La Quinta Columna fue un término acuñado durante la Guerra Civil Española,1936-1939, que se refería a grupos ocultos y organizados dentro de la zona republicana que apoyaban al bando nacionalista, franquista a través de un conjunto de actividades tales como espionaje, sabotaje y subversión. Estas redes actuaban para desestabilizar la República desde adentro, preparando el terreno para la llegada franquista siendo por lo tanto desleales a la comunidad republicana en que vivían.
El término se popularizó después de la declaración de un general franquista quien afirmo que a las cuatro columnas fascistas que avanzaban hacia Madrid, había que agregar una "quinta columna" subrepticia, operando en Madrid para la victoria del golpismo. Estos grupos y tal es su similitud con lo que ocurre en Venezuela, eran grupos derechistas infiltrados en las estructuras de gobierno y partido de la República para atacarla y sabotearla. Aquí por momentos parece que no estamos infiltrados sino saturados.
La quinta columna estaba compuesta por militantes derechistas tenían el objetivo principal de debilitar la resistencia republicana mediante el espionaje, la desinformación, el caos y el sabotaje. Exactamente lo que han hecho y hacen en nuestro país toda la derecha que trabaja para otros países, y tienen desorientado al gobierno que no alcanza a explicarse porque programas bien pensados no dan los resultados esperados.
Es que los sectores de la oposición e individuos que colaboran y más que colaborar con los intereses de Estados Unidos son realmente agentes a sueldo de ese país en Venezuela, propician las agresiones criminales, para desestabilizar el país desde adentro, han logrado penetrar y prácticamente apoderarse de sectores institucionales enteros como fue el sector de hidrocarburos, sus empresas, PDVSA, el Banco Central de Venezuela, alcaldías y casi todo el entramado de gobierno ante una actitud vacía de espíritu revolucionario de muchos de los dirigentes que a pesar de las denuncias realizadas por muchos medios no toman medidas para contener a los Quinta Columna venezolanos y activar los niveles de control correspondiente.
Es importante destacar que al término "quinta columna" no se le ha otorgado la relevancia política que la identifique plenamente, que la ubique, en sus esfuerzos de deslegitimar al gobierno de Nicolás Maduro y consolidar un frente interno opositor y fascista.
Es que aunque se ha podido detectar muchas veces a tiempo las maquinaciones y emboscadas, los intentos de golpes de estado, que lanzan desde la derecha persisten sin descanso, tal como lo demuestran las ultimas maniobras de Guaido en España, la toma de la directiva del Banco Central o las más de 90 empresas utilizadas para la droga y el golpismo en el Zulia, junto con alcaldes de la región.
Todo ello evidencia la existencia de una red organizada y coordinada de agentes trabajando para sabotear el país y la elaboración permanente de planes paralizantes y golpistas, constituyendo una "quinta columna", pero que no ha sido un elemento específico identificado de tal manera en el discurso político chavista venezolano.
Son grupos específicos de planificación terrorista y saboteo institucional, con un accionar destructivo y paralizante del estado, con saboteos, destrucciones, incendios, saqueo institucional, aspecto que creo necesario resaltar particularmente, pues aunque tengan la misma intención constituyen acciones separadas, de las directamente políticas. Corromper a un presidente de PDVSA o a los alcaldes, requiere estrategias distintas a quemar un hospital. Son áreas distintas de responsabilidad en la derecha.
Igualmente quiero señalar que esos grupos Quinta Columna, derechistas y fascistas tal como sucedió en la guerra civil española, son en Venezuela una operación planificada, organizada y con acciones permanentes, en una conspiración masiva, cuya denuncia debe incorporarse también como parte de la narrativa bolivariana, por el inmenso daño que siempre están ocasionando.
Es necesario complementariamente hacer un llamado a las instituciones del estado de defensa y control, algunas de ellas completamente pasivas revolucionariamente, para elaborar nuestra planificación para evitarlos y neutralizarlos.