"La culpa no es del payaso, si el maromero se cae".
Fin de la cita.
Refrán popular venezolano.
La culpa no es del payaso, si el maromero se cae. Este refrán es un sentencia que nos indica lo estúpido de buscar terceros para justificar una falta que le corresponde a otros.
Las cosas no son de su amo, sino del que las necesita, le zumba al mango
El payaso politiquero cagalitroso, es el mediocre, que en funciones de gobierno carece de cualquier tipo de experiencia y formación política, es corrupto, y comete delitos de baja gama chapucero, nunca oculta su desconocimiento e ignorancia, sobre el funcionamiento de las instituciones del Estado.
Este articulo lo escribo por que veo con resignación el carato putrefacto de corruptelas en PDVSA, CVG, Tribunales, y en todas las instituciones del estado venezolano etc. En este primer trimestre del 2023 que acaba de finalizar, el pobre concepto que ciertos ‘politiqueros’ tienen de la gente, cuando en un partido se acepta a unos ‘maromeros de la política’, cuando consiguen que la gente desprecie a la política, y muchos dicen que están hasta los cojones de tantos politiqueros revolucionarios, cansados de los sifrinos políticos, que lo que hacen es servirse de la política, y no del bienestar de los ciudadanos, sino para el suyo propio, donde la mayoría de alcaldes, y gobernadores, compiten para estos fines, y entre ellos hay una alianza delictual corporativa, que la muestran en forma impúdica.
No deja de ser preocupante como los militantes, y simpatizantes de la revolución, hoy se sacuden su propia identidad frente a estos escándalos de corrupción. Al fin y al cabo el resultado de las elecciones del 2024, parece la decidirán los llamados "indecisos". Por lo que he observado habrá voto con criterio, hasta para elegir el candidato presidencial opositor.
El alto número de payasos en los tres niveles de gobierno incluyendo a la oposición: nacional, estadal, y municipal, es alarmante, por no hablar del número de bufones que fungen de líderes en los frentes, y movimientos políticos como los alacranes, que fungen como aliados de la revolución.
En Venezuela lamentablemente la política, con estos hechos de corrupción, donde participan las "muñecas del petróleo" la han convertido en el peor espectáculo del mundo.
El politiquero, y el maromero, son los payasos más alejados a los problemas, y necesidades del pueblo; que los verdaderos payasos de circo. Por las redes sociales siempre se ven trajeados, y cuyas sonrisas, no muestran risa sino asco, dando la presunción ante el pueblo que solo les preocupa el dinero, la estupidez ramplona, y el poder.
Estos politiqueros son unos payasos parece que viven en otro mundo. Me lo dicen ciudadanos en calles, abastos, mercados, y comercios de todos los ramos, que fue lo que me motivó a escribir este artículo.
"Los políticos son todos unos corruptos". ¡Metiendo a todos en forma injusta en un mismo saco! Me dijo otro compatriota… ¡Al menos no se venden estos ciudadanos por tres latas de sardinas!!!!...
Pero ante todo, son nuestros dirigentes, y autoridades, los que tienen que reflexionar. Porque el pueblo votó por ellos. Si mandan mal. ¿De quién es la culpa? ¿Del ciudadano de a pie, o del partido? Hay que recordar que en una democracia los políticos son los empleados, y quien decide quién debe seguir trabajando, y quién no, son precisamente los ciudadanos a los cuales les piden el voto. A los politiqueros de oficio no les gusta que los critiquen, Esto sucede porque hoy, la gente no admite que lleguen al gobierno, personas que no tengan ni la más mínima puta idea de lo que van a hacer. Ya la gente no admite que gobierne gente incompetente, que incumplen sus promesas.
Cuando un "payaso" llega al poder, dice una máxima popular: "la risa cambia, y la seriedad muestra otra cara". Las dos son las caras falsas de la misma moneda. El pueblo al parecer se esta cansando de elegir, a unos politiqueros que no solucionan nada... pues habrá que votar por los payasos originales del circo, para ver si lo hacen mejor ¿O No?
La política venezolana a 23 años de este siglo XXI, está cada día más ‘en cochinada’, revuelta, es a veces muy duro el decirlo, donde se mezclan heces con vomito, y emitiendo un sucio olor putrefacto.
La política no puede seguir siendo una cuestión de privilegios, dinero, y de mafias.
Existen grandes gestores, testaferros, y políticos de baja estofa. Por lo que hay que manifestar su repugnancia ante esas formas de actuación, y perversión que ciertos elementos de poder, lo utilizan solamente para defender posiciones del poder político.
Hay que devolverle a la política la conciencia doctrinaria, de sus deberes con las personas, y sus humildes aspiraciones a una mejor calidad de vida, muy alejadas de las pasiones individuales. Donde no puede seguir siendo el feo retrato de una sociedad hipócrita, y materialista.