Adios señor presidente...

El regreso a los precios acordados, entre los últimos delirios de un mandatario maduro

En política, señor presidente, la credibilidad lo es casi todo, cuesta mucho construirla, pero cuando se pierde, es casi imposible recuperarla. Ahora, si la credibilidad se pierde por el concurso de grandes errores, como suele ocurrir con una baja capacidad de gobierno (falta de experiencia, conocimiento y liderazgo), queda el consuelo de que solo los que van al combate tienen el derecho a equivocarse; pero cuando se pierde por una cadena mentiras en lo social, político y económico, que bordean al cinismo, las posibilidades de recuperación resultan casi un imposible. Por otro lado, si no fue posible meter en cintura a los especuladores en el país, que aumentaban los precios una semana antes de cada Decreto de aumento salarial y una semana después del mismo, nos preguntamos: ¿Se podrá vencer política y militarmente al gran capital financiero transnacional bajo la égida de los Estados Unidos?

Ahora bien, ante la imposibilidad de recuperar la credibilidad, que le permita unir a un sector del pueblo y del estamento militar, para la defensa de la patria, debería hacer gala de valentía y de la responsabilidad de estadista; irremediablemente llega la hora de la dimisión o de una salida democrática, sobre todo para evitar que el pueblo multiplique su suplicio, se exponga a una intervención extranjera o a una guerra civil; ese pueblo que aún permanece en el país, que no ha muerto de hambre, o por falta de medicamentos, servicios públicos vitales ( electricidad, agua y comunicaciones), insumos y atención médica.

¿Cree Ud. señor Presidente, que existirá un alma en el país que le crea que ahora si funcionarán los precios acordados? ¿De verdad los ministros, alcaldes, gobernadores, ANC, legisladores regionales, funcionarios públicos, militantes del PSUV y del GPP entre otros, creen que los precios acordados tengan viabilidad real con un gobierno acorralado, como consecuencia de sus múltiples errores aprovechados hábilmente por la acción imperial? ¿Se acuerda del alerta de Julio Escalona, cuando en relación a los precios acordados, en aquella oportunidad, dijo que no se podía negociar con los que le querían tumbar. ¿Ya no le quieren tumbar Presidente? ¿Por qué se burla inmisericordemente de todo un país, incluyendo a la militancia del PSUV, cuando afirma en esa infeliz alocución, que ya se había alcanzado un equilibrio entre precios y salarios, que solo faltó contraloría? ¿Cuándo ocurrió ese equilibrio Presidente?

Esta nueva alocución sobre los precios acordados, de lo más inverosímil e inexplicable en el plano de la racionalidad, pareciera una clara provocación para que el soberano se lance a las calles, y así usted pueda tener una justificación para dimitir o buscar una salida democrática y tengamos que decirle, como lo dirá más del 70% del pueblo, “Adiós señor Presidente”, en una nueva versión de la novela del maestro Carlos Matus.

Los precios acordados en aquel entonces, con el apoyo de todos los poderes públicos, la FANB, la mayoría de los alcaldes, gobernadores, consejos legislativos regionales, cámaras municipales y la plenipotenciaria ANC, con excepción de la AN; no se pudo imponer, ni uno solo de los precios acordados; qué cambios vitales ha habido hoy para creer que ahora si funcionen; fue allí que nos percatamos que Ud. Presidente, no gobernaba, sino que gobierna un sector de las FANB, de los cuerpos policiales y de inteligencia, muy eficientes para coordinar el contrabando de extracción, reprimir y torturar a sectores castrenses descontentos en todos sus componentes, así como, a disidentes del Chavismo y a la oposición. Sobre los “presos políticos”, se generaliza al calificarlos a todos de “políticos” presos. ¿Qué decir de los militares? ¿Cuántos son y de qué componentes? ¿Traidores a la patria?¿Traidores al gobierno? ¿Es el gobierno la patria?

Por otra parte, quienes no se ven fuera del poder, civiles y militares; los que serían más afectados por una dimisión o una salida democrática a la crisis, desarrollan un lenguaje guerrerista y estrategia comunicacional, con lo que se manipulan a milicianos, a la poca militancia del PSUV y al GPP, a ellos que lanzan frases vacías, en relación a lo que realmente sienten, como por ejemplo: “Rodilla en tierra”, “Entrarán, pero no saldrán”, “Leales siempre, traidores nunca”, a esos personajes, así como, a quienes les escuchan y tienen la convicción que el camino es la guerra, y no una salida democrática, les dejo para la reflexión el extracto de la carta de un joven voluntario de la República Social Fascista de 1943-1945(Pavone, 1991, p.431): “¡Morir por la patria, por un idea!...No, eso es una simpleza. Incluso en el frente, de lo que se trata es de matar…Morir no es nada, no existe. Nadie puede imaginar su propia muerte. Matar es la cuestión. Esa es la frontera que hay que atravesar. Sí, es un acto concreto de tu voluntad, porque con él, das vida a tu voluntad en otro hombre..”, señores con la guerra no se juega.

La corrupción insuperable; la burocracia exacerbada; la incapacidad política, científica y tecnológica para visualizar y aplicar un modelo de desarrollo económico, ajustado a nuestra realidad, que permitiera construir las bases materiales de la revolución bolivariana y la inexistencia de un verdadero partido de la revolución, y no, un apéndice del Ejecutivo Nacional, ha contribuido en gran manera con la generación de: hiperinflación indetenible, que ha pulverizado todo los aumentos salariales y los bonos compensatorios, siendo el salario hoy de 2,5 dólares mensuales, colapso en diversos grados de servicios públicos( electricidad, agua, transporte, comunicaciones, salud y educación), destrucción del aparato productivo; altos niveles de inseguridad de bienes y personas, la extorsión en dólares practicada por cuerpos policiales y jueces; PDVSA en el peor momento de su historia, con un descenso de la producción de 3.015,000 Bls/d en 2013 a un poco menos de 750.000 Bls/d en julio de 2019, lo que también ha desplomado la capacidad de refinación, principalmente para la producción de gasolinas y lubricantes, así como la nula productividad de las empresa básicas. ¿Qué funciona medianamente en el país?

Finalmente, lo expresado en el párrafo anterior, que puede ser demostrado con absoluta certeza, cualitativa y cuantitativamente, de manera irrebatible en el plano ético, político, social y económico, que causa un impacto negativo en toda la población venezolana, revela la inexistencia de condiciones objetivas y subjetivas para que este gobierno pueda mantenerse en el poder, perderá cada día más apoyo en el soberano, lo que disminuirá las posibilidades de retomar el poder en el futuro, si se reivindican, cuando en el país se pueda reiniciar la vida democrática.



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Roger Lázaro


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