El adeco con sotana


Cuando he leído la ponderada i decente respuesta del Vicepresidente José Vicente Rangel, al iracundo e indecente sacerdote “cristiano” Baltasar Porras frustrado aspirante a Cardenal, luego de la desaparición del tristemente célebre Ignacio Velazco, quien adjudicó a Dios la paternidad del desastre natural del Estado Vargas, por soberbia vengativa del Señor del Universo, contra el presidente Chávez i, además, fue golpista consagrado, he pensado que de lo expuesto en esa respuesta de Rangel, lo mejor ha sido declarar que de las acusaciones de Porras, lo más notable es que constituyen un insulto a la inteligencia. Realmente es inconcebible la ignorancia de este prelado encaramado en la cumbre de una Comisión Episcopal. Sin embargo, estoi convencido desde hace más de medio siglo, de la poca cultura i conocimientos que proporcionan los Seminarios, donde ni siquiera la filosofía es actual, sino que andan por los tiempos de Jaime Balmes, que no fue ni filósofo. Conocí a un estudiante de filosofía, a quien quise como a un hijo, por ser un héroe de esas clases pobres que se gradúan con increíbles esfuerzos. Se dedicó a la Lógica Simbólica, escribió un Problemario de Lógica, pero lamentablemente falleció mui joven en un accidente automovilístico, Ese muchacho, fue seminarista i me contaba las iniquidades, vejámenes i todo tipo de aberraciones que se observan allí. Fracasó en su primer matrimonio, por las secuelas del Seminario i su caso llegó a parecerse al que narra Herman Hesse en su novela La Rueda. Yo imagino a Porras, un sacerdote doblemente “envenenado” en sus ideas; primero por su formación deficiente en el Seminario i, luego, por su “adoctrinamiento” adeco, hasta hacerlo un verdadero energúmeno, totalmente opuesto a lo que pregonan del cristianismo, aunque ya se ha dicho repetidas veces que “Ha llegado el momento de que la Iglesia, antes que a los hombres, pida perdón a Dios por las muchas infidelidades y traiciones de sus ministros, especialmente de los que ejercen autoridad en el vértice de la jerarquía eclesiástica” Este es el caso típico de este sacerdote político i fanático, al cual he calificado de indecente, sin que eso sea ofensa, sino una cualidad, tal como define esa palabra, el diccionario de la lengua (DRAE) Compostura, recato, honestidad, modestia, dignidad, etc., en todos los actos de la vida, es la decencia, e indecencia, todo lo contrario, de manera que las cosas están claras i a la vista de todos. Este adeco furioso, lleno de soberbia i de venganza, insulta incluso a sus otros partidarios, pues yo he conocido i he sido amigo, de muchos hombres del partido AD, que han sido i son, personas decentes. I de paso cabe preguntarse ¿Puede ser una persona así, “ministro de Dios”?

I en cuanto a la ignorancia, este señor de la Porra, no conoce Historia ni otras disciplinas del hombre civilizado. Se comenta igualmente que, “Nessece est ut eveniant scandala” decía Jesús: “es necesario que se produzcan escándalos cuando es por el bien de todos” como cuando fustigaba los privilegios de los miembros del sanedrín; violencia cuando sacó a los mercaderes del templo, pero siempre en defensa de las clases humildes, de los pobres, de los apartados por la fuerza de la calidad de una buena vida. Empero, este “ministro” de Jesús, defiende a los ricos, a los golpistas, a los que han destruido i saqueado al país, porque él mismo ha perdido sus privilegios políticos i económicos. Este inculto sacerdote, estoi seguro no ha leído nada serio de fascismo, nazismo, comunismo, etc. Debería leer El Vicario, de Rolf Hochhuth, para no citarle ya los tiempos nefastos de la Inquisición, sino cómo, uno de los Papas que consideramos mejores, Pío XII, fue cómplice por omisión, del nacimiento del nazismo i sus atropellos posteriores; debería leer Auge y Caída del Tercer Reich, de William L. Shirer, para que tenga criterio al hablar de lo que no sabe. Así podría recomendarle muchísimos libros más que, seguro estoi, mientras leía i lee textos viejos de religión (si es que eso le interesa), nunca se atrevió a mirar a otro lado. Debería leer, más recientes en su aparición, las obras de Pepe Rodríguez (español, no el de aquí) Las mentiras fundamentales de la Iglesia o La vida sexual del clero, i otras obras que ya no puede colocar la iglesia en el célebre Index. I finalmente, leer, estudiar mucho, Historia de Venezuela, para que no se le olvide que, nunca como ahora tenemos una verdadera democracia que se ocupa de todos los venezolanos i, finalmente, lea al Libertador. Si usted no ama a Bolívar, no tiene ningún sentimiento de patria; si usted no conoce la obra genial del Primer Ciudadano del Mundo, usted no es realmente un verdadero venezolano. Examine su conciencia señor Porras, i acepte una recomendación final: abandone los hábitos que no respeta (también conozco verdaderos sacerdotes, cristianos, veraces i honestos) i quítele a los escasos adecos de hoi, (a Ramos i a Fermín) la dirección i organización del partido, pero no se escude en la religión. Eso es indigno. Si llegara a Cardenal, desprestigiaría a la iglesia romana, al colocar un zamuro, entre Cardenales.


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Roberto Jiménez Maggiolo


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