En Venezuela, la estrategia discursiva de quienes controlan el poder y el Estado, lleva implícita grandes dosis de manipulación emocional. Los poderosos asumen que los habitantes de este país pueden ser sometidos fácilmente a la voluntad de sus intereses, y por ello, abusan de una retórica histórica que amoldan a su antojo, imponiendo versiones descontextualizadas. Los discursos suelen ser fantasiosos, y convierten la historia en una herramienta de control para mantener en el pasado a las masas populares, estimulando el conformismo y el retroceso. Aniquilando el espíritu de progreso y superación personal tan necesario para el fortalecimiento de la sociedad.
Estos poderosos son expertos en conducir la memoria histórica hacia afirmaciones pintorescas y llenas de heroísmo y épica, donde la mentira hace de las suyas, mientras el "dirigente" político, poderoso y apoyao, alza su voz contra los invisibles "invasores" que no dejan progresar al país.
Todavía recordamos aquella idea del extinto teniente coronel Chávez, haciendo apología del trueque como forma de intercambio económico y la exaltación del baño con un tobo de agua. Sin duda, una retórica barata destinada a distraer la atención del pueblo.
Allí se denota la intencionalidad y el carácter retrógrado de un sistema oprobioso y desintegrador de la nación. Imponiendo el concepto de "patria" con los valores que a ellos les conviene.
Recientemente, el presidente Maduro, en una cadena de radio y televisión, expresó que por culpa de la colonización y la esclavitud practicada por los españoles, se produjo el deslave en la zona de las tejerías.
Semejante afirmación es propia de incapaces gobernantes pretendiendo justificar su fracasado y anacrónico modelo económico, por cierto, muy eficiente para enriquecer el patrimonio económico de la familia presidencial, y hundir en la miseria más profunda a la mayoría de los venezolanos. Innegablemente, Venezuela está postrada ante unos sátrapas, pobres advenedizos con suerte.
En medio de la tragedia, han surgido algunas voces que atribuyen las causas de este desastre natural a la explotación de una mina de cobre en un lugar cercano. Por supuesto, el presidente, quien tiene la exclusividad noticiosa en este trágico evento, , no hace ninguna referencia respecto a esta explotación, ni sus implicaciones en estos desastres. Pero si aprovecha su investidura para ordenarle a los diputados nacionales la reforma de las leyes de la República. Eso indica, como muchas veces se ha denunciado, que la Asamblea Nacional es un simple parapeto del presidente y en este país no hay democracia porque no existen poderes independientes.
¡ Cosas veredes que no crederes !
