Reflexiones sobre el referendo de la reforma constitucional

Volverán sólo sí...

No puedo, bajo ningún concepto, aceptar la derrota que acabamos de sufrir.

De esta derrota el análisis es muy simple; allá aquel analítico político que le quiera echar coco y pensar distinto; pero este “NO” se resume así:

¡No quiero un nuevo periodo presidencial para ti Chávez!

Eso fue lo que expresó el pueblo; ¡no más Chávez! ¡no más! Posiblemente un socialismo sí, pero no más de ti Chávez.

De otra manera no se puede explicar esta derrota.

¿Quiénes le negaron el SI al comandante?

Se lo negaron casi dos millones de votantes chavistas que en diciembre de 2006 votaron por él para un nuevo período presidencial pero que en esta oportunidad no se lo concedieron.

La interrogante a plantearse es por qué no votaron para otorgarle una nueva oportunidad de reelegirse y de paso aumentar, de seis a siete, el período presidencial y seguir adelante con el proceso que llamamos revolución bolivariana.

Hay una serie de factores que muy probablemente pudieron haber sido determinantes.

Desde nuestra óptica uno de ellos es la corrupción. La corrupción ha echado raíces en la revolución. No se puede construir una revolución en base al latrocinio y a la impunidad entre sus conformantes. Las revoluciones que han salido adelante lo han hecho, incluso, al costo de la vida de muchos de sus actores. Un ejemplo lo tenemos en el proceso independista venezolano en donde fue necesaria la ejecución; pasar por las armas, incluso, a héroes como Manuel Piar; héroe de la batalla del cerro del gallo en San Felix antigua Angostura; José Prudencio Padilla; héroe de la batalla naval del lago de Maracaibo; fusilado por conspiración. Se dice que en complicidad con Francisco de Paula Santander en contra de Bolívar; e incluso, Francisco de Miranda con quien Bolívar tuvo un gesto de magnanimidad; quien para no fusilarlo por su capitulación, optó por entregarlo a la corona española para su enjuiciamiento por traición a la corona.

Ya el excelente analista José Sant Roz se me adelantó en un “análisis de la derrota” publicado en Aporrea en donde esbozó una serie de factores con los cuales coincidimos plenamente que según él fueron determinantes en este revés. En lo que no coincidimos es que a diferencia de él que no considera este revés como derrota, nosotros sí. Toda perdida electoral es derrota; lo demás es hablar pistoladas y quererse engañar uno mismo.

Llegó la hora para el comandante. Ya tiene, como han dicho algunos opositores, el sol en la espalda; es duro reconocerlo pero es así; ya su mandato tiene fecha de conclusión y sólo le resta, como compromiso, echar el resto por el país; cumplir y hacer cumplir la constitución; ejecutar las leyes habilitantes; saldar la deuda social con el soberano a través de la ley de seguridad social que no termina de llegar; la ley de salud que por su ausencia mantiene a un militar en un cargo que no es el natural de un castrense; usurpando funciones que no son sus naturales; que le corresponde a un profesional de la salud y la ley de policía nacional, tan importante para contrarrestar el más sentido flagelo que azota al pueblo en su generalidad: la inseguridad.

A toda esta iniciativa, se debe sumar la renuncia en pleno del tren ministerial, pasarlos a la contraloría para revisión de sus cuentas bancarias y encarcelarlos en caso de serles comprobados actos ilícitos contra la cosa pública. Sólo así, se podrá transitar el espinoso camino en la búsqueda del sucesor del líder presidente; quien tendrá nada más y nada menos que la importantísima función de dar continuidad al proceso revolucionario; sustituto este que entre tanto corrupto que rodea al comandante, ni siquiera lo imagino.

Caso contrario, si volverán.

El que tenga oídos, que oiga.

Eliécer Alvarado, Médico.


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Eliécer Alvarado

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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