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Nazareno: ¡Venezuela huele a muerto!

"Así que yo les digo: PIDAN, y se les dará; BUSQUEN, y encontrarán; LLAMEN, y se les abrirá la puerta. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá". Jesucristo…

La mayoría de los venezolanos han perdido mas de 20 kilos de peso, y son parte de la tragedia que vive el pueblo venezolano, situación ya de por si insoportable. Nos morimos de hambre vocifera la gente en las colas, sumados al dantesco espectáculo de los niños, que juntos a hombres y mujeres deambulan en las puertas de panaderías y restaurantes en busca de comida. La vida diaria es de terror, el transporte público es una tragedia más. La juventud, junto a profesionales y trabajadores calificados ante la falta de oportunidades y acosados por el hambre, han optado por abandonar el país. La clase trabajadora y estudiantil luego de cumplir las jornadas de clases y de trabajo, al regresar a sus hogares se les ha convertido en una tragedia de por si, ya insoportable y humillante. Y hasta de suicidio que al entrar a sus hogares los arropa la incertidumbre, que ya es inmensa al encontrar a sus hijos llorando de hambre, y el no tener que darle de comer a esos niños que son el futuro de Venezuela. Los salarios han sido pulverizados por la mega inflación que destruye la economía. En Venezuela vivir de un salario es una quimera. Nazareno de San Pablo: ¡Venezuela huele a muerto!.

Los niños en Venezuela no crecen están flacos y cabezones, ya que sufren de una severa desnutrición como consecuencia de la grave crisis económica, y financiera que vive el país. Mientras tanto los colonos chinos, sirios y cubanos, y las transnacionales del arco minero saquean a nuestro país, explotando a nuestros trabajadores, y apoderándose de las riquezas.

Crece el descontento popular, y el gobierno responde con represión al militarizar al país, aplicándole un paquetazo al pueblo, y más dinero para los comerciantes del eje del mal.

El gobierno aplica un ajuste brutal, nunca antes visto en este país, condenado a millones de personas a pasar hambre, y a la desnutrición.

El peso de esta genocida crisis se afinca sobre los hombros del pueblo trabajador, mientras los comerciantes asiáticos y árabes trafican a manos llenas con alimentos y medicinas, en la cara de un pueblo que muere por hambre, y falto de medicamentos debido a la escasez, y los altos precios.

El burocratismo estalinista en el gobierno ha dejado caer la producción petrolera, y no hay dólares destinados a importar alimentos y medicinas, dotar de insumos a hospitales y escuelas y recuperar las industrias básicas y Pdvsa, que se encuentran en estado de coma.

Por otra parte están pautadas unas elecciones presidenciales para el 20 de mayo, con una oposición dividida. Que sólo busca preservar las cuotas de poder que mantienen en esas minusválidas gobernaciones y alcaldías opositoras.

Entre las celebraciones de Semana Santa se lleva a cabo una de las más esperadas y representativas de la liturgia católica, la procesión del Nazareno de San Pablo. Cuenta la historia que la tradición nació al desatarse una terrible epidemia conocida como la peste del vómito negro, y los habitantes de la Caracas de la época rogaron a Dios que los ayudara, y decidieron sacar en procesión a una gran figura de San Pablo El Ermitaño y milagrosamente desapareció la terrible plaga.

A Caracas en el año de 1674 llegó una figura de Jesús de Nazareno, la misma simbolizaba a Cristo cargando una pesada cruz, con un atuendo violeta camino a su crucifixión. La cual fue bendecida por Fray González de Acuña, quien ordenó y decretó que el día Miércoles Santo fuera celebrado en honor al milagroso Jesús de Nazareno.

El miércoles santo es muy común ver personas en procesión vestidas de morado, cargando la cruz o descalzos pidiendo al Nazareno por su salud o la de algún familiar, esta es una promesa que se paga desde 1696 cuando otra terrible peste azotó a Venezuela y los fieles pidieron al Jesús Nazareno por la salvación de los enfermos, al salir en procesión la cruz de la imagen tropezó un árbol del cual cayeron unos limones, lo que la feligresía interpretó como una señal divina. Al terminar hicieron una limonada con el fruto y para alegría de todos, los enfermos sanaron y terminaron con la epidemia.

Desde ese tiempo se le catalogó como la esquina de El Limonero del Señor. Luego el fervor y la devoción hacia El Nazareno de San Pablo aumentaron enormemente, Por lo cual se construyó la iglesia de Santa Teresa, desde donde cada año se dan cita miles de personas para adorar la sagrada imagen.

Con la celebración del Nazareno de San Pablo, el que tenga su riqueza espiritual tendrá su corazón como lo pidió Jesús de Nazaret. Pero hay que reconocer que no todo el mundo en el poder ama a su pueblo, ni busca la paz. Los tiempos hoy en Venezuela no son buenos debido a esta espantosa crisis económica que ha caído como una peste sobre el pueblo venezolano. La violencia no desaparece, ni tampoco los ejemplos de opresión y corrupción, o la de una falsa libertad. La crisis económica está cambiando nuestras vidas. Ante ello, hay que estar vigilantes, y muy atentos, porque no sabemos exactamente cuando nos ayudará para salir de esta tragedia. Todos los problemas, por muy complicados que parezcan, pueden resolverse con nuestro esfuerzo, y la palabra de Jesús.

 



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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