El Poliedrito fue testigo de excepción.

Voceros y Delegados del PSUV de las Parroquias de Caracas cuestionan Poder Constituido.

I

Previo al día martes 11 y de manera apresurada comenzó a realizarse una convocatoria a los Delegados y Voceros de las Parroquias de Caracas. En principio la convocatoria venía direccionada por parte del diputado Juan Carlos Dugarte, pero frente al rechazo de muchos de los Voceros, posteriormente, la asume la comisión promotora del PSUV: instancia menos cuestionada. La cita de ese martes en el Poliedrito, con hora de inicio a las 9:00 a.m., ya asomaba los signos de la improvisación para los primeros puntuales asistentes. Pasadas las 10 a.m., el primer grosero contraste genera el también primer impase airado: llega una concejala de nombre Celina, con acompañantes que vestían franelas rojas con el nombre de la concejala, además de un camión con sonido con senda pancarta con el mismo nombre. Este preámbulo y la cara de los Voceros avizoraba un debate duro entre los que fueron privilegiados con recursos del poder constituido y los que tuvieron que trabajar con las uñas antes y en el propio acto refrendario del 2 de diciembre. 11 a.m. con un pico largo y prevalecía el desorden, sacaban mesas del Poliedrito para disponerlas para una sección con mesas de trabajo, no había agenda previa ni orientaciones claras, resaltaba el esfuerzo de l@s compañer@s de la sala situacional del PSUV de la Vicepresidencia ante el cambio de ordenes, tardíamente llegaba la logística de apoyo para las mesas de trabajo. Comienza el ejercicio constituyente, de manera autónoma los voceros inician el debate con micrófono en mano, entre llanto y crítica descarnada comienza el balance de la jornada refrendaria. Los primeros llamados apuntan a blindar al Presidente, a reconocer su esfuerzo, a precisar responsabilidades, a sincerar el debate sin miedo, a fortalecer la unidad decantándola de oportunistas, corruptos y burócratas… en dos palabras: a hacer revolución.

II

Llega Darío Vivas, al parecer no logró escuchar las primeras intervenciones incendiarias y se hace del micrófono: la línea metodológica para el debate son mesas de trabajo con todo lo dispuesto por parroquia. Los voceros le increpan que esa es su propuesta y votan democráticamente la suya: debate en asamblea plenaria. Darío entrega el micrófono ante la resuelta decisión de la base… un reinicio momentáneo en desorden que es controlado ante la propuesta de elegir director debate, dos relatores, tiempo de intervención y la exigencia de que la relatoría se publique en aporrea y se le haga llegar al compañero Chávez. El Poliedrito se convirtió en testigo de la conciencia que allí existió y se expresó: se debatía sobre una derrota estratégica contra los oprimidos de siempre y de una victoria de la propiedad privada y la derecha endógena en el acto electoral más importante en estos nueve años de proceso revolucionario, de como la victoria del NO acumuló apoyo sustancial de los rojo rojitos que han usufructuado el poder en este tiempo y han pasado a engrosar las filas de la burguesía o de la clase media alta y de como la degeneración de ese poder, que debió producir gobernabilidad revolucionaria en el ámbito local, regional y nacional, se convirtió en corrupción, impunidad, exclusión, burocracia y, principalmente, en causa de una grave abstención que hizo reventar los resortes de alarma en el campo de la revolución y de quienes acompañan el liderazgo de Chávez. 

III

Casi 90 intervenciones, mucha autodisciplina, los diputados llegaron hasta el final, no hicieron ni un asomo de tomar la palabra, el poder constituido estaba siendo sometido a una crítica incesante, llena de muy duros calificativos. Ni siquiera Chávez escapó a las muy bien y coherentes argumentaciones que apuntaban a responsabilizarlo y que se puede sintetizar en el abismo de rechazó que existe entre el Presidente y la gran mayoría de quienes lo acompañan en su accionar de gobierno, hay un reclamo de gobernabilidad revolucionaria como ejercicio colectivo bajo control social del poder popular constituyente.

Quienes estuvimos allí empezamos a intuir que no hubo Pueblo Vencido en esta reciente confrontación, la firmeza y moral de los que allí intervinieron por las distintas parroquias de Caracas reflejan en algo esta intuición. Como dijo un delegado de una Circunscripción del 23 Enero cumpliendo un mandato discutido previamente. ¡Nuestra Circunscripción asume la derrota! Siendo rigurosos, la derrota hay que buscarla en los hombres y mujeres de este proceso que juegan roles de direccionalidad y gobernabilidad política. La CONFIANZA del Pueblo en la direccionalidad y gobernabilidad política, encarnada por quienes la constituyen, convierte los programas (igual el proyecto de reforma) en una aspirina: “todo el mundo sabe que quita el dolor de cabeza, así nadie conozca a fondo su contenido”. Son muchos los elementos de balance que se debatieron como causa de la derrota y del desencanto crítico que se produjo en una parte importante de la población votante que lo ha hecho por Chávez, lo cual conducía ha responsabilizar la injustificable ausencia de gobernabilidad frente carencias aún no resueltas en importantes sectores del pueblo llano, inconcebible la arbitrariedad y cinismo conque empresa privadas de educación, prensa, radio y televisión, de producción y distribución de alimentos, FEDECAMARAS y la cúpula de la iglesia hacían su trabajo conspirativo impunemente, pero lo que más indignó en el auditorio del Poliedrito eran las acusaciones directas contra esa derecha endógena enquistada en el gobierno y que descaradamente trabajo a favor del enemigo. La desconfianza… mas bien el repudio a esos hombres y mujeres con responsabilidades de gobierno que no pueden ocultar privilegios a costa del usufructo de los recursos del Estado, que son recursos y dinero del pueblo, fue lo más debatido y señalado como causa de la derrota. Pero quedó bien claro, se trata de una derrota reversible, algunos la consideraron necesaria y de alerta reflexiva, no hay cierre del proceso revolucionario en curso, la potencial fuerza del Pueblo Bolivariano, incluida la abstención, constituye el principal motor de control social de este proceso revolucionario, sobra disposición de cambio en el pueblo venezolano para transformar el gobierno, el régimen y el estado en un poder institucional revolucionario.

Ojala, antes de que usted lea este artículo, la relatoría del Plenario de Voceros y Delegados de Caracas haya sido publicada. Pues sepa usted, que esa relatoría es parte de la cantidad de informes que le piden a los batallones y circunscripciones desde la comisión promotora del PSUV. Bueno, las asambleas de Delegados, Voceros y militantes del PSUV están a la espera de los informes que debe presentar el poder constituido en cada organismo, comunidad o localidad, esto es parte de las exigencias que se plantearon los Voceros el martes en el Poliedrito.



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Juan Afonso


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