Alquimia Política

El sujeto transdisciplinar: Una aproximación integral al conocimiento

En el 2019, publicamos el libro "El Sujeto transdisciplinar" y en el 2022, el texto "El Sujeto transdisciplinar y la Inteligencia Artificial"; en ambos libros el eje principal fue resignificar el papel del investigador en ciencias humanas ante un contexto cada vez más incierto, complejo y en caos permanente.

Se partió de la idea de darle significado a la transdisciplinariedad, representada un modelo de pensamiento y acción que trasciende las barreras entre disciplinas, integrando conocimientos, metodologías y perspectivas diversas para abordar problemas complejos. Esta figura surge en respuesta a la necesidad de comprender realidades multifacéticas que no pueden capturar por una sola área del saber. Se explican sus fundamentos, características y relevancia visualizando la transdisciplinariedad, término popularizado por pensadores como Edgar Morin y Basarab Nicolescu, bajo la óptica de la integración profunda de los saberes que va más de la colaboración de la mera colaboración entre disciplinas (interdisciplinariedad) o su coexistencia (multidisciplinariedad).

El sujeto transdisciplinar se caracterizar por una visión holística, donde se entiende los fenómenos como sistemas interconectados. Se trata de una flexibilidad cognitiva, un diálogo entre saberes, un enfoque ético, donde se reconoce la responsabilidad social y ambiental de su práctica; como señala Nicolescu (2002): "La transdisciplinariedad es un puente entre las ciencias, la humanidades y el arte, orientado a resolver problemas que exigen una mirada enrizamiento".

Las características del sujeto transdisciplinar parten de una visualización del pensamiento crítico y creativo, donde se cuestiona paradigmas establecidos y soluciones innovadoras; emerge de sus elementos de observación e interpretación, una capacidad de la síntesis, la cual combina datos de fuentes dispares para generar conocimiento nuevo; se da una adaptabilidad que se mueve entre contextos académicos, profesionales y comunitarios; hay una colaboración activa donde intervienen actores sociales y académicos diversos (científicos, comunidades, políticos, etc.). Un sujeto transdisciplinar integra saberes para la validación del conocimiento híbrido, en un mundo marcado por crisis globales (ambientales, sanitarias, sociales), el sujeto transdisciplinar es clave porque: aborda problemas complejos como la desigualdad o la inteligencia artificial, que requieren enfoques integrados; promueve la innovación, al conectar ideas de campos aparentemente inconexos; fomenta la inclusión, incorporando los saberes locales, culturas no occidentales, al concierto universal de los saberes.

El sujeto transdisciplinar no es solamente un modelo teórico, sino una práctica transformadora que desafía la fragmentación del conocimiento. Su desarrollo exige fomentar la curiosidad y la integración de los saberes, contar con políticas de apoyo institucional a las ideas que producen investigación y nuevo conocimiento; valorar la colaboración transdisciplinar en el marco de un compromiso ético: Con soluciones sostenibles y equitativas.

Para profundizar estas ideas basta con acercarse al libro de Edgar Morin de 1994, titulado "Introducción al pensamiento complejo", editado en Madrid bajo el sello Editorial. Gedisa; el aporte de B. Nicolescu (2002), que es un manifiesto de cómo internalizamos transdisciplinariedad. Uno de los aspectos más destacados del documento es su defensa del enfoque transdisciplinario.

La visión que hubo en su momento y que se mantiene vigente, es que para abordar los desafíos contemporáneos que plantea la IA, es esencial integrar conocimientos de diversas disciplinas, como la informática, la filosofía y las ciencias sociales, y eso solamente lo puede hacer el sujeto transdisciplinar, porque es el que tiene la capacidad de inducir con creatividad ante circunstancias en extremo complejas que un cálculo abstracto solamente mostrará proyección y pronósticos, pero solamente la intervención humana es la que coloca el punto de diferencia donde el control de las situaciones parecería ser tomado por situaciones mágicas, porque la solución viene más de la "chispa" humana del momento que de alguna postura técnica o práctica de rigor científico. Esta perspectiva no solamente amplía el horizonte de análisis, sino que también permite una comprensión más holística de los problemas sociales relacionados con la tecnología.

La percepción que se ha tenido al enfocar las ideas del texto, antropocéntrica que ha dominado las estructuras sociales y económicas, señalando cómo esta perspectiva ha llevado a una crisis ecológica y social. Al abordar la relación entre el ser humano y la naturaleza desde un enfoque cosmo-biológico, se invita a repensar nuestra posición en el mundo y a considerar un modelo más sostenible e inclusivo. Esta crítica es fundamental para las ciencias sociales, ya que promueve una reflexión sobre las implicaciones éticas de nuestras acciones colectivas.

El sujeto transdisciplinar, a todas estas, enfatiza la importancia de abordar los desafíos éticos que surgen con el avance de la IA; tiene un papel crucial en la promoción de un desarrollo tecnológico que sea equitativo y responsable. Este llamado a la ética en el desarrollo tecnológico es un aporte significativo a las ciencias sociales, ya que subraya la necesidad de considerar las consecuencias sociales de las innovaciones tecnológicas.

La propuesta de un sujeto transdisciplinario implica una transformación en los modelos educativos actuales. La formación debe ir más allá de las disciplinas tradicionales e incluir habilidades críticas que permitan a los individuos navegar por un mundo cada vez más complejo e interconectado. Esto tiene profundas implicaciones para las políticas educativas y el desarrollo curricular en las ciencias sociales.

El enfoque biomimético, a todas estas, sugiere que aprender de los ecosistemas naturales puede inspirar nuevas formas de innovación social. Este enfoque puede ser clave para desarrollar soluciones sostenibles a problemas sociales contemporáneos, como la pobreza, la desigualdad y el cambio climático.

Finalmente, el sujeto transdisciplinar emerge como esencia de la necesidad de fomentar una mayor participación ciudadana en los procesos tecnológicos y políticos. La inclusión activa de diversas voces en el desarrollo y aplicación de tecnologías como la IA puede contribuir a un futuro más justo y equitativo.

El conocimiento desde el sujeto transdisciplinar, es un enfoque que busca integrar y trascender el conocimiento más allá de las fronteras de las disciplinas tradicionales. Este paradigma se centra en la interacción entre el sujeto transdisciplinar y el objeto de estudio, promoviendo una comprensión más holística y compleja de la realidad.

La transdisciplinariedad como un proceso que no solo abarca lo que está entre las disciplinas, como ya se ha indicado, atraviesa y va más allá de ellas; su objetivo es generar un nuevo conocimiento que integre diferentes saberes para abordar problemas complejos desde múltiples perspectivas. Este enfoque se basa en tres pilares fundamentales como lo son el reconocimiento de que existen diferentes niveles de realidad que deben ser considerados en la investigación, la lógica del Tercero Incluido, la cual permite la coexistencia de afirmaciones contradictorias, facilitando un diálogo entre diversas perspectivas; y propiamente la complejidad, que es la aceptación de que los fenómenos sociales y naturales son intrínsecamente complejos y requieren enfoques integradores para su comprensión.

El sujeto transdisciplinar, de manera puntual, se posiciona en un lugar de interacción activa con el conocimiento, buscando trascender el dogmatismo académico. Este sujeto no se limita a aplicar conocimientos preexistentes, sino que se convierte en un creador del conocimiento al integrar saberes diversos.

El enfoque transdisciplinar, de manera puntual, tiene profundas implicaciones en la educación, la investigación y la práctica profesional, promoviendo un aprendizaje que trasciende las materias tradicionales, utilizando estas como herramientas para profundizar en temas complejos.

En concreto, el conocimiento desde el sujeto transdisciplinar representa una evolución significativa en la forma en que entendemos e integramos saberes. Este enfoque no solo desafía las limitaciones del conocimiento disciplinario tradicional, sino que también abre nuevas vías para la investigación y el aprendizaje, promoviendo una comprensión más profunda y compleja de los fenómenos sociales y naturales. La transdisciplinariedad invita a los individuos a ser agentes activos en la creación del conocimiento, fomentando un diálogo continuo entre diversas disciplinas para abordar los desafíos contemporáneos.

De manera puntual, el sujeto transdisciplinar, que representa la inteligencia humana, basa su razonamiento en un sistema complejo de interacciones neuronales que permite a los seres humanos pensar, aprender, comprender conceptos abstractos y adaptarse a nuevas situaciones; esta inteligencia es el resultado de procesos cognitivos, emocionales y sociales que permiten una comprensión profunda del contexto y la ambigüedad; en cambio la llamada Inteligencia Artificial, IA, funciona a través de algoritmos y modelos matemáticos diseñados para procesar grandes volúmenes de datos, está estructurada para realizar tareas específicas de manera eficiente, pero carece de la capacidad de comprender el contexto más amplio en el que se desarrollan estas tareas.

La afirmación de que la inteligencia artificial (IA) "carece de la capacidad de comprender el contexto más amplio", se refiere a su limitación para interpretar y reaccionar adecuadamente a situaciones que requieren un entendimiento profundo de matices culturales, emocionales y sociales. Podemos ahondar en varios ejemplos que ilustran esta limitación: falta de comprensión contextual, esta se da cuando no se captura el significado real y se proyecta erróneamente sin entender que se refiere a una fuerte lluvia, en lugar de una literalidad absurda. A nivel de redes está la interacción en redes sociales, a través de software como chatbot diseñado para interactuar con usuarios puede responder de manera inapropiada a comentarios sarcásticos o humorísticos.

En situaciones que requieren juicio ético o moral, como en el caso de un asistente virtual que debe decidir cómo responder a un usuario en crisis, la IA puede fallar en proporcionar apoyo adecuado debido a su incapacidad para comprender el contexto emocional y social del momento.

Estos ejemplos destacan cómo la falta de comprensión contextual puede llevar a malentendidos y respuestas inadecuadas por parte de sistemas de inteligencia artificial, lo que limita su efectividad en interacciones humanas complejas.

azocarramon1968@gmail.com



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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