No contrariar, sólo evadir y disimular (No contrariar, sólo evadir y disimular)

Las dos últimas elecciones: 28J y 25M, muestran también la crisis de la revolución venezolana. No me refiero a la del cerco económico impuesto por los gringos, esa es una de las tres razones de la crisis. Hablo de la desesperanza por la ausencia de una real profundización en aquella democracia dibujada por Chávez. Los discursos sobre la propuesta comunal, cuando no simulan, evaden. Lo real es que se ha tomado -con nuestro tumbaito- el camino del modelo chino. Se hizo privilegiando el capital con la flexibilización laboral y los incentivos fiscales y financieros.

Olvidan que los chinos utilizan "la historia como espejo" y que no somos como ellos. Esa es la segunda razón de la crisis. No tenemos, ni remotamente, la organización, control y rigurosidad del partido comunista chino. Nuestros afanes económicos y políticos, siempre terminan inconclusos, basta con ver el uso constante del prefijo "re". Y esto no es sólo el gobierno, es una falla cultural extendida por la nación. No sólo no corregida, a veces, aupada.

Alguna vez escuche al historiador y amigo Luís Felipe Pellicer -lo tengo en alta estimación- definir al pueblo venezolano como el más mestizo de Latinoamérica, cosa que lo hacía más atrevido y menos dispuesto a agachar la cabeza. Y yo le agregado: nada que ver con la disciplina. Sin menospreciar las virtudes mencionadas, una caracterización de ese "tumbaito" son las expresiones: ¿cómo qué hora es? ¿Para cuándo dijo que lo quería?

Esa pérdida de confianza de muchos y la desesperanza en aquellos que Chávez entusiasmó con convertirlos en motor fundamental de la economía, se pretende, ahora, superarla con el "métete a emprendedor". Decenas de millas de motorizados, en nuestras ciudades, lo están haciendo, llevándoles comodidades por encargo a quienes pueden pagarlas. ¿Y en el campo? Más allá de algunas pocas comunas exitosas, la recuperación agrícola es la del tradicional empresariado. Ni siquiera se nos ha ocurrido copiar de los chinos sus granjas familiares, subsidiadas para hacerlas productivas.

Hay una tercera razón: la crisis generalizada de nuestra "izquierda". Dos muestras: La primera: el PSUV convertido en Estado y, por lo tanto, ejerciendo el tutelaje oficial. El resto de la izquierda, metida en la bolsa de los perifollos, sin capacidad de proponer algo o de confrontar lo propuesto. De esta manera la revolución se quedó sin vanguardia revolucionaria. El PSUV gobierna y convoca, sin importar que la convocatoria atraiga el 29% de la población activa, como sucede en la senil Europa. Por todo esto me resulta sorprendente que un importante y progresista streaming de la comunicación política de Venezuela, diga en su mancheta: La sonrisa del pueblo es la línea estratégica más importante para un buen gobierno...



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José Manuel Rodríguez


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