Desde la frontera suroeste de Venezuela

Carta Abierta al Pdte. Del Banco Bicentenario

Estimado Sr Pérez Abad,

Cordialmente me dirijo a usted desde Elorza, Estado Apure, uno de los pueblos emblemáticos de la frontera suroeste de Venezuela y, profundamente recordado por el comandante Chávez cada vez que tendía la mirada hacia este llano inmenso y limítrofe con la República hermana de Colombia. Por estos lares la relación espacio-tiempo está marcada por una dinámica humana afectiva, sencilla y llena de jolgorio.

Sin embargo, más allá de la enormidad de la sabana o de la reciedumbre en la canta llanera, suceden hechos, públicos y notorios, que golpean como si fueran guarimbas "a pequeña escala de violencia" contra unas comunidades acostumbradas a trabajar en las peores adversidades naturales, sociales, económicas y territoriales.

Se supone que en las pequeñas comunidades debieran funcionar mejor las instituciones del Estado, como por ejemplo, el Banco que usted preside. El número de usuarios y usuarias es manejable. Se pueden establecer normas básicas para minimizar las "colas" tanto de los clientes adultos, naturales y jurídicos, como de los Adultos Mayores o Tercera de Edad. En fin, las normativas de Sudeban más las que tienen en el propio Banco, pueden aplicarse con poco esfuerzo burocrático. No obstante, esto no es así. Veamos algunas de las singularidades de la oficina del Banco Bicentenario en Elorza, capital del Municipio Rómulo Gallegos.

- Cuando un usuario /usuaria solicita amablemente una explicación sobre la devolución de un cheque personal, emitido para retirar una cantidad muy por debajo de la que hay en depósito (por solo mencionar un caso concreto) suele pasar que el cajero/cajera se niega a cancelar porque, hay "órdenes superiores que prohiben " entregar más de 30 mil bolívares si es titular y hasta 10 mil si es tercera persona. Es decir, el dinero propiedad del usuario /usuario está secuestrado por el Banco quien decide, unilateralmente, lo que debe retirar la persona que decidió creer y guardar su dinero en esta entidad financiera del estado.

Y, si este mismo usuario solicita leer el memorándum, oficio o cualquier de las figuras burocráticas de marras, entonces, es el gerente quien suelta un:- Eso es un documento interno. De tal suerte que la arbitrariedad e ilegalidad alcanza niveles de violencia bancaria…. ¿o neoguarimba? El derecho del usuario a una explicación abierta y legítima se vuelve sal y agua, por no decir una falacia inadmisible, violatoria de la Constitución Nacional y de las propias normas de Sudeban y del Banco Bicentenario. Es, simplemente, un chocarrero contrasentido.

-En esta modesta sucursal existen 5 taquillas para atender al público pero regularmente funcionan 2 ó 3, independientemente que la presencia de usuarios/usuarias sea masiva bien porque es día de pago a las comunidades indígenas o a los pensionados, empleados y/o trabajadores del gobierno local, regional o nacional. No existe ningún plan de contingencia para atender dignamente, durante esos momentos especiales de tráfico de usuarios/usuarias.

Da tristeza ver cómo madres indígenas con sus niños/ niñas en brazos, amamantándolos, están echadas en el piso, esperando el turno para retirar la ayuda asignada durante el gobierno del Comandante Chávez. Como igual avergüenza ver a personas de la Tercera Edad permaneciendo de pie durante varias horas o luego sentados desde la apertura de la sucursal hasta pasada la hora de almuerzo.

-Ahora se añade la presencia regular para realizar el depósito de Ley, del personal que maneja maletas de dinero, producto de la venta de las bolsas de alimentos y cajas de Clap. No importa que solo operen 2 ó 3 casillas, igual se instalan a contar semejante monto de billetes sin el menor respeto a los usuarios – usuarias de todas las edades- que antes habían llegado para realizar sus "diligencias". Es un atropello que causa impotencia más si viene de organismos del Gobierno que dicen representar al "Pueblo… Clase Obrera, Mujer y Comunas".

-Llama la atención el manejo discrecional de ciertos servidores públicos venidos a empleados bancarios, en esta discreta sucursal del BB, ubicada en plena avenida Bolívar. Pareciera que hay ciertos usuarios/usuarias transformados en clientes personales, pues, cómo se explica que a las manos de estos sencillos cajeros /cajeras llegan constantemente cheques desde fuera o dentro de la casilla que son procesados inmediatamente, retrasando deliberadamente la operación que estaban realizando en beneficio de aquella humilde señora que vive a 10 kilómetros del pueblo y salió de madrugada para regresarse el mismo día a su fundo (finca) o caserío.

-¿Es legal en el Banco Bicentenario admitir personas - algunos de la Tercera Edad - como "mulas depositadores" de cualquier cantidad de cheques o valijas de efectivo, pertenecientes a propietarios de establecimientos comerciales o profesionales en el libre ejercicio? ¿Por qué no se crea un horario especial para aquellos sectores que manejan efectivo en proporciones importantes y se atienden a puerta cerrada, por razones de seguridad?

Creo, estimado Sr. Abad que la filosofía bancaria de un Banco del estado dista mucho de parecerse a los buitres banqueros que asumen "un banco como una empresa financiera que se encarga de captar recursos en la forma de depósitos, y prestar dinero, así como la prestación de servicios financieros".

Por último permítame dos consideraciones anexas.

1.- Usted es un hombre que proviene de la pequeña y mediana industria, por lo tanto, sabe perfectamente cuán valioso es este sector para robustecer la economía en cualquier país del mundo y, mucho más, en el nuestro. Sufrió en carne viva los atropellos bancarios contra los hombres y mujeres que han dejado el pellejo creyendo en el país, añadiendo valor a la materia prima local y generando empleo. Un banco eficiente, humanitario, rentable no es una tarea imposible de alcanzar cuando se tienen las ganas y ahora, cuando es el momento de atreverse a seguir construyendo el país que merecemos a pesar de los enemigos internos y externos, que acechan como hienas perversas y víboras despiadadas.

2.- La frontera tiene que ser abordada más allá del confort que da una oficina con aire acondicionado y tres secretarias recibiendo órdenes. El artículo 15 de la Constitución lo dice todo y en él hay que afincarse para que nuestros pueblos fronterizos dejen de ser aquellas zonas humanas olvidadas, sufriendo mil calamidades y atropellos desde este y desde el otro puesto fronterizo Es cruel la inmensa diferencia en infraestructuras y servicios que existen entre la capital del Departamento de Arauca (Col.) y, los pueblos que a menos de 25 minutos de distancia, aun vivimos a merced de que otra vez se desborde el Rio Sarare en Guasdualito, el transporte extraurbano sea pésimo y especulador, las Alcaldías sigan siendo oficinas privadas para realizar negocios redondos y la sucursal del Banco Bicentenario en Elorza, en nada se parece a lo que difunden los avisos publicitarios.

Corregir los errores, de todas las magnitudes y ubicaciones, desde abajo hacia arriba y con la prontitud del caso, garantiza que vamos por el camino correcto, lo contrario es empezar a entender aquella frase de Hemingway cuando preguntó. ¿Por quién doblan las campanas?...

Sin más a qué hacer referencia

De Ud.

Elmer Niño

Un Usuario del Banco Bicentenario.



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