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Venezuela 2024: ¿Resurgirá de esta crisis, como el Ave Fénix?

"El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído".

Fin de la cita.

Viktor Frankl.

Moraleja: El mito del ave fénix o el maravilloso poder de la resiliencia. El ave fénix es una criatura tan carismática. y llena de simbología para el ser humano que es imposible no conocerla. Vamos a indagar en su figura. El mito del ave fénix o el maravilloso poder de la resiliencia

Carl Gustav Jung, dice en su libro símbolos de transformación que el ser humano y el ave fénix tiene muchas similitudes. Esa emblemática criatura de fuego capaz de elevarse majestuosamente desde las cenizas de su propia destrucción, simboliza también el poder de la resiliencia, esa capacidad inigualable donde nos renovamos en seres mucho más fuertes, valientes y luminosos.

Si hay un mito que ha nutrido prácticamente todas las doctrinas, culturas y raíces legendarias de nuestros países es, sin duda, ese que hace referencia al ave fénix. Se decía de él que sus lágrimas eran curativas, que tenía una gran resistencia física, control sobre el fuego y una sabiduría infinita. Era, en esencia, uno de los arquetipos más poderosos para Jung, porque en su fuego se contenía tanto la creación como la destrucción, la vida y la muerte. Fin de la moraleja. Anónimo.

La otrora rica nación petrolera llamada Venezuela, junto a su pueblo, vive una grave crisis, el cual esta llevando a este gran país, a su desintegración, y la eclosión de su sociedad por los cuatros costados, nos urge junto a la clase política con cinco dedos de frentes, rescatar el sentido común de la responsabilidad, la convivencia, la solidaridad, y el respeto, hacia el ciudadano mayoritario que ha perdido su calidad de vida, y opta por emigrar del país. Es inadmisible que, desde la visceralidad, y la barbarie, de una nueva clase empresarial, y comercial, aliados con inmigrantes ilegales asiáticos, y del medio oriente, estos aborrecibles seres humanos, especuladores, y ladrones, se pierdan en el abismo de sus más bajos instintos, al saquearles los bolsillos al pueblo venezolano. La trascendencia de este espinoso asunto no está circunscrita sólo al origen o la causa del trastorno que viene agravándose, con la hiperinflación, y la perdida de su calidad de vida, en la población venezolana. Es una alteración en forma de metástasis tan grave, lo que viene afectando el tejido más íntimo de nuestra población que sin lugar a dudas, es debido a la diáspora que amenaza con su propia desintegración.

Es justamente este el más difícil trance finalizando este año 2022, haciendo visible este virus letal socio económico de dolor y sufrimiento, como el que atraviesa el país, con una crisis alimentaria, de salud, altos costos de los medicamentos, y una crisis hospitalaria extremadamente colosal, si le sumamos la escasez sin parangón, y la situación laboral indigna, y de explotación moderna de nuestra juventud trabajadora, al peor estilo chino, y la inestabilidad política, y económica inédita, nunca vista, a lo largo de nuestra historia republicana, lo que los venezolanos ven hoy con horror, siendo, quizás el más grande de los desafíos, la reconstrucción de la patria: y no se sabe si será como resurgir el ave Fénix de sus cenizas.

Obviamente, que la auténtica tarea de reconstrucción comenzará cuando los venezolanos salgamos de la situación de apatía, y agûebonamiento, bajo el cual nos encontramos. Esto no significa tan sólo salir de este modelo político, y económico cuyo fracaso ha sido sobradamente registrado, con la fuga del país de mas de 7.000.000 de venezolanos a lo largo de la historia de lo que va de estos 22 años de este siglo XXI.

Significa en todo caso, tener que resolver el problema político, para poder resolver el desastre económico, ahí es donde tenemos que reinventarnos, extraer todas las destrezas, habilidades, y experiencias de nuestro bagaje político, tanto de quienes ya tenemos algunos años encima, como el de los más jóvenes que con toda seguridad, acudirán para incorporarse a la tarea en la que todos unidos bajo un solo mando sin esas estúpidas, y maniqueas diferencias ideológicas, con tácticas y estrategias coherentes, sumemos para aportar nuestro granito de arena, a la reconstrucción que con una dirección política correcta se encamine por los senderos del progreso, hacia la urgente reconstrucción nacional.

Esto será una batalla político electoral que con toda seguridad requerirá de sacrificios, convicciones, y mucho, trabajo duro en el campo de la guerra político electoral. Significará entonces prepararnos y aquilatar nuestras aptitudes para los ingentes desafíos que estarán por verse en el próximo horizonte electoral del 2024, donde se decidirá en esa batalla final nuestra existencia como República.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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