Hay que desafiarnos a pensar las incertidumbres que nos rodean desde que el modelo civilizatorio de la Modernidad entró en crisis producto del agotamiento de sus ideas-fuerza (desarrollo, bienestar, igualdad, justicia, libertad, etcétera) por su irrealización debido a las intrínsecas contradicciones del régimen capitalista liberal y neoliberal que lo hicieron inviable. Pero pensar no es una aplicación natural de la razón, ni un don solipsista sin el concurso interactivo de los(as) demás. Mucho menos, el despliegue de la lógica o racionalidad instrumental del capital que convierte todo degradadamente en herramienta, medio, instrumento o estrategia, así como en mercancías.
Es la activación y despliegue de la racionalidad intempestiva e impugnadora emancipadora, y producto metacognitivo sentipensado complejo de las dinámicas de fuerza negativa (lo negativo como superador dialéctico) y analéctico a la vez, que actúan sobre lo presuntamente ya pensado y cristalizado como conocimiento verdadero, saber cierto y creencia sólida; y contra las presiones ideológicas exteriores mediáticas, digitales y virtuales de la posverdad hegemonizadoras que desean imponerse y alienar (falsedades, fakes, medias verdades, manipulaciones, etcétera). Creando fuerzas intelectivas y epistémicas críticas contrahegemónicas culturalmente que componen y recomponen rizomáticamente un tejido de inferencias categoriales, conceptuales y metódicas innovadoras y transformadoras transmodernas, sin dogmas y leyes que petrifiquen el pensamiento para desarrollar y renovar la conciencia. Siendo esta la autoconciencia de sí misma, un darse cuenta de la lógica o racionalidad del propio pensamiento y de lo pensado autopoiéticamente.
Los agenciamientos auto-co-poiéticos son re-composiciones en red construidas por el deseo o voluntad de saber libremente al capturar o atrapar la resonancia que desafía la producción creativa de nuevos saberes y conocimientos siempre y cuando el ámbito afectual sea emplazador o incitante y se genere la disposición corporal para ello. La resultante es una reorganización de las estructuras neuronales afectuales-cognitivas en los cuerpos. De esa manera el deseo de saber neutraliza al de no-saber o al pseudosaber informacional-digital-virtual de la Inteligencia Artificial que rechaza conocer desde la negación crítica progresiva y las distinciones reflexivas desconstructivas.
Las dos grandes dinámicas favorecedoras de los reaprendizajes mediados por los agenciamientos auto-co-poiéticos o re-creadores en interaccion grupal y que enmarcan mayoritariamente las operaciones del pensamiento complejo, son las negaciones progresivas y las distinciones complejas. La primera encierra las operaciones intelectivas-afectuales del pensamiento crítico negativo que tienden a la negación dialéctica o la ruptura con las representaciones reproductoras dominantes desconstruyéndolas junto con su racionalidad acrítica, y como forma de afrontar problemas sin asumir mecánica o instrumentalmente dogmatismos de resolución de lo real contradictorio o complejo, sin concebir su progresión de manera lineal porque es compleja y rizomática. La segunda, son formas del pensamiento complejo para observar y conocer distinguiendo que envuelven las diferencias analécticas o ambivalentes que no tienen resolución dialéctica de síntesis pero que reconfiguran lo observado y diferenciado a través de la observación distinguidora crítica o la sensibilidad radical sin fijarse o anclarse por ello en el estatismo del análisis descriptivo parcial sino que tiende a su interpretación-comprensión conjuntiva o relacional globalizadora.
El agenciamiento auto-co-poiético se activa espontáneamente desde el deseo o pulsión de saber y a consecuencia de la apelación o incitación de la ambitalización afectual resonadora al repercutir en los cuerpos aprendices-productores y transfigurar las alteridades a efectos de su traducción reconstructiva para el proceso de reaprendizaje.
Pensar la emancipación, exige emancipar el pensamiento.