Nadie podrá robarnos el día más especial para los seres humanos, como es el día de las madres, el cual precisamente nos debe recordar que muchas madres venezolanas y patriotas entregaron sus vidas, las de su hijos o familiares para que hoy tengamos patria. Fueron engendradas por la causa más noble, el amor a esta tierra de esperanza para el continente y el mundo, su fruto la libertad, la riqueza para nuestros hijos e hijas y no más para el imperio de ayer, y de hoy.
El pueblo consciente reclama a la madre originaria, esa que lo da todo, que guarda la esperanza y nos recuerda los compromisos con la patria; todos nacemos de una madre y esto nos debe recordar que el que ama una madre ama a todas las madres del mundo, que no se apague su sol, que nunca le falte la luna, que en sus caídas este la más brillante estrella para alumbrar su camino, que es de patria, de bien, para existir hay que tener madre.
Algunos creen haberla perdido y no se dan cuenta que ella está allí, dentro conmigo, contigo, en el canto del himno de la patria Gloria al Bravo Pueblo, en el latido del corazón de cada niño que nace, razón de un buen sentimiento sin darnos cuenta que fue una madre la que sembró lo que hoy somos, madres bellas, benditas entre todas las mujeres no de derecha, ni de izquierda; simplemente madres todas, son el sazón de la vida de un mundo mejor, no permitan tanto odio y destrucción, pues en su sabio conocimiento donde habita la razón y el amor, han de parar la locura, la intolerancia.
Cada día de madres es día de patria y están llamadas a encontrar la brújula de la paz para su casa, su hogar, para que la patria se reencuentre con el dialogo que es el único sendero de la razón, ¡oh madre dulce, y bella¡ guía nuestro camino, cual senda con destino de paz y así solo Amen te digo yo y mi nación
