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Los bajos salarios no solo paralizan a la UCV, porque Facultades y Escuelas se ven en la necesidad de que todo el personal trabaje en turnos sino, que genera una gran deserción a nivel docente y administrativo nunca antes vista.
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A partir de las dos de la tarde las aulas están vacías y la soledad es lo que impera. Sólo en la Facultad de medicina y el Clínico Universitario se ve alguna actividad.
En artículo anterior sobre el tópico de las universidades lo titule "La Caja Negra del Sector Universitario", para referirme a los ahorros y bienes que por muchos años se acumularon en las diferentes instancias gremiales, Cajas de Ahorro y Dependencias Oficiales, que era una especie de previsión para el futuro del sector y que ahora no se sabe en manos de quienes se encuentran.
Nadie responde por estos haberes, ni los sectores gremiales, ni los sindicales y mucho menos el sector gubernamental. El silencio sobre el tema no sólo es alarmante sino, escandaloso.
Mientras tanto, todas las comunidades del sector universitario languidecen, sin ver a corto o mediano plazo, como se va enfrentar esta grave situación, que poco a poco ha llevado a la indigencia a toda la comunidad universitaria.
No habría espacio suficiente para narrar las viscisicitudes que hoy sentimos, sobre todos las adversas, los que tenemos todavía presencia en el campus universitario.
Bien lejos, pero bien lejos están aquello tiempos donde los estudiantes acudían al recinto con cierto confort y más lejos la esperanza de familiares, que veían en sus hijos graduados la esperanza de mejorar en algo sus condiciones de vida.
También está lejos, pero bien lejos, los tiempos en que el salario devengado por todos los trabajadores del sector (obreros, empleados, profesores, investigadores) les alcanzaba para sus necesidades y si se ahorraba algo, hasta para darse una vacaciones decentes.
Aunque a alguien le duela o pretenda ignorar por tozudez política, como dicen los mexicanos, esta es la mera verdad, de lo que estamos viviendo en las Universidades.
Eso que informan burocráticamente algunas instituciones, que nunca se apersonan a investigar in situ, de que tal o cual universidad está en el ranking, de las mejores de América Latina o el Mundo, como dicen en mi tierra oriental es puro "Buche y Pluma".
El Drama se ve en el campus y lo percibimos y sentimos los que allí, todavía, convivimos:
Estudiantes que claman clases a distancia, no porque pidan a gritos, adaptarse a las nuevas tecnologías, que las mismas universidades, dicho sea de paso no pueden ofrecerles, sino, porque carecen de medios para trasladarse a sus respectivos recintos, comprar un libro que se les recomiende, comer en el propio recinto si es necesario y necesitan tener trabajitos ocasionales, matar un tigrito, como ellos mismos lo dicen, para ayudar al sustento familiar y sufragar sus gastos de pasaje.
Si lo ve desde la óptica del personal administrativo, docente y de investigación, la presencia en sus respectivos puestos de trabajo en las universidades es intermitente. Horarios especiales, un día se va otros dos, no, porque los salarios no dan ni para pagar el pasaje, que si es dinámico, porque sube al ritmo del dólar.
Hay Escuelas que se han visto en la necesidad de llamar de nuevos a jubilados de años, para dictar clases porque carecen de docentes y los que pueden optar por conocimiento y experiencia, se alejan debido a la miseria de sueldos que se les ofrece.
Reconocemos que en la actualidad se hace un esfuerzo por maquillarlas, mejorar sus estructuras y edificaciones que por desidia tanto de sus autoridades internas como oficiales causaron grandes deterioros, en algunos casos de suma gravedad, pero eso no es todo.
Recuerdo por ejemplo, cuando escribí una serie de artículos que titule "Radiografías de la UCV", valga un ejemplo, al llegar a lo que eran los hermosos predios de las Facultades de Veterinaria y Agronomía, me tropecé con una especie de selva, una casilla de vigilantes, totalmente deteriorada y cuando baje del carro, una jauría de perros salvajes, me atacó, se habían apoderado del recinto y amenazaban a quien se moviera.
Al final logre entrar, hice un recorrido y por casualidad me encontré a un trabajador, de esos que añora a su universidad y por allí merodeaba, al preguntarle por la situación que veía, me dijo: mire profesor, el último caballo que nos quedaba, se lo llevaron, lo descuartizaron, aquí quedó sólo la cabeza, el cuero y las patas. Yo que soy incrédulo casi me persigno.
Al ir al recinto de la UDO, pude caminar sobre los libros que todavía quedaban dispersos por el suelo, porque las instalaciones por las mismas causas anotadas con anterioridad habían sido saqueadas y destrozadas. Mobiliario y cualquier instrumento de utilidad había sido robado.
El sector del personal universitario que está jubilado creo que se lleva la peor parte de la crisis, si es que ésta puede jerarquizarse. Decenas de profesores no tienen como afrontar enfermedades propias de la vejez, algunos no tienen descendencia y otros que la tuvieron, se han conformado que sus hijos salgan del país en busca de oportunidades, aunque ellos se encuentren solos. De vez en cuando vemos por la Redes esos cuadros dramáticos de soledad e indigencia impotentes por no poder actuar ni remediar.
Los docentes, investigadores y administrativos, que están por jubilarse, ni siquiera lo intentan, porque lo que van a recibir por años de servicios, apenas le servirá, para pagar la CANTV, que también es dinámica, aumenta al ritmo del dólar, pero no mejora el servicio.
Dije anteriormente, que recibimos con complacencia el rescate de las universidades en lo estructural, pero agregué, eso no es todo.
Y ese no es todo, se refiere a que las Universidades, tienen que ser dotadas de presupuestos decentes, su personal debe tener la atención salarial que le permita cumplir eficazmente sus actividades sin las graves limitaciones que hoy presenta; las Universidades deben ser dotadas de nuevas tecnologías para adecuar sus estudios a nuevas modalidades virtuales (en la actualidad algunas no tienen ni internet, ni siquiera servicios de CANTV).
Igualmente, se requiere con urgencia, renovar el personal a todo nivel, con nuevas generaciones de docentes e investigadores, que hoy ni se acercan, porque sienten que las remuneraciones son de pavor, y evitan las universidades. De los pensa, programas y calidad de la enseñanza nos referiremos en otra oportunidad.
El daño que se le ha producido a las universidades sólo el tiempo y buenas administraciones tanto universitarias como gubernamentales, podrán subsanarlo. Crear más universidades, sin ni siquiera poder atender las que ya existen, lo que hace es profundizar la crisis del sector. ASI LO VEO YO.