Eligio Damas, cumanés, historiador, escritor y, sobre todo, siempre militante de izquierda; me envió, a raíz de uno de mis artículos, una reflexión tan corta como precisa. La crítica y la discusión siempre será bienvenida. Sería lo propio en un ambiente político participativo y protagónico. Por eso es bueno promoverlas, aunque le moleste a la dirigencia del Partido. Sobre esto escribió Eligio:
La izquierda en el mundo todo, está "alejada del mingo", porque, sustantivamente, todos los supuestos "diferentes" grupos, los estalinistas, trotskistas, leninistas y hasta gramcistas -le faltó los psuvistas- parten de la falsa idea que, el cambio de modelo de sociedad, estaría determinada por la acción del Estado y, por eso, actúan al revés. Intentan llegar al poder y desde allí hacer "la revolución". Es decir que, un Estado capitalista, se encargaría de construir una sociedad diferente: Esto es más iluso que pedirle peras al olmo.
Este accionar del Estado es, en definitiva, el accionar del Partido. Así ha sido en todos los países del mundo capitalista y también del socialista. En todos los gobiernos electos por el voto popular, es la democracia representativa, es decir, la de los partidos gobernantes, la que controla la política, la economía y las relaciones internacionales; les guste o no al pueblo que los eligió. Igual cosa sucede en aquellos países cuyos gobernantes llegaron al poder a través de procesos revolucionarios impulsados por las grandes mayorías de sus pueblos que, luego, impusieron ese adefesio soviético que llamaron centralismo democrático.
Es a esto que se refiere Eligio. En un Estado controlado por la dirigencia de un partido, no hay manera de construir una sociedad diferente a la que ya existe. Los representantes de la sociedad, del signo que sea, siempre buscarán mantenerse como tal. Lo logran gracias al poder y significación de lo que tienen bajo su control. Cualquier esfuerzo para cambiarlo será bloqueado. Hay centenares de ejemplos en el mundo, incluyendo a nuestra revolución. Basta con recordar aquel discurso del 2006, donde Chávez se quejaba de la política capitalista de bonificación del salario. Lo decía así: fue así como se fue deteriorando los salarios... apenas el 20% del ingreso percibido por los trabajadores tenía incidencia en el cálculo de las prestaciones... Y las pensiones, ni se diga, súper miserables, lo que les tocaba a los trabajadores, después de toda la vida laborando... condenados a la miseria... ¡Cómo cuesta revertir esto...!