De rodillas

Cuando Estados Unidos puso precio a la cabeza de Maduro, lo más celestina del liderazgo europeo, hicieron fiestas.

Dicen en mi pueblo que cuando escupes para arriba, la saliva te cae en la cara. Por años Venezuela fue uno de los surtidores más confiables, no solo de petróleo, sino de sus derivados, y cuanta materia prima se extraía del país. Todo a precio de gallina flaca. Una especie de sumisión, a cambio de que Europa nos vendiera sus porquerías, incluyendo sus nocivas medicinas que nunca han curado a nadie. Esa relación era terrible, casi de vejación. Recuerdo cuando estudiaba en la UCV, fui a un foro en Economía, donde un experto explicaba cómo le vendíamos acero a Suiza a precio risible, y ésta nos devolvía esa materia prima en arandelas de presión, a precios groseros.

Esa siempre fue la relación hasta que Chávez comenzó a introducir nuevos elementos que normaban un intercambio comercial más equitativo; además de estimular la producción de los países de la región y el intercambio de productos, lo que mermó la venta de Europa hacia Latinoamérica.

Ahora estamos viviendo una coyuntura tremendamente compleja. Y todo indica que indefectiblemente la guerra será el único camino. En momentos de conflictos, lo primero en crisis es la energía, y la energía de Europa depende de Rusia, nación en guerra con Ucrania, y de los países productores de petróleo, con Venezuela como uno de los más importantes. Salvo Inglaterra y Noruega, que escasamente producen para su consumo y un poquito más, el resto de Europa, tienen que ir a buscarlo donde esté. Últimamente se olvidaron de vergüenza y lo compran en el mercado negro, a barcos piratas en mar abierto. Ahí viene la saliva para la cara, porque todos estos países han estado enviando mensajeros a Venezuela para decirle a Maduro que no se arreche con ellos y que volvamos a la compra de petróleo y gas. De inmediato podemos inferir que se les están acabando las reservas y saben que no la van a reponer de inmediato por la vía de Alemania, porque ellos mismos destruyeron el North Streem. Arabia Saudita está condicionando la venta, Irán les vende si quiere o no, además de estar muy lejos, de manera que solo le queda Venezuela, el indio "dictador" que preside el país con las mayores reservas de petróleo y la cuarta de gas en el mundo. Ya ni si quiera les importa que Venezuela esté solicitando su ingreso a los BRICS. Les importa el petróleo y punto. Aunque son incapaces de pedirle al Big Brother que retire la orden de captura contre el Presidente de Venezuela, por 15 millones de dólares. Si se es rata a la entrada, también se es a la salida.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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