Tercer Documento leído en la Rueda de Prensa de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, del día martes 1º de Noviembre de 2026

 

Ante el Diálogo Gobierno-MUD

 

Respetar la Constitución para desarmar la violencia

 

1. Desarmar la Violencia

 

Consideramos que el diálogo político entre el Gobierno-PSUV y la MUD que recientemente se instaló bajos los auspicios del Papa Francisco y la UNASUR, es una oportunidad para desarmar la violencia que se viene incubando en el seno de la sociedad, ante la incapacidad manifiesta de ambas cúpulas, de ofrecer una salida viable a la crisis económica y político-institucional del país. La decisión írrita del CNE de suspender el acto de recolección por la MUD del 20% de manifestaciones de voluntad para convocar el RR, abdicando sus competencias constitucionales, impide no solo la funcionalidad de un derecho democrático. También desactiva un mecanismo pacífico y constitucional para procesar la crisis político-institucional existente. No se trata de un hecho aislado, sino de una práctica que viene imponiéndose en los Poderes Públicos, la de actuar por acción u omisión, en ocasiones revestidos de un formalismo leguleyo, para legitimar la elusión o vulneración de la norma constitucional. Una muestra de este dislocamiento de la institucionalidad que nos coloca al borde del colapso definitivo del estado de derecho, es la aprobación del presupuesto por el TSJ cuando es a la AN a quien corresponde esa facultad y el desacato de esta última de la decisiones del TSJ, mientras El Ejecutivo desconoce la facultad de la AN de realizar el control y autorización de contratos de interés nacional como el Arco Minero del Orinoco. Cuando se cierran los canales de participación política y en el marco de la disputa por el poder se inhabilitan las instituciones comprometiendo la gobernabilidad democrática, se asoma el fantasma de la violencia, de la guerra entre hermanos, en la que siempre será el pueblo de a pie quien pone su sangre. Detrás del telón, el imperio agazapado se frota las manos, esperando el momento para dar el zarpazo definitivo. Un diálogo político que no tenga como punto de partida y prerrequisito el respeto de la Constitución y la reinstitucionalización del país, solo conduciría a un rotundo fracaso y un desahucio a la paz. Para que ese diálogo no pase de ser otro episodio vacío y

desesperanzador que tense aún más la cuerda hasta romperla con consecuencias impredecibles para la Patria, exigimos a ambos interlocutores, que como una señal de confianza para el pueblo, primero que nada, hagan un pronunciamiento que reponga la constitucionalidad y el sagrado derecho del soberano a decidir. Concretamente solicitamos: 1) Elección de Gobernadores según lo pautado en la Constitución (2016); 2) Reponer el acto de recolección de 20% de manifestaciones de voluntad promovida por la MUD. Cualquier otra opción fuera de la Constitución, solo contribuye a su desmontaje y al agravamiento de la situación.

 

2. Desarmar el Autoritarismo del Gobierno

 

La otra bomba que hay que desarmar es la escalada autoritaria del gobierno que con la excusa de enfrentar la “guerra económica”, pretende gobernar mediante un estado de excepción permanente, no previsto en la Constitución, prescindiendo de los contrapesos y controles que garantizan la gobernabilidad democrática. Gobernando por decreto, para eludir la sujeción a las leyes y limitaciones constitucionales y legales que es la base del Estado de Derecho. Un ejemplo de esta práctica es el Decreto 2.248 sobre el Arco Minero del Orinoco, mediante el cual se adelanta una política de apertura minera que compromete el patrimonio natural y sociocultural de la República, de espaldas al país, sin que se hayan hecho las consultas a los pueblos indígenas y los estudios de impacto ambiental que determina la Constitución. Si esa conducta autoritaria no se revierte y se retoma la plena vigencia de la institucionalidad democrática, esa dinámica podría conducirnos al colapso definitivo del estado de derecho. Sin restale responsabilidad a la MUD, es al gobierno quien por su condición tiene en sus mano para destrancar el juego para garantizar la paz y la reinstitucionalización del país. Es necesario aislar a los sectores violentos que coexisten en ambos bandos.

 

3. El otro diálogo

 

A pesar de que valoramos como positivo el diálogo político entre las cúpulas Gobierno-MUD para evitar un desenlace violento de la crisis político-institucional del país, estamos conscientes que este excluye al país nacional, especialmente a los más necesitados, a los que están sobrellevando sobre sus hombros los rigores de una crisis económica que cada vez más se hace insostenible, caracterizada por la escasez, una inflación galopante, la caída abrupta del salario real y del ingreso, lo que está haciendo resurgir con mucha fuerza la pobreza, diluyendo los logros sociales de la revolución bolivariana. Un verdadero diálogo incluyente que aborde temas como el de la corrupción y el burocratismo y su papel en la crisis y, el rescate de los capitales mil millonarios provenientes de ese flagelo, como estrategia básica para cubrir la brecha fiscal y reactivar la economía. Un diálogo que conduzca al reconocimiento del colapso del modelo extractivista rentístico dependiente y la construcción de una proyecto de país en el marco de la CRBV, que profundice la democracia participativa y protagónica y, estructure un nuevo modelo socioproductivo endógeno sustentable. Esta Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución se asume como un agente promotor de ese otro diálogo y como impulsora de una referencia política alternativa a la que representan la MUD y el Gobierno-Partido, los cuales con sus matices, son expresión del viejo modo de hacer política, funcional al modelo político clientelar propio del status quo que hay que superar.

 

Ana Elisa Osorio, Héctor Navarro, Gustavo Márquez, Oly Millán, Freddy Gutierrez, Clíver Alcalá, Gonzalo Gómez, Santiago Arconada, Esteban Mosonyi, Juan García, Edgardo Lander