Las ventajas facilitadas por el sistema económico-socialista

Los sueños quiméricos de la República europea y de la paz eterna bajo la egida de la organización política se han vuelto tan ridículos como las frases sobre la unión de los pueblos bajo la égida de la libertad del comercio… Sólo los proletarios son capaces de fraternizar bajo la bandera de la democracia socialista, puesto que la burguesía tiene que defender en cada país intereses particulares, y como el interés es, para ella, el elemento determinante, no puede elevarse por encima del nacionalismo.

Hubo tiempos en que todo era muy sencillo. Varias potencias determinaban y equilibraban sus intereses. Si no podían lograrlo, hacían la guerra. En el equilibrio de los intereses de estas potencias se estructuraban las relaciones internacionales. Aquí había predio de una potencia; allá. De otra; más allá de una tercera, etc. Pero veamos lo sucedido en los años de posguerra. Existen los países capitalistas industrializados, y existe el sistema socialista que reúne también a países modernos y desarrollados.

Nuestro mundo es complejo, pero tiene porvenir. Creemos que para todo hay solución; sólo es necesario que cada uno reconsidere su misión en este mundo y asuma su parte de la responsabilidad.

¿Qué suerte correrá entonces el complejo industrial militar? ¿Este complejo presta servicios a tanta gente y proporciona beneficios? En el complejo industrial militar se gasta dos o tres veces más recursos por cada puesto de trabajo que en la industria civil, o sea, se podría crear aquí tres veces más puestos de trabajo. Por consiguiente, existen posibilidades de utilizarlos con fines pacíficos.

Si violamos los intereses individuales, nada resultará y el pueblo saldrá perdiendo. Empero, el país nada adquirido si hiciéramos hincapié exclusivamente en aumentar los salarios; el país saldría perdiendo igual que el pueblo, Por esto hay que hallar un equilibrio de interés y vemos esto en el nuevo mecanismo, en la democracia, en primer lugar, en la transparencia y en la participación del pueblo en todos los procesos de la renovación. Pueden hacerse sentir los intereses de grupo y la caución solidaria, pero todos quieren que encabecen las brigadas, los talleres, las empresas, unos dirigentes seguros, inteligentes, capaces de guiar, de abrir perspectivas con la que está relacionado el mejoramiento de la vida.

La clase obrera posee elementos de triunfo: el número: Pero el número n pesa en la balanza si no está unido por la asociación y guiado por el saber. La experiencia del pasado nos enseña como el olvido de los lazos fraternales que deben existir entre los trabajadores(as) de los diferentes países y que deben incitarles a sostener unos a otros en todas sus luchas por la emancipación, es castigado con la derrota común de sus esfuerzos aislados.

"La lucha contra los ingresos ilícitos se sostenía de manera indecisa. Era incoherente la política de incentivación moral y material del trabajo altamente productivo. Sin justificación alguna se pagaban grandes cantidades por concepto de primas y gratificaciones completarías, los directores de varias instituciones del Estado, falsificaban los datos para lucrarse. Se avivaron los ánimos parasitarios, en la conciencia del pueblo comenzó a arraigarse la psicología del "igualitarismo", lo que iba en detrimento de los trabajadores que podían y querían laborar mejor, facilitando la vida a quienes se habituaron a trabajar con desgana".

—Así, pues, hace falta la iniciativa en los asuntos económicos, el espíritu emprendedor, la autonomía. No temas acometer empresas arriesgadas. Tomen decisiones originales.

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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