciales.

Se plantean algunas máximas y “verdades amargas” nada originales por cierto, que no podemos obviar por lo convincentes, y que sirven de referente a la hora de diseñar una política cambiaria “en tiempo real”

1.- Preferible es crear empleos en nuestro país al costo que sea, que generarlo en otros países. Cada mil toneladas de caraota o azúcar importada, representan el trabajo de por lo menos 50 hombres/mes ¿?

2.- En términos de “valor”, es anti natura mantener un dólar anclado por más de seis anos, sobre todo en una economía abierta y un país con una base productiva débil y dependiente.

3.- La regulación de precios debe ser dinámica y estos precios oportuna, económicamente atractivos y racionalmente ajustados.

4.- Profundizar en una política de subsidios a la agricultura, en rubros básicos que favorezcan realmente al pequeño y mediano productor con criterios distintos a los prefijados por el capitalismo.

5.- Mientras el Gobierno revolucionario hace un gran esfuerzo por mantener MERCAL Y PDVAL, ofreciendo alimentos a precios bajos; por otro parte, al pueblo le esquilman ese dinero ahorrado en las ferreterías, farmacias, casas de repuestos, librerías, papelerías, tintorerías, ópticas, zapaterías etc. Que compran al dólar preferencial de 2,15 Bs/$, pero venden utilizando el dólar paralelo como referente, superior en 200% al precio oficial.

5.- La inflación, oficialmente esta alrededor del 26%, sin embargo, en términos reales, esta inflación es superior, justamente por la influencia del dólar paralelo que sigue jugando un efecto distorsionante de la economía

PROPUESTAS:

1.- Devaluar la moneda en un monto significativo nunca inferior al 50% y mantener un cambio único

2.- Ajustar el precio de la gasolina a niveles que se aproximen paulatinamente a su costo real, creando mecanismos de subsidio al transporte de pasajeros e impulsar con mayor fuerza el uso vehicular a gas.

3.-Desarrollar una política efectiva de incentivos a la producción de rubros (agrícolas, agroindustriales e industriales incluyendo insumos), previamente determinados que tiendan a sustituir la importación de los mismos. Estos incentivos tienen que ser no solamente de orden crediticio, fiscal y apoyo técnico, pues deben incluir precios racionalmente atractivo, así como la creación de mecanismos que faciliten y aseguren su colocación.

4.- Establecer un marcaje de precios riguroso a los productos, los cuales deben tener un referente claramente visible y controlado.

5.- La adopción por parte de CADIVI de un sistema de precios referenciales por lo menos a alimentos e insumos esenciales y cuyos volúmenes de importación son elevados. (En una oportunidad en conversaciones con el Presidente de Cadivi, se hablaba de utilizar un sistema similar al Brasilero).

6.-La adopción, bajo control arancelario, de un impuesto al lujo

7.- Establecer CAMBIOS EN EL CONTROL, que garanticen una mayor eficiencia y trasparencia en el otorgamiento de divisas. Existen importantes grietas legales y humanas que solventar.

8.- Programar la Colocación de Bonos tres (3) veces anuales, en fechas pre-establecidas, para que actúen como mecanismo regulador, Garantizando (Ministro Alí) que su colocación, sea más permeable, transparente y democrática.

Por ser un tema tan difícil y complejo, para ser expuesto en un limitado espacio como este, estoy seguro que el análisis es superficial y quedan muchas variables pendientes de ventilar y profundizar, pidiendo por ello disculpas al respecto


(*) Economista- Ex Viceministro de Agricultura
hgarzon@cantv.net


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Hector L Garzon A (*)

Economista. Abogado. Profesor universitario. ExViceministro de Agricultura y Tierras (circuitos agroproductivos)

 hectorlgarzon@gmail.com

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