Estimada Defensora del Lector:
Estupor, vergüenza e indignación fue lo que me causo la nota editorial de El Nacional del pasado lunes 14 de Octubre. En ella, Miguel Henrique Otero insulta de manera burda y soez a los dos millones de personas que acudieron a la Gran Marcha Bolivariana, al catalogarlos como una “lumpen” comprada por el gobierno “con un bollo de pan y una carterita de ron.”
Es lamentable que desde la dirección de El Nacional se promueva la violencia política con esta clase de insultos que muestran un total desprecio y menosprecio por una población que el domingo dio una gran muestra de civismo y conciencia política, todo lo contrario a lo que intenta señalar el director de El Nacional.
Otero además da una gran muestra de ignorancia al querer utilizar de manera peyorativa una categoría marxista que caracteriza al proletario anarquizado y con vació de conciencia política, lo cual incluso resulta paradójico en alguien que ha condenado tan airadamente todo lo que huela a “socialismo.”
Nunca me ha preocupado que existan artículos de opinión y cartas a El Nacional donde se realicen disertaciones violentas, racistas y fascistas, ya que creo en la libre competencia de ideas. Mucho menos me importa que las editoriales de El Nacional se hayan convertido en un panfleto de propaganda antichavista, ya que solo basta pasar la pagina o darle un click al mouse para dejar de leerla. No obstante, resulta inaudito que este espacio haya sido utilizado como plataforma para fomentar el odio y las divisiones sociales en momentos en que el dialogo y el entendimiento son requisitos indispensables para la paz del venezolano.
Como lector y colaborador de El Nacional condeno firmemente la posición grosera que ha tomado su director contra el pueblo bolivariano de Venezuela. La actuación de Otero es indigna de la memoria de su padre, de la historia de tan prestigioso diario, de sus trabajadores, periodistas y reporteros, de sus colaboradores y lectores.
Atentamente
Antonio Guillermo García Danglades
Internacionalista
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