La oposición venezolana desarrolló en el discurso hacia su militancia una serie de saberes sometidos, dejándolos pasar por argumentos muy distintos de las características propias en la decencia de su original militancia. En general, se trata de saberes insuficientemente elaborados, ingenuos, jerárquicamente inferiores, saberes por debajo del nivel del conocimiento y muy escasos de cientificidad.
Esta, es la formación en cadena de la oposición. Más aún, cuando todo señala que existen nuevos paradigmas, muy al contrario se mantienen en el clivaje del ridículo, practican el diario manual de los errores y de las falsas expectativas.
Y es, que el cambiar para la oposición venezolana es reconocer que la estrategia para tumbar al Presidente Hugo Chávez ha sido una tragedia de errores mal elaborados. Desde que iniciaron esta obtusa empresa, se oponen porque son incapaces de incorporarse a un nuevo criterio político que de verdad los lleve a sepultar sus viejas ideas. En política hay que estudiar las ideas y no es exactamente lo que los pueda caracterizar.
A la estructura de los partidos no los caracteriza la heterogeneidad, sus militantes son los mismos de siempre, están en todo, repiten sus mismos errores. Saltan de organización en organización, sin ningún pudor se designan a los mismos cargos de los partidos que crean hoy, y mañana recogen firmas para salir publicados en las tarjetas electorales.
La estructura partidista no fue rota por la llegada del Presidente Hugo Chávez al poder, fueron los mismos dirigentes de los partidos tradicionales quienes sepultaron sus mismas estructuras y fundaron hasta hacerlo costumbre organizaciones tras organizaciones.
Estas ordenaciones posteriormente fueron infladas por medios de comunicación, quienes exigían el desfile de sus personalidades para desde allí proyectar en diferentes candidaturas a funestos personajes, quienes posteriormente eran resarcidos con jugosos contratos.
Así, a los únicos que en este país les hace falta candidatear es al Cardenal, a los monseñores y obispos del partido político llamado la Conferencia Episcopal Venezolana. Los obispos Baltazar Porras y Licker ya son los nuevos presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. Después de esto, que le dirán al pueblo creyente. La curia ultra derechista, manipuladora, inmoral, sionista, fascista, a quien no le ha temblado la voz para pedir abiertamente que el estado venezolano no rompa relaciones con el estado suicida de Israel, mientras los cristianos vemos impávidos como han asesinado a mas de 1000 inocentes impunemente. Glorioso pueblo Palestino que resiste el dolor de ver masacrados a sus cándidos hijos. “Que dirá el Santo Padre que vive en Roma”, al saber que sus representantes de la iglesia venezolana son los ideólogos y portavoces políticos de la pestífera oposición venezolana.
Qué sensación y vacío pueden sentir los fríos y obligados militantes del engaño al observar este pasquín político, sin duda nada bueno. No se les escapo ni “Er Conde del Guacharo” le crearon su propio partido, “Vota Piedra”.Bien, ahora la oposición se opone a la “Enmienda Constitucional” y se opone, para ver qué tajada de votos les deja esta nueva oportunidad.
El voto opositor deambula por las calles sin dirección, estos partidos opositores no se involucran en captar militantes para sus filas, muy al contrario, siguiendo el modelo de los Republicanos y Demócratas de Estados Unidos se empeñan en captar personalidades, esto, para postularlos o bien para garantizarle raiting a las televisoras que los apoyan.
Lo único que no cambia en nuestro país, es la oposición, antes bien, retrocede en sus discursos. Primero, existen seguidores de estas “personalidades” con discursos de hasta cien años atrás, miedo al comunismo, terror con la propiedad privada, este último, uno de los más explotados por un muy mal despliegue publicitario.
Cada proceso electoral es encumbrado por la amenaza a la propiedad privada, la garantía de la oposición al cerrar con unos cuantos cargos deja vacíos cada vez más difíciles de llenar para futuras elecciones.
El actuar de la oposición ha girado tanto a la ultra derecha que cualquier acto mundial que se cometa como los actuales asesinatos de los israelitas contra los palestinos es inmediatamente aplaudido por ellos y sin ningún parangón apoyado, bajo las más aberrantes explicaciones. Justifican asesinatos de inocentes, por el solo hecho de no compartir sus filas.
La oposición sabe que no existe basamento legal ni jurisprudencia mundial que logre justificar con verdadero criterio cualquier critica hacia la enmienda. El fondo de lo que aterra a la oposición, con la aprobación de la enmienda, es que estarían muy cercanos a ser aplastados por el pensamiento bolivariano y para esto su clase política huye despavorida.
El desasosiego de ser arrastrados por nuevos pensamientos, encarnados en diferentes actores, les dejaría de lado a sus oportunistas y a quienes les impongan las personalidades tradicionales impulsadas por la cortina mediática.
M Sc. Ciencias Políticas
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