Albores de la ética médica venezolana

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Un hecho ocurrido durante la Guerra de Independencia nos habla de la fuerza moral y los principios éticos de quienes ejercían la medicina en medio de las turbulencias de los enfrentamientos bélicos. Vivía en Caracas a principios del siglo XIX un curioso francés de nombre Juan Buscat ( Perera, 1951), quien para legalizar el ejercicio de la profesión solicitó en varias ocasiones permiso al Protomedicato, la institución que regulaba el ejercicio de la medicina.

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El Tribunal del Protomedicato negó la solicitud de Buscat por no encontrarlo competente cada vez que hacía su petición. Pero Buscat no se da por vencido y se adhiere a la causa patriota. En 1814 acompaña a los independentistas en la Emigración a Oriente, y luego de algún tiempo con la victoria de los patriotas se dirige nuevamente al Protomedicato con su antigua petición y afirmando "con la más cínica tranquilidad y satisfacción , que habiendo sido él llamado en 1815 a prestar servicios médicos al español Gorrín, que padecía de una afección de los pulmones , le dio muerte por medio del alcohol, y de otros venenos, con el fin de librar a los patriotas de tan temible e importante enemigo, y termina pidiendo en recompensa de este asesinato que se le confiera el título desde asaz largo tiempo pretendido".

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El Tribunal se horrorizó ante semejante confesión y rechazó tajantemente su petición por contravenir el Juramento Hipocrático. En 1835 la Facultad Médica de Caracas ordena someter a juicio a Buscat por su crimen. En el Juramento Hipocrático se estipula expresamente mantener al paciente alejado de todo daño. En sus sentencias el Padre de la Medicina afirma que ante la enfermedad sólo hay dos opciones: curar o, al menos, no perjudicar.

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El Código de Deontología Médica aprobado durante la LXXVI reunión extraordinaria de la Asamblea de la Federación Médica Venezolana, realizada en Caracas el 20 de marzo de 1985 estipula entre sus postulados : " Mantendré con todas mis fuerzas el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica y no haré distinción en el ejercicio de más obligaciones ni por adhesión a partido político o posición social"; y uno de sus artículos establece: " El papel fundamental del médico es aliviar el sufrimiento humano, sin que motivo alguno, ya sea personal, colectivo, religioso o político, lo separen de este noble objetivo".



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Edgardo Malaspina

Médico. PhD en Medicina. Docente universitario y poeta.

 edgardomalaspina@gmail.com

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