¡Sí Hay Que Escuchar A Marta Colomina!

Cuando escuché por primera vez a Juan Barreto dar esta sugerencia (afirmando que el programa de la profesora de Comunicación Social, Marta Colomina, era uno de los más humorísticos del país), creí que era simple retórica de su parte, o a lo sumo como parte del humor típico de Barreto.

Sin embargo, este domingo mientras hacía zapping, me topé con una entrevista realizada a la insigne profesora, esta vez por Leopoldo Castillo (El marico de Aló Ciudadano, según su colega Mingo). Ver a tan notables figuras de la oposición juntas maldiciendo a Chávez sin duda debía ser algo digno de ver, pensé, así que me quedé viendo unosminutos el canal que dirige el adeco Alberto Federico Ravell.

Y en realidad, debo reconocer que no me había reído tanto en toda la semana. ¡Y me considero una persona de muy buen humor!

La profesora comenzó indicando que el Presidente Chávez estaba muy asustado. Trate el lector de imaginarse su acento español y su hablar atropellado mientras lee el siguiente párrafo:

"Fíjate tú -le decía Colomina al Matacuras- que el presidente Chávez está tan asustado que se trajo diez mil cubanos, bueno, no... ¡no todos son cubanos! Unos cuantos son libios. Bueno, se los trajo para que participen en el desfile del 24 de Junio porque él sabe que el Ejército está tan molesto con él que son capaces de matarlo, y por eso no van a haber soldados venezolanos allí".

Las carcajadas sonaron por doquier, mientras tratábamos de imaginarnos a un montón de cubanos y libios desfilando el 24 de junio, con sus enormes bigotes, su gran barba negra y sus facciones tan inconfundibles. Trataba de imaginarme al soldado que todos los 24 de Junio leía el parte de victoria de la Batalla de Carabobo hablando en perfecto acento cubano, mientras los soldados libios entonaban el himno nacional acompañados de unas bailarinas exóticas danzando al estilo Shakira. Entonces, aparecerían unos tanques de fabricación rusa mostrando las más recientes armas químicas fabricadas en el IVIC, para luego finalizar el desfile con algunos aviones MIG-24 surcando el cielo.

Pero los disparates siguieron.

"Fíjate que él está tan asustado que ya no permite que los soldados salgan de permiso con sus armas", continuó diciendo, mientras yo trataba de imaginarme a los cadetes de permiso, tristes, sacando a bailar a sus novias pero diciéndoles "lo siento mi amor, hoy no pude traerme mi fusil FAL porque ese desgraciado Chávez no me dejó".

Leopoldo se reía mientras le seguía la corriente a la vieja, quien rápidamente cambió de tema y comenzó a arremeter ya contra la Contraloría General de la República. "Que vergüenza que en este país ya no podemos tener un contralor independiente, miren como esa vergüenza que tenemos declaró que había prescrito el caso de corrupción que afectaba a Lucas Rincón". Colomina se refería a una denuncia con siete años de antigüedad que afectaba al general Valencia Vivas, ministro de Defensa cuando Caldera, y a sus subordinados Lucas Rincón y Víctor Cruz Weffer... denuncia que no sólo ha prescrito por antigüedad, sino que también hay una decisión judicial que declaraba inocentes a ambos subordinados.

Pero lo que da más risa es quien realiza la acusación: recordemos que sobre la señora Colomina pesan innumerables denuncias de corrupción cuando fue presidenta del canal 8 en el período de Lusinchi... y nunca fue declarada inocente sino que su caso prescribió. ¡Que tal! Como decía Jesucristo... "miran la paja en el ojo ajeno pero no ven la viga metida en el suyo". Creo que Marta no tiene la viga metida en el ojo, precisamente.

Pero la señora continuó. Ante la pregunta de Leopoldo sobre los ascensos militares, Colomina respondió:

"¡Que lamentable lo de los ascensos! ¿Tú sabes a quienes van a ascender? ¡A los peores, a los peores de sus promociones! ¡Los más malos, pues, los que tienen las peores notas!", dijo la Colomina con una rabia que florecía por toda su piel, una rabia chistosa, que la hacía temblar como una hoja. A lo cual Leopoldo, en un extraño ataque de imparcialidad piadosa, respondió:

"Pero fíjate que Lucas Rincón fue el primero de su promoción, era el que tenía las notas más altas".

Por unos milisegundos el estudio se llenó de silencio. Todos: los compañeros de Leopoldo, los camarógrafos, el personal técnico, los espectadores... todos esperaban con tensión por algunos milisegundos a ver qué respondía la vieja ante un ataque tan fugaz y certero. Casi que se hubieran podido escuchar sus latidos del corazón... tan-tan, tan-tan...

Pero pronto respondió:

"¡Todo tiene sus excepciones! Además -continuó en su hablar atropellado-, te aseguro que esos exámenes eran escritos, porque si hubieran sido orales, ¡ese hubiera salido bien raspao! ¿No ves que no sabe ni hablar bien?".

No sé exactamente qué lo causó: si fue su atropellado hablar gallego, si fue el gracioso movimiento de su empinada nariz sobresaturada de maquillaje, si fue su actitud de que "si no la gano al menos la empato". O si fue todo eso junto. Lo cierto es que todos rompimos a reirnos otra vez. Y cuando digo todos, me refiero a todos: en mi casa, todo el mundo. En el estudio del Aló Ciudadano, todos estaban absolutamente muertos de la risa. Leopoldo no sabía cómo contenerse: miraba al parguito de los lentes de pasta, a la catira que atiende las llamadas, a los camarógrafos... ¡todos estaban muertos de la risa!

Yo lo confieso: por mucho que respeto al General Lucas Rincón, yo también estaba muerto de la risa. Pero no me reía del hoy ministro, quien seguramente recibió la burla, la cual aceptó. En realidad, me reía de Colomina. La profesora Marta es el vivo ejemplo del bufón de los salones de clase, aquel a cual le dicen: "no se ríen contigo, se ríen de ti". Es que ella hubiera podido haber dicho cualquier otra cosa de Lucas Rincón y de todas formas habría causado risa, no por lo que decía, sino por la forma en que lo decía, por la rabia que brotaban los poros de su cuerpo y por sus gestos que verídicamente parecen los de una marioneta de Plaza Sésamo.

En fin, gracias Marta. ¡Me hiciste pasar un grato momento este domingo!

¡Y Televen depende de tí! Tu programa matutino es repetido en las mañanas y en las noches por el canal de la esfera roja (¿castro-comunista?), quien lleva tiempo al borde de la quiebra y se ha visto forzado a despedir a decenas de venezolanos. Para poder mantenerte en el aire, han tenido que verse forzados a repetir la telenovela El Clon (y no es la única que están repitiendo), pasar por enésima vez el ciclo de Cantinflas, mostrarnos al Superagente 86, a Mi Bella Genio, a Hechizada y a Los Tres Chiflados. Y hasta le han dado un giro a su noticiero, forzados a entrevistar a chavistas y a reseñar los cables de Venpres en un esfuerzo por parecer imparciales y ganar el público que han perdido.

En fin señores, me uno a Juan Barreto y les recomiendo que, aquellos días que se sientan amargados y molestos, escuchen un rato a Martica para que recuperen el bueno humor. ¡Salud!



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Luigino Bracci

Estrecho colaborador y antiguo miembro del equipo editor de Aporrea. Bracci es un celoso defensor del Software Libre y de la libertad de expresión.

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