(Pueblo heroico amante de la paz, la justicia, la igualdad y la libertad o rebaño vil)

La idiosincracia del venezolano según un autor de la revista el Cojo Ilustrado

Por esas maravillas de la tecnología de la información y la comunicación tropezamos en internet donde está colgado con el trabajo académico intitulado "La idiosincrasia del venezolano en la obra costumbrista de Francisco de Sales Pérez" (*), con aspectos de mucha actualidad tratados con la debida prudencia a objeto de no caer en la diatriba muy típica de los tiempos que corren. Sino que con altura en sus más de 200 páginas va dejando interesantes reflexiones sobre los tópicos de la identidad sociocultural a partir de las claves del humor, la risa y el sarcasmo. Así como su pertinencia para abrir nuevas aproximaciones con estudios de ampliación y complementación sobre la "ontología de lo actual venezolano", su axiología y perspectiva antropológica: el país, sus valores y su gente.

Se trata de la Tesis Doctoral del joven Profesor Juan Carlos Araque Escalona (Barquisimeto, 1979) sustentada en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Barquisimeto (16 de julio, 2017), en el Programa de Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña. Creado y dirigido por la Dra. Josefina Calles entre 2012 y 2019.

Es esta una investigación realizada bajo la dirección del Dr. Reinaldo Rojas, Profesor Titular Jubilado de la UPEL e Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia, reconocido investigador en el campo de la historia económica y social, intelectual, las ideas y las mentalidades.

Constituye una incursión en ese maremágnum atinente a las actitudes, gestos y pareceres de ciertas colectividades humanas difíciles de aprehender o asir empíricamente y que, en los tiempos previos a la introducción en nuestro medio de las ciencias sociales, quedaban a cargo de las impresiones de ciertos cronistas, literatos y diletantes de la cultura occidental vertidas en publicaciones periódicas: crónicas de viajes, artículos costumbristas, coplas, poemas neoclásicos, románticos u otras creaciones del espíritu.

De hecho, recordamos al respecto un texto costumbrista venezolano titulado "Impresiones de psique", al que luego siguió la tradición ensayística atravesada de grandes generalizaciones como las teorías de largo alcance del que habla Mill en su Imaginación Sociológica. Especie de juicios sintéticos a priori y no referidos a hechos sociales particulares (Reglas del método sociológico, de Emilio Durheim) o juicios analíticos a posteriori como enseñara Kant en su analítica trascendental (Crítica de la razón pura).

De tal suerte que las investigaciones de ese tenor discurren muy bien literariamente, donde en general los articulistas analizados en el corpus del trabajado a modo de muestrario, constituyen miradas globalizadoras sobre valores e identidades personales y colectivas ("... comportamiento de una sociedad, sus costumbres más arraigadas" que delinean valores humanos –positivos o negativos- como opciones compartidas (ob cit., p. 11); pero, con todo, se está en suelo pantanoso en que el pie no encuentra terreno firme donde pisar o se camina sobre las aguas y cuando no se tiene mucha fe hay peligro de hundirse, como Pedro el apóstol. Se trata de una observación histórica-documental situada y, en consecuencia, sujeta a la contingencia de un tiempo histórico determinado y un espacio físico y social (*).

De donde se tiene que la materia estudiada comprende hábitos y costumbres, estructuras geomentales que corresponden a un interregno de la civilización; de tal manera que el modo de acceso a semejante mundo de la vida, suele ser harto complejo, como no sea a través de la fenomenología y la hermenéutica. Esto es, aproximaciones a constructos ideáticos sujetos a interpretaciones y deconstrucciones. Asunto del que debieron estar muy consciente autor y tutor del trabajo académico que aquí nos ocupa.

Ambos introdujeron una novedad metodológica. A saber, la perspectiva de la historia social que supone un giro hacia la contextualización de la producción literaria en el que el cronista de la revista El Cojo Ilustrado, Francisco de Sales Pérez (Carcas, 1836-1932), realizara su obra. Constituida por sueltos periodísticos irónicos, satíricos o de humor ligero ("Literatura testimonial", vivencial llegando a ser una muestra de un tipo de venezolano común, vivaz, ingenioso que se ha venido conformado en el tiempo; siendo un elemento humano maltratado en el período histórico colonial y la república que como estrategias de sobrevivencia ideó ciertos ardides o técnicas que hasta han declinado hacia la delincuencia, inclusive) (***. Por lo que se puede concluir que se trata de un riguroso ejercicio de crítica literaria, según lo aprendido por el autor en sus estudios de profesorado en Castellano y Literatura (UPEL-IPB, 1999-2004) y Maestría en Literatura Latinoamericana (ULA, Núcleo Trujillo, 2010), particularmente con la enseñanza de su maestro Víctor Bravo.

Araque Escalona (ob cit, 2017) aborda cuadros costumbristas escritos en tono de humor en la referida revista de finales del siglo XIX y principios del XX y de esa manera Sales Pérez ofrece indirectamente una visión de la venezolanidad y cuyo referente viene a ser gente del pueblo llano, tal vez cercano al pícaro o personaje del Lazarillo de Tormes y posteriormente alimentada por el cine mexicano con Cantinflas, cuyo accionar está dominada por ardides propias de la picardía y viveza.

¿Herencia española del Siglo de Oro y/o aborigen o africano en las formaciones económicas sociales pre modernas? Eso es parte de las especulaciones que se han atrevido propalar algunos psiquiatras como el Dr. Francisco Herrera Luque, con lo que se tiene un retrato moral más bien sínico del "venezolano promedio"; sobre todo viene a ser una especie de denuncia del que lucra y dilapida la riqueza de las arcas nacionales a través de la política que, como es fama, dizque es otra vía de la guerra depredadora de lo público que de entonces a esta parte ha padecido Venezuela.

Un aspecto interesante de este trabajo viene a ser que su autor aborda con mucha seriedad el asunto del humor, para lo cual se apoya en ciertos autores clásicos. Destaca que éste representa una estrategia que desnuda realidades sobre conductas "nom sanctas"; sino que involucra la mano peluda y otras actitudes menesterosas y vergonzantes. Así, de manera liviana e inteligente el humor puede ser una clave con fines de comprender la cultura venezolana, aun a riesgo de establecer juicios morales injustos e inclusive crueles. Porque, destaca el investigador Araque-Escalona el humorismo puede encomiar el carácter afable, dulce, bondadoso y ser parte del disfrute mutuo entre interlocutores; aunque también se ha usado para otros propósitos: cuando es corrosivo, perverso y cruel.

Por ejemplo, cuando se hace burla de los defectos físicos, gazapos del lenguaje debido a un origen social de clase (campesino, negro, indígena, pobre …) o lugar de procedencia geográfica: llanero, andino, oriental, entre otros; pero también el humor como parte de las tradiciones venezolanas puede ser tomado como una vía de corrección moral y exigencia de perfección personal e institucional.

En este sentido, el autor no se ahorra situaciones, aun las más escabrosas o palabras por gruesas que sean, con fines sustentar su tesis atinente a la idiosincrasia del venezolano, definido en último recurso como hospitalario y festivo. Poseído por el arte de la espontaneidad, dado a socializar siempre en clave de humor sobre las más disímiles situaciones, aun las más tristes; debe ser por eso al verse en la necesidad de obedecer regímenes disciplinarios como este de la "cuarentena voluntaria y radical" muy pocos la asumen o, en la "mejor" tradición colonial, las instrucciones giradas por las autoridades "Se acatan pero no se cumplen"; por eso en medio de la pandemia del covid-19 en los barrios populares y urbanizaciones más encumbradas no han faltado las fiestas, rumbas y saraos, como denunciara el mismo Cardenal Baltazar Porras Cardoso; pues, dizque cuando llegan los agentes de seguridad no falta un guasón que les ofrece los "pasa palos", comida, bebida y todos tan contentos. Ello, aunque la epidemia se extienda peligrosamente de manera exponencial.

Finalmente, la tesis doctoral reseñada ofrece muchas posibilidades de adentrase en el "ser nacional venezolano" y tiene además un dato que nos dejó estupefactos. A saber, que el famoso personaje de los adecos de mediados del siglo XX, el famoso Juan Bimba. Con su sombrero de cogollo, franela blanca y pantalones enrollados, pies descalzos, un bollo de pan en las manos (el típico campesino que pedía pan, tierra y trabajo); que personificaría la persona inocente, al débil jurídico y social, no es tal. Sino más bien un sujeto taimado, astuto, ladino y pícaro. Quien sólo trabaja para lograr sus metas egoístas y con una aspiración de satisfacción inmediata. Ese constituye un tipo de venezolano.

Agregamos nosotros por cuenta y riesgo que esa actitud ha permutado en el "Cuanto hay pa’ eso", el "’Ta barato, dame dos", de los años de 1980 y 90 (pleno apogeo de la crisis del sistema de la democracia representativa); el aprovechado de la Quinta República, llamado "Enchufado" por llevar negocios de importación y exportación con el gobierno o birla los recursos que ciertos empresarios, gobiernos e instituciones donan a la oposición política, convirtiéndose en nuevos ricos gracias al pillaje; como sería el caso de Juan Guaidó, ridículamente protegido por su archienemigo, quien pareciera como si cuidara mucho de él. No vaya a ser que el Ministerio Público (dirigido por el poeta de la revolución), el día menos pensado, por error lo haga preso; de tal suerte que la idiosincrasia del venezolano no se sabe si destaca los rasgos principales de un pueblo heroico, amante de la paz, la justicia, la igualdad y la libertad o, por el contrario, es un rebaño vil. O todas las anteriores (****).

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Citas:

(*) Araque Escalona, Juan Carlos: La idiosincrasia del venezolano en la obra costumbrista de francisco de sales Pérez. Tesis doctoral presentada como requisito parcial para optar al título de Doctor en Cultura Latinoamericana y Caribeña. Barquisimeto, julio de 2017. Estructura: Cap. I idiosincrasia, costumbrismo literario y humor; II El costumbrismo como corriente literaria en Venezuela; III Francisco de Sales Pérez y su obra literaria; IV La idiosincrasia del venezolano en la obra de Francisco de Sales Pérez: una contribución a la cultura nacional; V Humor y risa: una incitación desde la literatura; VI Aporte a la cultura latinoamericana y caribeña.

(**) "La literatura ha sido y será otra vía alterna de ver la historia y la tradición de un país, en los procesos ficcionales más que la historia puede apreciarse los valores más arraigados de un pueblo, su sabiduría popular, sus refranes, sus máximas los cuales van dando forma a toda una colectividad, permitiendo así estudiar sus psicologías y sus maneras de actuar más evidentes" (ob cit., p. 14).

(***) Los textos de "desengañada verdad" de Francisco de Sales Pérez abordan rasgos culturales de un perfil de la ciudadanía venezolana o, más bien, la falta de ésta. Describe que mediante "filosofemas" o nudos críticos atinentes a la convivencialidad a modo de obstáculos epistemológicos, axiológicos, estéticos y políticos reflejan en la cotidianidad la violencia efectiva y simbólica con que los poderosos han tratado a los más vulnerables socialmente, donde se ha hecho costumbre el maltrato; de esa suerte se ha conformado una tipología venezolana que abarca todos los grupos y clases sociales e indica el quiebre de valores fundamentales: gobernantes que se apropian del erario público; cometido inmoral asumido con humorismo cuando se considera normal la actitud de aprovechamiento de la situación; la versión noble de la llamada viveza criolla emerge cuando el débil arde estratagemas para salir airoso en cualquier refriega frente al al cacique y el bribón como en Tío Tigre y Tío Conejo, según Antonio Arráiz.

(****) Señala en sus conclusiones Juan Carlos Araque Escalona que el humor venezolano hace, mediante la chispa y el ingenio, de lo desagradable (displacer platónico) en eventos más llevaderos (placentero o liviano), por eso agrega que el humor tiene una función social. A saber, comunicar alegría, entusiasmo y resolver situaciones embarazosas para lo cual se requiere gallardía y altura; en los textos de Francisco de Sales Pérez, señala, suele destacar los rasgos negativos del venezolano a modo de crítica social y vía de corrección moral.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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