La guerra psicológica y la geometría familiar del poder en Anzoátegui

El asunto de la guerra psicológica es el fondo un proceso curioso, porque aunque su objetivo está dirigido a la desestabilización y crear en el sujeto revolucionario una vía para que deserte del proceso, muy en el fondo, la guerra psicológica está enfermando a los seguidores de los “líderes” de la oposición y los están convirtiendo en bobos.

El segmento medio alto que suele considerarse como seres especiales y superiores, fue donde de alguna manera se incubó ese sentimiento antipartido y de rechazo a los políticos. Ese rechazo no fue un sentimiento huérfano (si es posible el término) porque los sujetos de ese rechazo estaban plenamente identificados en las filas de los partidos de AD y Copei. En la última década del siglo XX, ese sentimiento pudo percibirse fácilmente.

Si profundizamos un poco en el curso de esa guerra psicológica se determinará, que el fenómeno de la “disociación”, fue otro de los objetivos de esa guerra y el único que alcanza un nivel de logro. Ahora, el protagonismo político de la oposición es dirigido desde los medios, pero asumido operativamente por los partidos tradicionales que ese segmento rechazaba y cuestionaba. Los medios y los operadores de esos medios, cultivan un sentimiento racistas, en relación con los sectores que nos ubicamos en la acera del frente, pero también en su accionar político”, comunican muy claramente la visión y percepción que tienen de sus seguidores.

Los líderes de la oposición hoy, son los que ayer concretaron el pacto de “punto fijo” para dejar al país con una gran deuda, una inmensa pobreza y un desprecio por los partidos y los políticos. Son los mismos que dieron “luz verde” a la famosa “cuota balón” que derrumbó esa visión de “ser rico” de esa segmento medio alto, pero muy a pesar de esta circunstancia; los seguidores más radicales de la oposición “olvidan” todos esos acontecimientos y hoy, se encuentran eufóricos y aplaudiendo una oferta electoral integrada por los “líderes” que esa “clase media” meritocratica y “exquisita” cuestionó en la década de los noventas. Es muy difícil encontrar una oferta electoral peor.

Veamos las condiciones de esa enfermedad y cómo ese segmento se ha venido convirtiendo en una “comuna” de bobos.

Los líderes de la oposición por el simple hecho de llevarle la contraria a Chávez han dicho que no debe aceptarse que el aumento en los colegio privados sea igual o menor al 15% y seguidamente, como autómatas (bobos), los seguidores de esos líderes ya tienen los cheques listos para pagar más del 50% o lo que sea necesario. Si el gobierno intenta controlar los precios de los productos básicos, los opositores argumentan que ese control es una manifestación de a dictadura comunista que hay en Venezuela y se muestran dispuestos a pagar los precios que colocan especuladores de los grandes automercados.

Vimos y oímos, que los líderes de la oposición cuestionaron la propuesta de reforma Constitucional, porque su diseño, según sus mentiras, fue planteado para concentrar más poder en manos del presidente y acabar con la descentralización. Se manipuló la oferta de una nueva geometría del poder y los seguidores de los líderes de la oposición siguieron esa mentira muy sumisamente. Las 26 leyes promulgadas recientemente están siendo sometidas al mismo proceso y los seguidores de la oposición continúan siendo controlados y manipulados con las misa mentiras.

Lo cierto es que los líderes de la oposición dicen una cosa y hacen lo contrario y sus seguidores son tan bobos, que en verdad no tienen capacidad de discernir nada. Los Líderes son supuestamente muy democráticos, pero la selección de los candidatos a las gobernaciones y alcaldías fue manejada y resuelta con la tradicional formula “cogollérica” al estilo de la IV, como si nada hubiese pasado en este país desde la década de los noventas. La oposición ha dicho y repetido insistentemente que apuesta por la descentralización y la no concentración de poder y están haciendo exactamente todo lo contrario. Ciertamente tienen necesidad de controlar y concentra poder.

El caso de Anzoátegui es un fiel ejemplo de esa postura. En esta entidad, la oposición impuso un mecanismo electoral, que contiene un procedimiento antidemocrático y perverso, que no dudo en calificar “como una nueva geometría familiar de poder”. El Candidato a Gobernador, fue escogido por un “cogollo”, cuyo nombre es el “grupo de los 100”, pero efectivamente, son 7 tipos, entre los cuales hay dos exgobernadores. Gustavo Marcano que es el candidato a Gobernador y actual Alcalde de Urbaneja/Lechería, dejó a su mamá como candidata a la Alcaldías de Urbaneja sin consultar con nadie.

En el Municipio Guanta, el Alcalde deja como candidata a su esposa. En Anaco, el actual Alcalde (Jacinto Romero Luna) y la oposición ponen “cogolléricamente” al hijo como candidato y en El Tigre (Simón Rodríguez), el Alcalde se impuso como candidato y al sentirse rey de la mesa de Guanipa, impuso democráticamente a su papá como candidato en San José de Guanipa: El Tigrito. ¿Eso no es concentración de poder y nepotismo?


¿Cuál es la lectura?

Pienso que la lectura está muy fácil. No hay que desbaratarse los sesos para entender lo que está muy claro. En el fondo está en curso una nueva geometría familiar del poder en el campo de la oposición. Es volver a la lógica de ayer, pero con un modelo más restringido: Una democracia de familias que se pasan las instituciones como si se tratara de un botín.

Aunque esta práctica de selección de candidatos es antidemocrática, perversa y contradice los pregones de la oposición, ella no es más perversa que la de dejarse conducir por ella. Es claro entonces, que el papel de los seguidores de la líderes de la oposición no es muy decoroso. No entender esa vieja práctica, es efectivamente cosa de bobo.

evaristomarcano@cantv.net


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Evaristo Marcano Marín


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