La crítica traidora

¿Existe algún códice, baremo o reglamento que regule la opinión crítica, cuando algún venezolano o venezolana quiera exponer sus reparos, dirigidos a alertar sobre las actuaciones de individuos u organismos gubernamentales, sin que estas estimaciones los hagan ver como traidores o contrarrevolucionarios? ¿Quienes asumen "el derecho o tienen la potestad" de decantar las críticas? ¿Por qué se trata de denostar a la gente que no comparte las decisiones o el comportamiento de algunos servidores públicos? ¿Por qué es mejor reunirse en "dialogo" con la oposición desestabilizadora que con los compatriotas leales al proceso, pero que manifiestan su inconformidad de como se lleva? ¿Acaso es normal ver diariamente en los medios a Ramos Allup u otro cicatero de la derecha decir que este es un "narcogobierno" y que quede judicialmente indemne? ¿Ahora los Cisneros son "buenos" y perdonados para que sean nuestros aliados económicos, a pesar de que firmaron el decreto Carmona y financian la sedición? ¿Por qué debemos conversar con Lorenzo Mendoza para el bien de nuestro país, cuando decimos que le ha hecho mucho daño? ¿Por qué se le tiene mas consideración a la oposición y se les llama a conversar, que a los naturales aliados políticos? ¿Dónde quedó el Polo Patriótico en su tiempo inter-electoral, la unión cívico militar y la contraloría social? Son muchas las interrogantes que tenemos, pero lamentablemente la respuesta es casi única: no preguntes, no critiques, no jodas, no traiciones.

El pueblo, nosotros todos (pero no todos entre nosotros) en esta crisis agobiante que diariamente lidiamos, tenemos como prioridad procurar nuestra subsistencia diaria de comida, lo que se encuentre, lo que alcancemos comprar, esa es nuestra realidad. Pero, con toda y esta situación, lo que mas enerva las animosidades de nuestro pueblo es la corrupción, el arrogante privilegio, la maldita impunidad y ineficiencia de individuos y grupos que detenta el poder establecido constituido o el poder constituyente, porque el poder popular se ha convertido en un eufemismo; es como el conejo mecánico en una carrera de galgos, inalcanzable y simulado.

Los más susceptibles a la crítica son aquellos sujetos que detentan poderes asumidos o son apoyados desde "arriba", muchos de ellos "líderes cooptogados" o remanentes de la partidocracia cuartarepublicana. Son los que dirigen las asambleas o reuniones partidistas y nos piden más sacrificio y nos señalan diciéndonos que el esfuerzo que hacemos es poco y que pedimos mucho. Y estos son los mismos que al finalizar la congregación, salen por la puerta de atrás, para no tener contacto con la plebe (o el lumpen) que regañó, mientras se monta en un carrazo y se va para una casota, que de manera inexplicable adquirió con un "sueldo de mierda" y por su puesto, con la nevera como la de Güaco, full, porque manejan los CLAP, la distribución de alimentos o cualquier mecanismo que hace el gobierno para "favorecer" al pueblo, pero que beneficia al que le "dieron la responsabilidad" de hacerlo.

El Camarada Comandante Chávez se molestaba cuando a cada vaina que inauguraba, bodegas, fábricas, calles, plazas, parques, complejos deportivos o habitacionales, les colocaban un enorme aviso o le hacían un costoso despliegue publicitario y le colocaban el apelativo "socialista" y resulta que volvía a pasar por ahí un tiempo después y las bodegas, fábricas, calles, plazas, parques, complejos deportivos o habitacionales, no se habían construido, o no funcionaban, o no producían o en el peor de los casos, se habían robado el presupuesto. Pero, lo que si estaba era la dichosa valla o pancarta con su foto y la palabra socialismo, toda oxidada. Esto era y aun es pervertir no solo la palabra socialismo, sino el significado socio-económico, político y humano de esta gran ideología o fe de vida. La derecha aprovecha al ver esto, le da al pueblo la diaria ración mediática alineante y con la connotación tergiversada, de que el socialismo es la ruina de un país y que todo gobierno socialista o de una acción socialista es la desolación para el pueblo. Y la reflexión de la población no se encuentra en buenas condiciones porque está cansada, desmoralizada y asustada cuando le llega este mensaje. Y negar que la derecha haya tenido un importante y relativo éxito en su prédica, es mentirnos.

Compañeros, compañeras, no creo que sea conveniente separar la critica entre aquella que nos gusta y la que aborrecemos. A nadie le gusta la crítica, pero la fundamentada, la que lleva consigo propuesta, es un abono que se debe utilizar bien. Pero, decirle al pueblo que basta de tanta criticadera, es responder, que basta de tanta impunidad ante tanta desesperanza. Hay que rescatar la construcción armónica de un colectivo integracionista, que participe ampliamente de manera tangible en la real escogencia de su derrotero, respetando su quehacer vivencial y fundamentado en la verdadera política participativa, humanista, tolerante y con conciencia social y colectiva, donde se imponga la certidumbre del bienestar popular en igualdad de oportunidades. Hay que redimir la Soberanía de la Patria en manos del Pueblo, en el marco del Estado de Derecho y de Justicia, que prevenga y castigue el flagelo de la inoperancia y la corrupción del estado de manera ineludible y bajo el amparo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, como texto rector ciudadano. Eso es gran parte del verdadero socialismo, el que propagaba Chávez y predicaba con praxis y el que nosotros con mucha satisfacción y orgullo llamábamos El Proceso Revolucionario. Es el nuestro, el Bolivariano, ese es. Lo demás, es una degeneración y hay que decirlo, guste o no.



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Carlos Contreras


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