Desde el 31 de octubre hasta el 1 de noviembre tuvo lugar en Gyeongju, Corea del sur una reunión de todos los líderes de las 21 paises miembro de APEC. En un contexto de cambios globales constantes y de creciente incertidumbre en el ámbito comercial internacional por la errática política arancelaria de Estados Unidos; la reunión constituyó una plataforma vital para la cooperación regional y también será importante para configurar la gobernanza regional y global.
El presidente chino, Xi Jinping, presentó otra vez su propuesta de cinco puntos para dar rumbo a la cooperación en Asia-Pacífico, aportando la experiencia china a la construcción de una globalización económica universalmente beneficiosa para la comunidad en Asia-Pacífico.
La región de Asia-Pacífico, es sin duda la más dinámica del mundo. Desde los Objetivos de Bogor de 1994, hasta las recientes expansiones a nuevos campos como la economía digital, el crecimiento verde y la inteligencia artificial, APEC es un ejemplo de éxito que se expande al resto del mundo. El FMI reconoce que es la región de mayor crecimiento del mundo, es probable que los aranceles más elevados y el creciente proteccionismo de Estados Unidos reduzcan la demanda de sus exportaciones y afecten negativamente a la actividad económica.
La reunión tuvo como lema «Construir un mañana sostenible», que se centró en tres prioridades: Conectar, Innovar y Prosperar, con temas clave como la transición energética, la innovación digital y la facilitación del comercio, con el objetivo de consolidar trayectorias de crecimiento sostenible en un mundo incierto, que la evolución del orden actual hace incierto. Solo China se perfila como un participante clave en ese mundo económico futuro por su aporte en campos emergentes como la tecnología y la energía verde, China promueve la cooperación en innovación, al tiempo que apoya la resiliencia y la seguridad de la cadena de suministro y la industria regional. Tomo como ejemplo la cooperación tecnológica para la inteligencia artificial como estrategia nacional, una política que fomenta el desarrollo de una cadena industrial regional para toda la región del Asia-Pacífico como motor de la economía mundial