Sigo esperando mi vacuna, sigan ustedes primero

Ya llegaron la primeras 100.000 vacunas rusas a nuestro país y aparentemente este fin de semana se inicia el proceso de inmunizar a un sector de nuestra población. Es muy pequeño el lote en comparación al número de personas que moran en nuestro bolivariano terruño, debido en gran parte a las "gestiones" del "presidente de transición de Ávatar", el insufrible Juan Guaidó que como plan de su gobierno interino, trata de impedir que nuestro país compre una mayor cantidad de estas inyecciones, debido al bloqueo que promueve. Este sujeto, es el único prófugo inquirido por la justicia venezolana, que les pasa por enfrente de las narices de las autoridades "que lo buscan" y nada sucede. Las esposas de la diputada Iris Varela quedaron vacías, como una imagen representativa de la oquedad de nuestro selectivo poder judicial, a la hora de aplicar la ley.

En un país de contradicciones, donde están mejor equipadas y remozadas las cárceles (habrá que poner a Iris Varela al frente del despacho de educación) para hacerles más cómoda la estadía a los "privados de libertad", con sus tres papas diarias, recreación a todo dar, con líderes "positivos y negativos" (algo así, como líderes batería) que tienen oficinas con acceso a las telecomunicaciones para seguir realizando "sus negocios", al amparo de las autoridades que los cuidan y en contraparte tenemos a nuestras escuelas deterioradas, insalubres, saqueadas por los favorecidos "privados de libertad", donde muchos docentes son desacreditados por reclamar su decente salario y con maestros y alumnos que se han olvidado de esa "distorsionada" costumbre de comer tres veces al día. En este paradójico ambiente, se inicia la primera fase de vacunación con este antígeno creado por las brillantes mentes eslavas, a un grupo de venezolanos y venezolanas que deben ser inoculados por preeminencia. Pero este anuncio, generó queja popular y no me digan que a un grupito nada más

No sé si el ejecutivo evalúo anticipadamente la manera, un tanto imperativa, de decir quiénes son los que recibirían esta primera dosis, ya que circunscribir la razón de aplicar la vacuna a todos aquellos funcionarios que andan en las calles, como los militares, policías y cargos políticos de elección popular o designados gubernamentales, no cayó bien en la opinión pública. No hay ninguna razón para criticar la aplicación de este preventivo medicamento, en el personal médico y de salud, que ha estado más expuesto y ha tenido el mayor número de bajas en la dura batalla contra la pandemia y que creemos que son más de 100.000 profesionales de esta área que exponen su vida diariamente. Y entonces ¿Por qué no inmunizarlos a todos ellos primero, mientras el resto nos seguimos cuidando con prevención, brebajes calientes y calmantes? Los focos más seguros de infestación están en los hospitales, en todas las áreas de salud ¿o no?

Pero, creo que el gobierno ya sacó sus cuentas sanitarias (que el pueblo desconoce en gran parte) y decidió que los uniformados (si, algunos de aquellos que "cuidan" las bombas de gasolina y nuestras permeables fronteras bachaqueras y que montan alcabalas raras en las vías), los concejales, alcaldes, gobernadores, protectores y ministros, deben ser inmunizados perentoriamente porque andan por estas calles en sus responsabilidades y otros tantos, en sus irresponsabilidades. ¿No será posible que a estos servidores públicos se les exija (vacunados ya) un reporte avalado no por el partido, sino por la comunidad si sus andanzas callejeras o sus ausencias en la vía, justifican haber sido inyectados antes que ese pueblo que sale diariamente, a buscar su sustento? Venimos de una exposición carnavalesca (yo no salí, no por la pandemia, es algo que tiene que ver con mi economía) que seguramente incidirá en el aumento de casos en el país y eso aún falta por medirse. Además, se indicó que para el cercano mes de marzo se debe reiniciar la presencia educativa en los planteles, de docentes y discipulados, a pesar del anuncio de que la vacunación masificada, se iniciará en el mes de abril. ¿No hay un desfase de salud preventiva ahí? Creo que es temerario colocar en esas circunstancias a los educadores y alumnos en una convivencia eventual, pero cercana, en reducidos espacios sin condiciones de planta física y sin haber sido inmunizados. Así como los docentes, hay infinidad de servidores públicos que se encuentran en la calle, realizando su labor importantísima, para que el país no se paralice: bomberos (apagafuegos) los de las telecomunicaciones, los de la electricidad, transporte, hidrocarburos y una larga lista, sin contar aquellas personas de la tercera edad (yo soy de la segunda y tres cuartos) que son más susceptibles a fallecer, por su baja capacidad inmunológica. En Perú destituyeron o pasaron a averiguación judicial, a cerca de 500 funcionarios del gobierno que se avivaron y se vacunaron con las dosis destinadas al personal médico que ha sido la prioridad. En Europa la primacía, además del personal de salud, son los adultos mayores. Sé que son realidades diferentes a nuestro país, pero tiene mucha lógica y además, hubo una información más amplia hacia el pueblo sobre estas decisiones para crear más conciencia y menos molestia. Aquí en nuestro país nos "sonó" a imposición y hasta ahí.

Otra cosa que realmente preocupó al pueblo, fue el anunció de la posibilidad que el gobierno autorice al sector privado, para que comercialice las vacunas, es decir un mercado privado de vacunas. El problema de esta iniciativa, es ¿Hasta qué punto está garantizada la inmunización nacional por parte del estado y si los que no pudieron ser inmunizados, tendrían que pagar un antígeno tan costoso en divisa extranjera, para poder librarse de la enfermedad? Lo que debemos invertir es en producir nuestra propia vacuna, para esta pandemia y para otras enfermedades ya conocidas y promocionar y distribuir dentro y fuera del país (antes aquí por supuesto) el Carvativir, no como "las goticas milagrosas de San José Gregorio", sino como lo que realmente es, un medicamento con respaldo científico serio y formal, con una acción curativa comprobada contra las secuelas del Covid, de manera tangible y no pagana.

Mientras tanto yo, seguiré esperando con mi tapabocas, mi frasco de alcohol con romero y la panacea de panela, torojil, limoncillo, jengibre, jugo de limón, yerbabuena y de la otra, hasta que llegue mi oportunidad de poner mi brazo ante la preventiva aguja. Ojalá llegue a tiempo ya que no queda de otra sino esperar. Salud para todas y todos.



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Carlos Contreras


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