El País de Comiquita

Victoria Pírrica (o la vergüenza del triunfo)

Yo sé que los escuálidos no lo entienden y a cada nuevo término que usa el Presidente Chávez para referirse a ellos, le sigue un estudio sesudo en las enciclopedias y en el famoso DRAE, en busca de los significados de los vocablos nuevos para su léxico ( de seguro salen embalados a ver qué significa “vocablo” y “léxico”). Así que vamos a ayudarlos un poco.

“Victoria Pírrica” significa que el éxito que se obtuvo es insignificante para el despliegue de recursos que se empleó para ello; significa que el triunfo dejó tan exhausto al vencedor que pudiera ser víctima fácilmente de una nueva arremetida del derrotado; significa también que el triunfador sufrió graves daños, tantos como los de su adversario, por lo que no le quedan ni siquiera ganas, y menos fuerzas, para celebrar.

Resulta que Pirro, amigos escuálidos, era un general griego sumamente exitoso, tanto como ustedes, que a veces regresaba triunfante de algunas de sus más épicas batallas. Así, Pirro, marchó una vez sobre Apulia con un ejército de 20 mil hombres a su mando, de donde regresaría tiempo más tarde, triunfante, habiendo perdido a más de un tercio de sus guerreros. A partir de allí se acuñó la frase “victoria pírrica”. Y así el General Pirro fue tejiendo de triunfos su historia guerrera, hasta que, sin ejército que lo defendiera fue asesinado en Argos en el año 272 a.d.C. Por cierto es oportuno recordar el final de ese guerrero en este fragmento “Al entrar en Argos al frente de su ejército una mujer desde lo alto de su casa le arroja una teja con asombrosa puntería. A los 46 años murió sin pelear, distraído, en un desfile y por medio de un proyectil proveniente de la mano de una mujer. Bochornoso”. Para la posteridad quedaría entonces la expresión de marras para calificar aquellas victorias que causan más penas que glorias.

Así, pues, el triunfo del 02 de Diciembre significó una de las victorias más pobres que contienda electoral alguna pueda deparar para un triunfador, ya que, dado los recursos despilfarrados por un ganador opulento, sólo se consiguió, por un estrechísimo margen, diferir por unos pocos días o meses la propuesta que se votaba; o lo que es lo mismo, al quedar las cosas tal como estaban, apenas se lograría un empate técnico entre los contrincantes.

Quedarían archivados numerosos recursos que estaban preparados para la contienda. En sus cajas quedaron miles de bombas caseras que iban a ser usadas para guarimbear apenas se supiera el resultado por ellos esperado y hasta ansiado; cientos de cauchos se perderían en los galpones de importantes empresarios; numerosas municiones que entraron por los caminos verdes andinos quedarían almacenadas en espera de mejores oportunidades, si es que acaso antes no son descubiertas; cientos de miles de afiches POP con la palabra FRAUDE quedaron fríos en las casas de connotados escuálidos; miles de velones están desespermándose en las iglesias que sirvieron de ostras a los líderes encubiertos de la oposición y a otros que no lo eran tanto; cientos de miles de dólares provenientes de la USAID y NED perdidos en el maquillaje recibido por los improvisados líderes estudiantiles que sustituyeron a los rayados y artríticos políticos de la oposición; el sacrificio físico de una líder estudiantil opositora de LUZ; decenas de viajes al extranjero por parte de dirigentes sifrinos en busca de

recursos para la victoria; decenas de gerontes de la oposición sacrificados, condenados al ostracismo y escondido su liderazgo, para darle imagen de lozanía a la nueva dirigencia.

Como si todo esto fuera poco, el triunfo de los opositores llevó a éstos a aceptar la Constitución del 99 como la carta magna de todos los venezolanos; a aceptar, entonces, que Venezuela se llama República Bolivariana de Venezuela; que la Bandera Nacional tiene 8 estrellas y no 7 como se empeñaron en conservar; que el Presidente de todos los venezolanos se llama Hugo Chávez Frías; que éste es un Presidente Democrático, por lo que ya no pueden luchar contra el fantasma del dictador que mitómanamente trataron de crear; que a partir del 10 de Diciembre pueden dormir media hora más, ya que el día anterior deberán atrasar sus relojes media hora; que el sistema electoral venezolano es el más completo y seguro del mundo y hasta aceptaron que muchos de los cambios propuestos en la reforma se pueden hacer en el marco de la Bicha (a confesión de parte . . .). Un último acierto de esta victoria es que al otro día en los anaqueles de los supermercados se podía conseguir huevos, leche, aceite, pollo, etc. productos éstos que escasearon fruto de la estrategia estomacal opositora.

Victorias de esta naturaleza llevarían al Rey del Epiro, es decir, Pirro, a afirmar luego de una de esas jornadas gloriosas, tipo domingo 2 de Diciembre: “Otra victoria como ésta y no sé con quién regresaré al Epiro”, o sea …



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Héctor Acosta Martínez

Profesor Universitario jubilado. Graduado en Historia. Especialista en Programación Neuro-Lingüística.

 elecoeco@gmail.com

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