Un país de flacos tristes

Oteando de un lado a otro, en cada punto cardinal vemos como la gente camina como zombies, si es que los zombies caminan. Sus rostros desencajados, sus pómulos pronunciados, sus miradas ojerosas y sus bocas consumidas, se conjugan en un rictus que emiten los balbuceos de los que hablan solos, de los que se cuentan a sí mismos sus penas mientras deambulan con un andar lerdo que no quiere ir a ningún lado, porque el destino en cualquier dirección es desconsolador. Este es el panorama de nuestras calles, del pueblo triste con los perros que son puro hueso como lo cantó el yaracuyano Otilio Galíndez, de las ciudades en penumbra con cada esquina al acecho de lo inesperado, esa es la Venezuela de la triste mayoría que no puede escoger su derrotero, porque las alternativas lo único que le garantizan son mas derrotas para una vida que se vive al extremo, como si fuera su último minuto, porque cada minuto parece el último.

Es lamentable que los "más acreditados voceros" del gobierno sean los que mas descalifican al mismo gobierno y enciende aun más el ánimo de la gente. Se dirigen al pueblo con sorna en tiempos en que la gente no le alcanza para comer y con infelices declaraciones, como la del Vice-presidente El Aissami al dar cifras de reducción de pobreza o como la del ministro para la educación Jaua que manifestó que si los venezolanos no comiéramos bien, los supermercados estarían llenos de mercancía y no vacíos como los vemos. Y como siempre, la inefable "Fosforito" Varela cuando se deslindó de la muerte de los privados de libertad porque "no le corresponde al Ministerio Penitenciario", cuando este es asunto de estado y de gobierno nacional máxime viendo la magnitud del siniestro y sobre todo, de la instancia rectora que ella dirige. No podemos olvidar a una Asamblea Nacional Constituyente que es tan infuncional como su vecina de la derecha, con tantos ofrecimientos incumplidos que la gente se pregunta por el "realero" que se gastó en crearla y mantener la apariencia de ser unos "legisladores eficientes". Así podríamos enumerar una retahíla de sujetos, organismos, eventos, declaraciones, acciones y hasta omisiones, que desembocan en engrandecer aun más los desaciertos de la administración gubernamental de los cuales estos personeros, son sus más "reputados personajes".

Ayer el canciller Jorge Arreaza manifestó sobre el recrudecimiento del embargo, sobre todo en lo que se refiere a nuestra principal actividad (no, no es el bachaqueo) como lo es la industria petrolera, como chantaje imperialista para que no se realicen las elecciones del 20 de mayo. Esta premonición basada no en una bola de cristal, sino en hechos tangibles, prevé un agudizar en la sobrevivencia del pueblo, más carestía o más ricos que de manera "espontánea" que se nutren de la crisis. Ahora me pregunto ¿algún vocero calificado del gobierno, sin aires de pitoniso nos puede explicar cual será el futuro de Venezuela después de la elecciones? ¿O como se va ha recuperar todo el estamento socio-económico del país, si vuelve ha ganar el presidente Maduro? ¿O si la solución es quitarle tres cero a la moneda y no a la hiperinflación? ¿O si vamos ha seguir produciendo bonos solidarios y no produciendo lo que en verdad necesita el país? Carajo, desgasta tanta interrogantes sin respuesta o tantas respuestas sin interrogados.

Un país como el nuestro donde las maestras y los maestros enflaquecidos física y mentalmente, ven con tristeza como su muchachada va decreciendo y el bullicio de los pasillos disminuye y el eco de los salones aumenta en la misma proporción que la inasistencia por no poder pagar transporte, porque no hay dinero para las meriendas y en los comedores está cada vez mas aguada la sopa, porque los zapatos ya están rotos de tanto caminar, porque los chamos tienen que trabajar para ayudar en la casa con la comida o por cualquier valedera justificación. Un país como el nuestro donde el gremio de médicos y el de enfermería al igual que el de los profesores tienen un salario de agonía, aunque les "aumenten" su sueldo. Donde leer un récipe es fácil porque los galenos le ponen cariño al paciente y a su letra, pero conseguir los medicamentos es lo más insano que hay. Donde el vademecum ya no se consulta porque se convirtió en un libro de historia. Donde el acetaminofen te calma los dolores de parto, de cáncer, la fiebre, la tensión alta y baja, pero también sirve hasta de complejo de vitaminas, porque es lo que hay. Donde ser un paciente renal es ver que no hay riñones para afrontar la situación. Un país donde la plusvalía de los integrantes de los cuerpos policiales y las fuerzas armadas, vale más que la de un médico, un ingeniero, un maestro o un bombero, es decir, se valora más la represión y el amedrentamiento que la humanización. Un país donde los que se "jartan" de las carnes de vacuno, de pollo y de cerdos, nos dicen que consumamos poco porque son dañinas para el organismo, cuando la gente solo prueba la carne al morderse la lengua. Un país donde el combate a la corrupción, al sobreprecio, al contrabando, al bachaquerismo se hace más de manera virtual que vivencial y hasta con "resultados porcentuales" de disminución para que sean creíbles, aunque no se creen. Un país donde se trastocó los valores y donde la viveza y la vileza se convirtieron en cualidades admiradas. Un país donde la juventud formada para engrandecer la patria, se va para engrandecer a otras naciones porque aquí se les apretó sus ganas, poniendo en vilo con su partida el futuro productivo nacional. Un país donde la electricidad, las telecomunicaciones y la gasolina que son costosas en cualquier país del mundo, aquí cuestan nada en detrimento de su prestación de servicio y no lo "suben" por un "increíble" costo político, cuando increíble es el descontrolado precio de la comida, los medicamentos y la vida misma.

Venezuela está sumida en una incertidumbre y no solo por lo actual sino por el porvenir cercano. Lo único abundante es el desaliento, porque estamos entrampados entre dos franquicias que temen no decir la verdad, solo hablar mal del contrario para desviar nuestra atención, una atención que se desvío hacia nuestras necesidades mas apremiantes hace un tiempo. Un país como el nuestro, aun con abundantes recursos naturales (por eso la atención e intromisión de medio mundo literalmente) no merece estar así, merecemos cosas mejores. Ya finalmente, pensando de manera ingenua, cambiar esta perversa situación pasa porque los que aspiran mantener el poder o los que desean obtenerlo, se sienten al final de la contienda y se unan para refundar la patria de todos, no de la de unos tantos y que las abundantes leyes que tenemos se apliquen en la justa y ciega medida, que pasemos de un país de pocos privilegiados y muchos desposeídos a un país donde el privilegio sea el buen vivir y no seguir sobreviviendo. Un poco cursi mi colofón, pero puta madre, cuanto cuesta ver cosas buenas entre tanta borrasca y bruma desalentadora. Pero, se puede ver aun.



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Carlos Contreras


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