Anzoátegui

La desidia reina en Lechería

Algunas personas se autocalifican de analistas políticos basados en la experiencia de sus derrotas, otros asumen el rol de líderes porque un día se declararon dirigentes políticos sin haber tenido ningún tipo de experiencia en esa actividad, solamente se antojaron de ejercer ese rol por puro capricho y lógicamente acompañado de un morral lleno de ambiciones.

Resulta que al buscar caminos para lograr los objetivos y conociendo que no son del arte, se amarran a lo poco que manejan, por ejemplo de la profesión que ejercen aparentando buena voluntad, como defender a presos políticos, especialmente jóvenes protestantes.

A los que engañan haciéndoles creer que actúan de buen corazón sabiendo que en el fondo los utilizaba para construir esa escalera que lo llevaría a la alcaldía. Ese es el caso del señor Ferreira, alcalde de Lechería. Es de los que se llaman opositores pero ruegan que el chavismo siga en el poder, por ser esa su gran excusa para lavarse las manos referente a la problemática municipal. Uno no sabe si habla con los anteriores alcaldes quienes se entendían con los gobernadores oficialistas para lograr algunos aportes para el bienestar de la comunidad, o de repente si se relaciona pensando únicamente en resolver cuestiones personales.

Es que así se siente bien, ya que en esa situación de supuesto abandono del gobierno central, incrementa extremadamente los impuestos municipales teniendo en zozobra a los comerciantes. Parece un agente chavista, empeñado en hacer desaparecer la prosperidad en Lechería, quizás con la intención de que sus habitantes se limiten a vivir de la caja Clap. En ese sentido se asemeja fielmente a los chavistas, que hasta autoritario es, lo denunciaron por no respetar la ordenanza de participación ciudadana. Desconociendo los artículos 67, 68, 69 y 70 en donde se indica que el presupuesto debe discutirse con los 7 sectores ya designados.

El caos en Lechería es a todos los niveles del gobierno municipal, el alcalde no puede esconder su responsabilidad en el aumento de la delincuencia por el hecho de encontrarse intervenida la policía municipal, algo debe hacer aparte de lavarse las manos. Ah, en cambio si se aplican alcabalas en las oficinas administrativas para asignar los permisos, el papeleo dura hasta 5 meses. No se sabe hasta dónde es cierto el funcionamiento de casinos clandestinos, de ser así, qué sucede, la primera autoridad civil se hace el loco, no denuncia, no los cierra.

El tiempo se le va en mantener contento a los concejales y engordar la barriga, a la única que se le opuso le hizo la vida imposible porque no lo apoyó en la firma de un contrato para la recolección de la basura. Aunque ahora como vio tan fácil el triunfo en la alcaldía, está antojado en ser gobernador del estado. No le importa que la única obra realizada en su gestión sea el alumbrado de una pequeña parte de la calle Arismendi, sin importar que la avenida principal esté a oscuras. Descubrió que sin saber de política ni viajar a los municipios, puede lograr el triunfo, pues cree más en los contactos telefónicos con los dirigentes nacionales que la actividad diaria con los habitantes.


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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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