Estados Unidos no solo domina con su ejército, domina las mentes con ideas y conceptos, contra los que hay que luchar, porque pueden ser falsos pero que la gente los cree. Así que consideré sistematizar algunas de las ideas emblemáticas que como soporte ideológico ha utilizado Estados Unidos para lograr su dominación mundial. Para los países que luchan por un desarrollo independiente es necesario comprender, analizar, la ideología de los Estados Unidos y las ideas y creencias que la soportan como la punta de lanza con la que intervienen a otras naciones.

Hay que ampliar nuestro conocimiento del país que quiere someternos con su simbología y forma de ser, para así dar la batalla comunicacional en todos los terrenos. Se han atribuido símbolos, cualidades, cuyo desmontaje no pudo realizarlo ni la Unión Soviética en los enfrentamientos entre sistemas, al no logar diferenciar entre emblemas politico ideológicos de los Estados Unidos y la realidad.

La mayor preocupación al escribir este artículo es proporcionar alguna base resumida sobre los pilares del discurso ideológico e imperialista de los Estados que pueda ser de utilidad a quienes quieren conocerlo y combatirlo. No es solo una crítica sino de dar una visión integral que pueda utilizarse para la batalla cognitiva.

La narrativa de Estados Unidos se presenta como una meta a alcanzar por países y personas, desean vivir allá, incorporando sus valores a su identidad nacional y por lo tanto perdiendo la propia. Son saturados no solo con el mensaje, sino por vía comercial, con publicidad y productos que han influenciado su identidad cultural, política y social.

Este entramado de ideas no solo seduce a su población, sino que sirven para ordenar y justificar su política interna y su expansión internacional. Entre estas ideas emblemáticas destacan conceptos como: 1- el Sueño Americano 2-la Libertad, los Derechos Individuales 3-la Tierra de las Oportunidades 4- la Democracia 5- la Excepcionalidad 6-el Individualismo 7- la Innovación, todos pilares del discurso político que ha moldeado mentes, imaginarios y legitimado formas de dominación.

El Sueño Americano, es el gran mensaje, pero que reduce la aspiración humana al éxito, solo al éxito individual sin tomar en cuenta el éxito colectivo. Esta narrativa ha atraído a millones de inmigrantes y ha sido adoptada como modelo por sociedades enteras, convirtiendo a Estados Unidos en una referencia de esperanzas. Pero lo que parece una promesa es, en realidad, una estructura de competencia feroz, donde el éxito del otro puede convertirse en amenaza. No contempla la solidaridad como camino, al contrario, instala la idea de que cada quien debe salvarse solo, y que el fracaso es culpa personal, no consecuencia estructural.

En lo político, este sueño no se cumple por la necesidad de contar con grandes capitales o el respaldo de élites para participar con eficacia, lo que distorsiona la democracia y genera lealtades hacia intereses privados. Es un terreno cerrado para uso de súper ricos. La participación ciudadana se convierte en simulacro, y el sueño en pesadilla para quienes no pueden pagar el precio de entrada.

La Excepcionalidad Americana, sostiene que Estados Unidos tiene una misión de grandeza en el mundo, justificando sus intervenciones y políticas a lo largo de la historia. Se presentan como el policía del mundo, para los que contravienen sus pretensiones de defender el modelo capitalista. Lo Excepcional ha sido la cantidad de guerras en las que Estados Unidos ha participado.

La Libertad y los Derechos Individuales, expresados en la Declaración de Independencia y su Constitución, es fundamento de la política estadounidense. Su defensa ha llegado a simbolizar la identidad misma de la nación. Sin embargo, han sido vistos desde el punto de vista de los empresarios y sus grandes empresas, obviando la justicia social y la equidad de las mayorías, llevando a tensiones internas porque la realidad desafía la premisa de la igualdad entre estadounidenses. Los ricos en EEUU no van presos.

La idea de ser la Tierra de las Oportunidades, donde cualquiera puede prosperar, ha fomentado la creencia en una meritocracia. Pero realmente es una escenografía que oculta la precariedad, la exclusión y el privilegio heredado. No es un terreno fértil para todos, sino un campo minado donde solo algunos saben transitar.

La Democracia es otro concepto central en la narrativa estadounidense, promoviendo la idea de un gobierno del pueblo y para el pueblo. No obstante, se le utiliza descaradamente para justificar las intervenciones y su dominio mundial y la inmensa crueldad de las mismas.

El Individualismo, valor fundamental en la cultura estadounidense, promueve la autonomía y el logro personal ha llevado a una falta de defensa comunitaria y a un debilitamiento de la solidaridad, dejando que cada quien resuelva sus problemas con lo que se incrementa la agonía y la sin esperanza de los más pobres en ese país.

Finalmente, la Innovación ha sido una fuerza impulsora del país. Sin embargo, frente a la rápida evolución tecnológica, surge la limitación al acceso de la población a los bienes tecnológicos, restringido su disfrute a un 35 % de la clase media que tiene el país, excluyendo a los sectores pobres, que deben recurrir a los bonos y cajas de alimentos que les proporciona el Estado en sus diversas presentaciones, para cubrir necesidades básicas.

Pero todo este entramado de ideas es creído y defendido por su población y por grandes sectores de la población mundial, que al no diferenciar entre el símbolo y la realidad justifican la política y el real terrorismo de EEUU nación sobre todos los países más débiles.

Estados Unidos está relacionado con la evolución y con la actual involución de estas ideas, su perdida simbólica augura una ruptura en la unidad del país. Su reimposición se vuelve perentorio para mantener su dominio clasista imperial. En Gaza se ve como la imagen de los derechos humanos supera al horror de la realidad.

La forma de vida de los Estados Unidos se da en una estructura bipolar imperialista, una superestructura donde se difunden valores y fundamentos que con cierto grado de idealismo irrealizable son creídos y vividos por toda su población y una infraestructura bárbara y feroz que los niega. Con esa fórmula ejerce el poder a lo interno del país como en todo el planeta bajo su influencia hegemónica cultural.